Del infeliciaje y riquillos nacionales

Cuando las cosas se ponen peor entonces está de la tiznada, y seguramente, cuando el presidente tiene que pactar, dialogar, transar y doblegarse a lo que viene a proponer el yerno de Trump que obliga a Videgaray a ser el trasmisor y consigliari de esa mafia norteamericana en México, pues la cosa pinta de la retiznada… a menos que solo vengan a ver el asunto del “lavador” Anaya y del proceso en contra de AMLO y el triunfo de Meade, y si es así pues pónganse a rezar, total, ya no hay otra cosa que vender, sino los sueños de cuando sueñas mexicano, y bueno, dar el trasero, de plano.

Por esa razón me encanta la iniciativa que genera una familia indígena de Santa María Zegache, Oaxaca, compuesta por Elza González y Antonio Ambrosio, que han desarrollado el refresco ZEGA-COLA, que aseguran competirá contra la Coca-Cola, y más me interesa y aplaudimos la visión del dueño del restaurante Los Danzantes, ubicado en la capital oaxaqueña, que asegura que solamente distribuirá este producto y dejará a un lado la distribución de la Coca-Cola, que tanto daño nos hace a pesar de que ahora sea el grupo que apoye a AMLO: líder de los oprimidos mexicanos, pero protector de Romo y el dueño de la caca cola, pero así es la vida.

Y mientras los miembros del infeliciaje nacional luchan por sobrevivir, los ricos muy ricos, los dueños de la economía mundial y nacional que son los que en la realidad controlan la economía y manipulan por medio de sus medios de comunicación y sus “intelectuales orgánicos”, también luchan por mantener sus inmensas fortunas; y de acuerdo con la revista Forbes, el rico más rico del mundo es el dueño de AMAZON, ya que alcanzó una fortuna de 112 mil millones de dólares, pero seguramente deben existir otros tan ricos como él o más, que son menos publicitados y se manejan de a muertito; así, en el caso de México, Carlos Slim baja en la lista hasta el lugar siete, y muchos se alegrarán, pero él se ha de estar cagando de risa.

Los ricos en México lo han logrado gracias a que son los operadores del saqueo nacional que hacen los políticos por medio del otorgamiento de concesiones y de acciones o empresas vendidas a precio de remate, así vemos a Germán Larrea con las concesiones mineras y los saqueos de agua y de tierras de los pueblos indios y campesinos; Alberto Bailleres, también con el mismo esquema de la explotación y saqueo minero en el país; Ricardo Salinas Pliego, con los medios de comunicación concesionados y retail; Eva Gonda de Rivera, que ha logrado su fortuna con las bebidas; María Asunción Aramburuzabala, con las cervezas que saquean el agua a nivel nacional pagando una bicoca por la misma y vendiendo la cerveza a precios internacionales; Juan Francisco Beckmann Vidal, con el tequila Jerónimo Arango con retail; Antonio del Valle Ruiz, con productos químicos; José y Francisco José Calderón Rojas, con las bebidas; Carlos Hank Rhon, con los servicios y especulación bancaria y financiera, al igual que Roberto Hernández y Alfredo Harp Helú; Emilio Azcárraga Jean con las concesiones de televisión;  David Peñaloza Alanís, con las carreteras de peaje, y así podríamos seguir, porque en la lista de Forbes existen esos 16 multimillonarios, pero hay muchos que nadan de muertito, como los dueños de los hoteles de paso, los que controlan los bienes inmobiliarios en el país, los de la industria de la construcción, los que operan las refresqueras y el saqueo del agua, los gaseros, los gasolineros, los comerciantes, los empresarios que venden en las grandes cadenas comerciales, y muchos otros más.

Solo unos cuantos magnates son los que disfrutan las riquezas nacionales gracias al saqueo que realizan en complicidad con los políticos. El pueblo no está invitado a ese banquete.

En todos estos casos vemos las relaciones ligeras y sólidas con los grupos del poder con una aparente independencia, pero como dicen en mi pueblo: En política socios o cómplices, y eso se logra con la sociedad y la complicidad de los banqueros, empresarios, especuladores financieros y comerciantes con los políticos en el poder, así que los miembros del infeliciaje nacional están fuera de cualquier negociación que se tome en política y en economía; total, solamente somos carne de votación, manipulación y borregada, votamos para legalizar el saqueo, el robo, la utilización de nuestros recursos financieros y bienes públicos para que se sigan haciendo negocios privados que sostienen a esos multimillonarios y a muchos millonarios y políticos asociados.

Y ya que hablamos de ricos y de especuladores, ahora también podremos hablar de saqueadores y de “terroristas” que hacen auto atentados para cobrar o pretender cobrar el seguro de cuatro millones de dólares de un barco, como el padre de Roberto Borge: Roberto Borge Marín, que llegó con una mochila a su propio ferry de Barcos Caribe y la dejó para explotarla después y generar una súper bronca nacional e internacional, pero que, sin duda, necesita dinero en efectivo porque Borge, que saqueo a Quinta Roo, robó a manos llenas y recibía mucho dinero de los desarrolladores inmobiliarios, policías y grupos delincuenciales, no puede sacar sus fondos y necesita recursos líquidos legales para usarlos en su defensa o en sus gastos que, como sabemos, son muchos, porque es un idiota que no sabe trabajar, sabe robar y vivir en la abundancia, comprando cosas inútiles y comiendo o viajando con gran lujo, pero la chirriona o la cárcel es tal que, seguramente, debe pasarla putas, sobre todo cuando sus familiares no entienden que el que manda, manda, y la familia del secretario de Energía, Pedro Joaquín Coldwell, manda desde que lo impulsó Luis Echeverría y su padre Nassim Joaquín Ibarra hacía negocios con los alemanes.

Borge se equivocó porque el poder es prestado y si la riegan, como hemos dicho, en México no se castiga el delito, se castiga el escándalo, y los escándalos familiares y personales de Roberto eran tales que ya tenía hasta la madre a los pacíficos mayas, y a chingarse… la cárcel es para los pendejos y para los inocentes, éste está por pendejo y prepotente, y pronto veremos a su padre haciéndole compañía, una verdadera tragedia familiar.