Muertos de risa

“Los grandes proyectos siempre se han enfrentado a las mentes brillantes de los seres mediocres”.

Uno de mis más estimados amigos me envió este correo que debemos reflexionar: ¿POR QUÉ NO HICISTE NADA ABUELO O TU ABUELA?

“Sin duda, nuestros nietos y bisnietos se reirán de nuestra generación al saber que les entregábamos el 60% del producto de nuestro esfuerzo y trabajo a un grupo de corruptos y ladrones que nos hacían creer que ellos eran más listos para gastar nuestro dinero: 34% de ISR, más 16% de IVA, más 4% de inflación, más 2% de IEPS en bebidas y gasolina, más 4% en tenencia, ISAI, peajes y servicios igual al 60%.

“Se doblarán de risa al saber que un Poder Judicial cobraba religiosamente su generoso sueldo cada quincena con solo 1% de delitos llevados a sentencia. Les dolerá el estómago al saber que de República sólo teníamos el nombre, pues los legisladores en su mayoría saltaban como chapulines, en contubernio, del Poder Ejecutivo al Legislativo y viceversa, además de tener procuradores y jueces bajo las órdenes del Ejecutivo”

“Será tan surrealista para ellos entender cómo es que el Gobierno, cuya razón de ser era la protección de la vida de los ciudadanos, podía cobrar emolumentos, dietas, bonos, prerrogativas, sueldos -engañosos nombres para lo mismo-, y repartirse el botín con una criminalidad equivalente a un país en guerra y usar las armas en contra de la población.

“Verán ridículo que solo 18 centavos de cada peso de tributos, pagados a la monarquía disfrazada de partidocracia (los partidos por encima de los mexicanos), se convertían en carreteras, hospitales y escuelas. Además con pésimo servicio, de los peores del mundo, pues lo demás servía para sostener a líderes de sindicatos sempiternos que viven mejor que la reina de Inglaterra y el rey de España.

“Tendrán un shock intelectual tratando de entender cómo en el quinto país más rico del mundo (petróleo, litorales, minería, posición geográfica) el cuerno de la abundancia era para unos cuántos y puro cuerno para la mayoría, al tener un 65% de pobreza ya sumados los 20 millones de mexicanos que salieron del país para sobrevivir. Sobre todo sabiendo que los mexicanos esclavos éramos 118 millones y los amos sólo 150 mil beneficiarios de un sistema podrido.

“Pensarán que éramos estúpidos hablando de democracia, cuando ni siquiera teníamos el poder de seleccionar a los regidores de nuestro pueblo, y además les pagábamos. Donde había más de 250 ‘representantes del pueblo’ que ni siquiera habíamos votado por ellos, y un presidente que creía que la corrupción era un asunto cultural.

“Nos verán con desdén y amargura al no entender cómo es que a nombre de ellos (nietos y bisnietos) que ni siquiera habían nacido, había unos sátrapas en los municipios, estados y a nivel de todo México, que firmaban a nuestro nombre por deudas que nos esclavizan por muchos años, para beneficio de depredadores financieros y políticos, y teniendo en nuestras espaldas el pago de intereses sobre intereses, para lucimiento de criminales legalizados.

“Vomitarán de burla al preguntarnos cómo es que había gente que hacía fila para votar, que se dejaban dividir en colores, cuando en la cúpula los partidos son los mismos, en un teatro del engaño, donde se compraba la dignidad, el hambre y la pobreza para convertirlos en voto y legitimar a reales ladrones que habían seleccionado como su carrera el crimen organizado legalizado, siendo políticos parásitos que además de reelegirse hacían las leyes, siendo juez y parte.

“Terminarán muertos de risa, de cómo podíamos creer que los reyes tienen sangre azul, permitiendo que gente que nunca ha producido un tomate te diera permiso para hacerlo; donde el que te obligaba a tributar en su vida había generado trabajo o riqueza; donde el que inspeccionaba tu pequeño negocio en su vida había pizcado una naranja; donde existía un oficio llamado político, ya extinto, de gente que no producía nada y solo se repartía el producto del trabajo de los demás.

“Reclamarán la mediocridad y el miedo por los cuales les permitimos a ellos y a sus socios los banqueros y empresarios que utilizaran los bienes y los fondos públicos para que hicieran sus negocios privados… y cómo la mayoría se dejó aplastar por unos cuántos pillos”.