Pilón de 200 millones para Corral

De los dichos populares hay uno que me encanta: “La bendición de Dios es encontrarse a uno más pendejo que uno”; y esto, quieran o no, nos remite a pensar y reflexionar sobre el famoso escándalo de la “caminata” de Corral, las declaraciones del secretario de Hacienda y las acusaciones que lanzaba Corral en contra del señor Mid (se escribe Meade), diciendo que todo lo que le debía y tenía retenido el gobierno federal por concepto de participaciones era un monto de 700 millones de pesos, y era lo que reclamaba. Lo curioso es que cuando le dan el visto bueno en Gobernación para que regresara a su corral, le dan una cantidad de 900 millones, no sé si le dan una piscacha de más con el fin de que tenga para sus chiclets o para que como dicen en mi pueblo: “con dinero baila el perro”, y perro con hueso y dinero pues ni ladra ni muerde, solamente mueve la colita. Así que como un humilde ciudadano que de pronto ve los diarios, digo “pues como que nos sobran doscientos millones de pesos”, y me valdría una soberana y dos con sal, pero resulta que no es el Presidente, ni el secretario de Hacienda ni el de Gobernación los que le dieron ese dinero de su bolsillo, o mejor dicho, los que ponen un extra para los chiclets del señor Corral y así poder cerrarle el hocico, es dinero de todos y los políticos hacen uso indebido de esos fondos y lo entregan o retienen a su antojo, y es como dicen algunos analistas políticos de verdad: “La política en México está diseñada para que sea un gran negocio de los políticos”, y nosotros pues votamos o nos abstenemos de votar, y de una u otra forma permitimos que nos roben, aceptamos sus engaños y legalizamos los saqueos que hacen a diario… sólo es cuestión de tener un pretexto y a una bola de ilusos y manipulados que no piensan sino que solo se mueven por una torta o un refresco para hacerla de tos, de pedo, crear plantones o marchas, y eso sí, mucha publicidad para que en tiempos electorales y cuando el presidente anda que no le calienta ni el sol con los problemas que no ha resuelto y los que le vienen, pues se negocia (“negocia”, creo que viene de negocio) y le dan una lana al manifestante o al hocicón, porque no se quieren líos cuando todo debe estar calmado, para que el jefe pueda dormir a gusto la siesta y durante la noche no tenga que recurrir, como Calderón, a los tequilas y a las farras con los cuates para que le dé sueño, y es que en verdad ni el café quita el sueño, lo que quita el sueño es la conciencia y nuestros políticos siempre tienen insomnio… así tendrán la conciencia.

Eduardo Ramírez Aguilar, el aerodiputado del Partido Verde Ecologista que hoy aspira a ser gobernador de Chiapas.

Y cómo no va a ser chido (como dicen los chavos de hoy) el ser político, les pagan por andar sin hacer nada o mucho, ganan por todo, tienen negocios que les van cayendo a lo largo de las licitaciones o contratos de obras y servicios, les pagan sus gastos de alimentación y de viaje, en algunos casos hasta de viejas o viejos, según sea la tendencia. Para que vean si no es de fábula, Eduardo Ramírez Aguilar, que es un diputado “rebelde”, realiza 30 vuelos en tres meses, 10 por mes en un lujoso jet privado cuyo costo de alquiler es de más de 250 mil pesos, también dispone (no sé si lo patrocina el Señor de los Cielos) de otras naves, y gana nominalmente 60 mil pesos. De hampones como estos estamos llenos, mientras los jodidos no pueden trabajando 24 horas comprar la canasta básica para comer con su familia, menos para pagar la tenencia, los impuestos, la luz, el agua que Dios la da (pero dicen los políticos para chingarnos que “la da pero no la entuba”), pero nos la cobran cara y la venden barata a las refresqueras, y ahí nos vamos en la cadena de lamentos, no hay duda que ese señor diputado es un pillo y el SAT debería darnos una explicación de cómo puede hacer rendir tanto su sueldito y todavía hacer viajes en jets privados, no sea que se vaya a contaminar con el infeliciaje.

Y para la envidia de los jodidos y de muchos riquillos que no tienen la sensibilidad del buen beber y del buen comer, les comento que en San Pedro Garza García, Nuevo León, que es el municipio más rico del país y donde viven los meros meros ricachones de verdad (no los políticos que dan tristeza, sino los que son sus patrones), distribuyeron en Whatsapp una nota de pago por el consumo que realizaron cuatro changos ricos por 333 mil 076 pesos pagados en un bar, no cantinucha cualquiera, bar de gente rica y buena; los angelitos también bebieron el día 2 de febrero (día de la Candelaria) en un piano bar de la Colonia del Valle dos botellas de whisky Glenfiddich de 40 años, con valor de 165 mil pesos cada botella, es decir, cada uno pagó por media botella 83 mil 269 pesos (y eso que andamos en crisis, qué bueno que no llegaron los políticos gorrones porque seguro acaban con las reservas de la casa), y bueno, es caro pero ellos creen que lo valen y todo para medio empedarse y terminar miando el famoso whisky; claro que la botella la acompañaron con una tabla de carnes con costo de 980 pesos, pero antes se pusieron a calentar la garganta tomando unos tequilas Dragón, del que dicen los que saben presumía César Duarte regalar al Presidente, por cajas, y la copita cuesta 490 pesos, con eso me compro cuatro litros del mezcal que venden en el mercado y me sobra para los chapulines, las tostadas o los totopos y el quesillo. Y, ¿quién cree usted que es el que pagó tal cantidad?, pues algunos medios electrónicos le atribuyen el pago a un ex diputado llamado Antonio Juan Marcos Villarreal, y como dicen en mi pueblo: “Desde que conocí lo bueno ni lo regular me gusta”, por esa razón, ahora se podrán explicar el por qué quieren regresar a la política y estar en ella, bueno, hasta los multimillonarios ahora asesoran “a ya saben quién” para no perder el toque de rey Midas… y es que no necesitan que les den sino que los pongan donde hay, que ellos se sirven solos.