Revueltas 2014, el festival de la corrupción

Fernando Miranda Servín.

En medio de fuertes disputas tras bambalinas entre los directivos del Instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED) y del Instituto Municipal del Arte y la Cultura de Durango (IMAC), del 3 al 19 de octubre se llevará a cabo el llamado pomposamente Festival Internacional Revueltas, y con la décima edición de este evento se repiten la misma historia y los mismos vicios que se han suscitado en años anteriores, sobre todo en el aspecto de la transparencia en los gastos que se realizan en este festival, gastos que, por supuesto, se hacen con dinero público.

Festival Revueltas, dos semanas de derroches y un año de miseria  cultural.
Festival Revueltas, dos semanas de derroches y un año de miseria
cultural.

Al respecto, mucho se ha especulado sobre los montos de los contratos que serán pagados a los cuatro artistas foráneos estelares que, según lo que se maneja en los corrillos estatales, serán insultantes para los contribuyentes.

Y lo peor de esto es que el Instituto Duranguense de Acceso a la Información Pública (antes CETAIP) seguirá solapando, como lo ha hecho siempre, las violaciones a la Ley de Transparencia que año tras año cometen los directivos del ICED cuando algún ciudadano solicita información sobre los pagos millonarios que les hacen a estos artistas, contestando que no pueden proporcionar esos datos debido a la cláusula de “confidenciabilidad” (sic) que se especifica en dichos contratos.

Una de las contestaciones que durante este sexenio siempre han dado los directivos del ICED a los ciudadanos que solicitan información sobre los pagos millonarios a artistas foráneos.
Una de las contestaciones que durante este sexenio siempre han dado los directivos del ICED a los ciudadanos que solicitan información sobre los pagos millonarios a artistas foráneos.

Haga de cuenta, apreciado lector, que usted me contrata con excelentes honorarios para organizarle su fiesta de cumpleaños y me da un buen presupuesto para pagar todo lo necesario; al final del convivio, usted me pide cuentas y me pregunta cuánto costaron los mariachis que le llevé a su festejo, los cuales, obviamente, pagué con su dinero, y yo le contesto muy cínico: “fíjese que no puedo informarle eso porque firmé una cláusula de ‘confidenciabilidad’ con los mariachis”. En el mejor de los casos usted me mandaría muy lejos (sí, a la chingada), y en el peor de los escenarios usted llamaría rápidamente a la policía para encarcelarme por el delito de abuso de confianza. Pero aquí en el estado de Durango no pasa nada pues las máximas autoridades permiten que este tipo de directivos manejen a su antojo nuestro dinero. Así, en este festival los ciudadanos no podremos saber exactamente cuánto dinero de nuestros impuestos irá a parar a los bolsillos de estos artistas y a las cuentas bancarias personales de unos cuantos funcionarios del ICED que, por costumbre, exigen fuertes comisiones a los representantes de los artistas que actúan en tan controversial evento.

De hecho, hasta el momento ni los directivos del ICED ni las autoridades locales han dado a conocer el presupuesto designado para llevar a cabo este festival pues, desde el año pasado, el Consejo Nacional para la Cultura y las Artes, dirigido por Rafael Tovar y de Teresa, retiró la entrega de 20 millones de pesos que destinaba para apoyar el Festival Revueltas debido a las diferencias que el director despótico del ICED, Rubén Ontiveros, tuvo con las máximas autoridades del CONACULTA, quienes en la anterior edición de este evento le advirtieron que no pagarían el contrato millonario (e inflado) del cantante español Alejandro Sáenz, por considerar que este tipo de artistas son más de carácter comercial que cultural. Rubén Ontiveros, con su sordera habitual, hizo caso omiso de esta advertencia y se salió con la suya: contrató al cantante español con la consecuente respuesta enérgica del CONACULTA: de 20 millones de pesos que entregaría este año al ICED, solo le dio un millón de pesos. (Fuente: Gilberto Jiménez Carrillo. Periódico Órale qué chiquito, del 6 de febrero de 2014).

Y así por el estilo, el director del ICED, Rubén Ontiveros, con su nula capacidad gestora y sobrada pedantería ha perjudicado seriamente el quehacer cultural duranguense al dejar de percibir el ICED numerosos recursos federales para fomentar actividades en todo el estado y para apoyar a los artistas duranguenses, quienes, en este tipo de eventos como el Festival Revueltas, si tienen suerte son contratados con sueldos miserables que les pagan hasta cuatro meses después de celebrado el festival, mientras a los artistas foráneos (esos cuyos representantes negocian sus contratos millonarios con el director de Promoción y Difusión del ICED, Víctor Hugo Galván Ortega) les pagan por adelantado.

En Durango se dilapidan de manera infame decenas de millones de pesos del erario organizando un festival más comercial que cultural durante un par de semanas, del 3 al 19 de octubre, para luego vivir en la hambruna cultural durante el resto del año, en todo el estado, ya que las actividades del ICED en la capital de Durango son poco menos que raquíticas, y en los municipios de plano brillan por su ausencia, y los honorarios que se pagan a los artistas locales por sus esporádicas actuaciones son verdaderamente vergonzosos.

 

Pero todo lo anterior tiene una explicación lógica ya que directores del ICED van y vienen pero la mafia de funcionarios burocráticos “administradores” que controlan este instituto (con Víctor Hugo Galván Ortega a la cabeza) ha permanecido intocable e inamovible desde hace más de una década. Esta es la razón por la que los gobiernos priístas de Durango han carecido de una política verdaderamente cultural y han permanecido en la inercia, sin ideas frescas y sin actualizar sus conceptos culturales (si es que acaso los han tenido).

Esta es la razón por la que Durango, invariablemente, aparece en último lugar en las encuestas nacionales, estadísticas e índices relacionados con el desarrollo cultural.

En su Ley de Egresos para el Ejercicio Fiscal del año 2014 el gobierno del estado de Durango manifiesta haber destinado 364 millones 856 mil 13 pesos para la realización de actividades de “Recreación, cultura y otras manifestaciones sociales”; aparte, en esta misma ley, el gobierno estatal informa haber entregado al ICED 76 millones 355 mil 539 pesos. Pero toda esta danza de millones se convierte en cantos de sirenas pues gracias a la mediocridad y al saqueo que practican los directivos de los principales institutos culturales de Durango (el ICED y el IMAC), estas importantes cantidades de dinero no se ven reflejadas para nada en la vida cultural de los duranguenses, que en sus calles, en sus colonias, en sus barrios y en sus municipios rara vez o nunca disfrutan de un evento auténticamente cultural, y desde tiempos inmemoriales no surge ninguna figura artística prominente que haya sido forjada o apoyada por alguno de estos institutos ya que los pocos creadores duranguenses que han destacado a nivel internacional lo han hecho con su propio esfuerzo o financiados por otros institutos, como el caso del escritor duranguense Jorge Guerrero de la Torre, ganador de innumerables premios internacionales que tuvo que emigrar a Chihuahua porque en Durango los ex titulares del ICED y del IMAC (Corín Martínez y Jesús Alvarado) ni siquiera se dignaron leer medio párrafo de las obras literarias que este brillante escritor les llevó a sus oficinas para solicitarles apoyo para editarlas… estas mismas obras posteriormente ganarían premios internacionales bajo la promoción del Instituto Chihuahuense de la Cultura (ICHICULT).

Pero esto no les causa escozor ni vergüenza, ni a los ex directivos arriba mencionados ni a los actuales.

Esta es la realidad cultural, o más bien anticultural, que vive actualmente Durango, con un director del ICED, Rubén Ontiveros, antipático, improductivo y encubridor de corruptos, un director del IMAC, Lauro Arce Gallegos, ineficaz, soberbio y usurpador de profesión (se ostenta y firma documentos oficiales como profesor, sin serlo, aparte de ser producto del nepotismo ya que su primo es el presidente municipal de Durango, Esteban Villegas), y las mafias hamponeriles burocráticas que controlan y se adueñan del presupuesto de ambos institutos, ignorando a la mayoría de los creadores locales.

Lauro Arce, director del IMAC,  Rubén Ontiveros, director del ICED, y Víctor Hugo Galván, director de Promoción y Difusión del ICED. Un trío nefasto que mantiene a Durango en el abandono cultural.
Lauro Arce, director del IMAC, Rubén Ontiveros, director del ICED, y Víctor Hugo Galván, director de Promoción y Difusión del ICED. Un trío nefasto que mantiene a Durango en el abandono cultural.

Así, mientras ningún gobernador haga una limpia total y despida con cajas destempladas a estos clanes mafiosos, Durango va a seguir hundido en el oscurantismo cultural.

En la presentación del programa del Festival Revueltas, llevada a cabo por los directivos del ICED en la Plaza Fundadores del centro de la ciudad de Durango, el pasado 2 de septiembre, entre otras personalidades de la política local estuvieron presentes el gobernador Jorge Herrera Caldera y el presidente municipal Esteban Villegas, no así el director del IMAC, Lauro Arce, haciendo más evidentes las rencillas personales que los directivos de ambos institutos tienen (quizá se disputan el primer lugar en ineptitud y arrogancia). Pero cuando aparentemente esto no debería de importarnos ya que de los dos titulares de estos institutos no se hace uno, en realidad debe ser un llamado de alerta para el gobernador y el presidente municipal, quienes, ya en la recta final de sus administraciones, de menos por decoro político deberían de remover a estos pésimos funcionarios públicos, enviándole así un mensaje de respeto a la ciudadanía.