La verdad incierta

Luis Leija.

La verdad de los acontecimientos sociales relevantes ha sido incierta, el meollo de los sucesos trascendentes nunca se aclara, no solo en nuestro país, sino que ocurre por todo el mundo.

Como ejemplos podemos mencionar entre muchos otros, los asesinatos de Colosio y de Kennedy, el incendio de la guardería ABC, el incendio del casino en Monterrey, el crimen de decenas de inmigrantes en Tamaulipas, y recientemente el crimen y desaparición de normalistas en Iguala.

La versión oficial de estos hechos y sus causas quedan en duda, las explicaciones que dan las autoridades no convencen, son inconsistentes y cosméticas; la transparencia brilla por su ausencia y esto fomenta la desconfianza, ya de por sí grande, que se tiene hacia la burocracia encargada de las investigaciones.

Un coctel mortal: Política, narcotráfico, poder y dinero.

El poder tiende un velo de opacidad sobre los acontecimientos, la distancia entre el pueblo y la clase gobernante se hace cada vez mayor, las fuerzas del orden confundidas con la delincuencia se han convertido en enemigas de la ciudadanía en vez de ser sus aliadas. Solo alguien muy inocente cree en la buena voluntad y la franqueza del gobierno.

Todo es nebuloso, se oculta la verdad, las causas se entierran bajo los escombros de complicidades planeadas, obedeciendo a fines dudosos, que hacen especular. Un coctel mortal: Política, narcotráfico, poder y dinero.

la_Uni=F3n_en_donde_la_partid?= ocracia traicionaLos culpables oficiales son chivos expiatorios, piezas menores en el tablero. De las cúpulas del poder es de donde emana la podredumbre y se derrama hacia la base de la pirámide burocrática, los primeros en mancharse son los cuerpos represivos, los que obedecen, y son también quienes eventualmente la pagan mientras los de arriba gozan de fuero.

Tanto la corrupción como la impunidad son dos flagelos del bienestar social: tráfico de influencias, concesiones, contratos, licitaciones amañadas, permisos, exenciones, condonaciones y hasta leyes son negociadas en la opacidad, sin que el ciudadano sea consultado o al menos informado de lo que los altos burócratas acuerdan con los intereses de la nación.

La ambición de ganar dinero a manos llenas, hace a los políticos cometer toda clase de tropelías.

A cualquier político que se le pregunte, dirá que todo se hizo conforme a derecho. Pero el pueblo sabe la calaña de la clase política que ha gobernado este país y está cada vez más distanciado de ellos.

La democracia no solo está en entredicho, la democracia es solo un nombre sobrepuesto al abuso del poder, a la traición, a la corrupción, a la impunidad y al desprecio absoluto que demuestra -con los hechos- el gobierno por el ciudadano.