Amar no es un delito

En un gobierno de closet, con una sexualidad de closet, con una vida de closet, no se va a llegar a nada.

Estamos viviendo tiempos de campañas para los diferentes puestos de elección popular, y el más importante es el de presidente de la República, de los cinco aspirantes a este cargo, ninguno, lamentablemente, ha tomado una postura sobre uno de los grupos más vulnerables de nuestra sociedad, que es la comunidad LGBT (Lesbianas, Gays, Bisexuales y Transgéneros), y aunque en la actualidad en varios estados de la República es legal la unión de personas del mismo sexo (como debería de ser en todo el territorio nacional), en “México, que es un país clasista y patéticamente racista” (frase del último libro “México Esclavizado” del escritor Francisco Martin Moreno), y le incluyo discriminatorio tanto de la sociedad como de una mayor parte de la clase política hacia los homosexuales, hay entidades en donde esta unión no es permitida.

Esta discriminación hacia la comunidad LGBT es tanta que en nuestro país no hay un solo candidato abiertamente GAY para ningún puesto político, como los hay en varios países del mundo que “al salir del closet” provocan grandes escándalos y aun así se postulan para un cargo público y ¿sabe qué? salen triunfadores. Como ejemplos tenemos a Johanna Siguardotti, primer ministra de Islandia, o Guido Westerwell, en Alemania, y a Jerónimo Saavedra, en España.

Pero en México no hay un solo candidato (a) que se asuma abiertamente Gay. ¿La razón? Tal vez es por el enorme peso de la iglesia Católica en la política nacional, ya que como se sabe esa religión dice que la homosexualidad es “anti natura” pero, ¿que “anti natura” no es volar en el espacio? ¡Para ellos claro que no! A eso ellos lo llaman “avances tecnológicos”.

Aún con el conocimiento de que la homosexualidad está presente en todos los niveles, en todas las creencias y en todas las profesiones, resulta extraño que en nuestro país ningún alto funcionario se asuma como tal. ¿Será por el miedo a la religión Católica y que esta se vaya contra ellos y trunque y arruine su carrera política? A estos políticos mexicanos les hace falta darse cuenta que al asumirse públicamente Gay les generaría más adeptos y, por consiguiente, muchísimos votos. Pero para que esto suceda nos faltan muchos, muchos años, ¿no cree?

Como es sabido, desde el 17 de mayo de 1990 se celebra cada año “El Día Internacional contra la Homofobia, Lesbofobia y la Transfobia”, conmemoración impulsada por las organizaciones de la sociedad civil, por varios gobiernos y por la Organización de las Naciones Unidas; esto, para promover la defensa y la garantía de los derechos de las personas Gay, Lesbianas y Transexuales. En este día, la Asamblea General de la Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció y rectificó que la orientación sexual, ya sea heterosexual, bisexual u homosexual, por sí misma no debe ser vista como un “trastorno”. Esta decisión se plasma en la revisión de la Estadística Internacional de Clasificación de las Enfermedades y Problemas de Salud.

Relacionados de manera errónea, anteriormente la homosexualidad era considerada un “trastorno sexual”. Felizmente, desde esta histórica aunque tardía decisión, ha habido avances importantes repudiando la homofobia disfrazada de ciencia.

Gracias a la lucha valiente y perseverante de las mismas personas gay, lesbianas y transexuales hay menos discriminación en muchos países del mundo, y en muchas naciones las personas sexualmente diversas expresan su identidad con más libertad y ejercen liderazgos en muchos ámbitos de la vida sin ocultar su orientación sexual. Muchos países han cambiado sus leyes para eliminar la penalización de la homosexualidad, y han reconocido el derecho de las parejas del mismo sexo a unirse, e incluso casarse. Son cambios positivos que debemos reconocer y celebrar el día de hoy, primero porque nos enseñan que sí es posible cambiar las cosas.

En la vida humana es posible cambiar situaciones que hubieran parecido imposibles hace 20 o 30 años. Además, también es bueno reflexionar sobre estos avances para darnos las ganas y la energía para avanzar más y más rápidamente. Y es que los logros que menciono no sólo representan un mejor cumplimiento de los derechos de las personas gay, lesbianas y transexuales, sino un enriquecimiento de las sociedades en su conjunto.

El tener como parte de la sociedad y abrazar a personas con diversos pensamientos, culturas, orígenes étnicos, creencias y orientaciones sexuales amplía nuestras mentes y nuestros corazones. Nos hacen mejores personas y mejores ciudadanos y ciudadanas. Por eso tenemos que esforzarnos entre todos y todas para caminar más decididamente para superar las grandes brechas que todavía quedan. ¿No le parece?