Hermila Galindo

De la redacción de razacero.

[quote_box_left]Hablando de mujeres y traiciones… así versa una de las melodías más interpretadas en México en nombre de ellas. Y esta vez hablaremos de una mujer duranguense, que si bien fue maestra como la gran mayoría en su tiempo, también fue periodista; fue la primera censora legislativa y una gran luchadora por los derechos humanos de la mujer en la Revolución Mexicana. [/quote_box_left]

Hermila Galindo Acosta nació el 2 de junio de 1886 en la ex Hacienda de Avilés, en Villa Juárez, municipio de Lerdo, en Durango.

Sus padres fueron Rosario Galindo y Hermila Acosta. Hermila Galindo perdió a su madre cuando apenas tenía tres días de haber nacido y fue criada por su tía Ángela Galindo.

Realizó sus estudios para convertirse en maestra en los estados de Durango y Chihuahua. Con apenas 15 años de edad, comenzó a simpatizar con el maderismo y su postura antirreeleccionista, y se trasladó a vivir a la ciudad de México, en donde continuó practicando sus ideales a favor de las mujeres y sus derechos.

“Sol de Libertad” es una de las obras realizadas por la escritora duranguense Rosa María Valles Ruiz que mejor narra la vida y obra de su paisana, describiéndola como feminista, constitucionalista y primera censora legislativa, en el trazo biográfico de una revolucionaria del discurso político feminista.

Formada ideológicamente en los clubes antirreeleccionistas de los albores del siglo XX, Hermila fue seguidora de  Bernardo Reyes, quien se perfiló como una posibilidad de airear el ambiente político porfirista; posteriormente se adhirió al maderismo y, tras el asesinato de Francisco I. Madero, defendió la causa del Primer Jefe del Ejército Constitucionalista, Venustiano Carranza, quien después sería Presidente de la República, y de quien fue su secretaria particular.

Fila para votar por primera vez el 3 de julio de 1953. Hermila Galindo fue una de las principales promotoras del derecho a sufragar para las mujeres mexicanas.
Fila para votar por primera vez el 3 de julio de 1953. Hermila Galindo fue una de las principales promotoras del derecho a sufragar para las mujeres mexicanas.

Hermila fundó el diario “La Mujer Moderna”, el cual apoyó ideas feministas y atacó al poder eclesiástico por su contribución ideológica a la subyugación de las mujeres. En este periódico Hermila Galindo promovió la educación sexual en escuelas públicas, defendió la educación laica y reclamó el derecho de las mujeres a ejercer libremente su sexualidad, sosteniendo que las mujeres, al igual que los hombres, tienen los mismos deseos sexuales, tesis que le acarreó fuertes críticas de sectores feministas conservadores y el rechazo social.

Demandó el voto femenino, restringido, al Constituyente de 1917, pero no logró conseguirlo. Eso no le impidió presentar su candidatura a diputada federal por el V distrito electoral de la capital del país, en las elecciones de marzo de ese mismo año. Y a pesar de que obtuvo la mayoría de votos el resultado fue rechazado por el Colegio Electoral.

En algunas fichas biográficas se asienta que Hermila Galindo, en 1952, fue la primera congresista mexicana, hecho erróneo ya que ella misma, en el semanario que dirigió, “Mujer Moderna”, a cuyos ejemplares en su totalidad se tuvo acceso en esta investigación, aceptó su derrota y aprovechó la coyuntura para erigirse en la primera censora legislativa de la que se tiene registro en México.

En 1953 vio realizado su sueño de obtener el voto para la mujer cuando el Congreso y el gobierno de Adolfo Ruiz Cortines aprobaron la reforma al artículo 34 Constitucional. Aunque existe poca información al respecto, se sabe que en 1923 contrajo matrimonio con Miguel Enríquez Topete, con quien procreó en 1928 una hija, Hermila del Rosario. La casa de la familia Topete Galindo estaba ubicada en la calle Víctor Hugo Núm. 42, colonia Portales, en la ciudad de México.

Hermila Galindo Acosta murió a los 68 años de edad, el 18 de agosto de 1954, en la ciudad de México, víctima de un infarto, en la tranquilidad de su hogar, en su cama, en la que a un lado se encontraba su máquina de escribir Olivetti: en el rodillo quedaron unas páginas escritas antes de fallecer, un año después de la aprobación del derecho al voto de las mujeres.

A esta eminente duranguense se le recuerda, como ya se mencionó y vale la pena remarcarlo, como maestra y periodista, promotora de un gran movimiento que se generó en pro de la mujer mexicana, pionera del feminismo en México, luchadora social y oradora por excelencia, que durante su vida encontró en la defensa de los derechos de las mujeres el aliciente que condujo su existencia y su trayectoria política.

El pueblo de Lerdo y el gobierno estatal de Durango le hicieron justicia a esta ilustre luchadora lerdense develando su busto en la Plazuela Juárez, de Lerdo, el 8 de marzo de 2014, en un evento llevado a cabo dentro del marco del Día Internacional de la Mujer.

En una ocasión, la señora Rosario Topete Galindo, hija de Hermila, dijo: “Luchó por la mujer; murió como vivió: con sus ideales, con sus anhelos y sus ambiciones, pegada a la máquina de escribir”.

[quote_box_center]“La esfera de la mujer está, por lo tanto, donde quiera que está la del hombre; es decir, en el mundo entero”, Hermila Galindo.[/quote_box_center]