Se puede contratar a los intelectuales

“No es necesario hablar mal de un político… solos se joden”.

Sócrates Campos Lemus.

Cualquier político al dejar el poder lo primero que busca de su sucesor es que le garantice su seguridad, así se ha dado paso a los gobiernos de “alternancia”, cuando los que están dejan a sus sucesores de la oposición con la garantía de que ellos les respetarán, los podrán acusar de todo, de ratas y de corruptos, pero jamás los consignarán. Ya se han observado muchos casos con ese esquema, por ejemplo, el paso de Fox al poder, cuando se negoció, por parte de Zedillo, que se le dejaba el poder a cambio de no investigar el daño por salvar a bancos y banqueros y endeudar al país, menos para investigar cómo se llega al poder después del asesinato de uno de sus cuates… ya saben: “el verdugo político debe ser invisible”, aunque los asesinos no lo sean o se generen los escándalos para jamás encontrar la verdad, no importa que se cambien los tiempos y los espacios donde se cometen los asesinatos, lo vital para los operadores es que no se descubra la verdadera mano que carga el arma. Ni que el fantasma de la víctima le ronde cerca…

Con José López Portillo terminó la era de los presidentes políticos ladrones para dar inicio a la tecnocracia, también ladrona, con Miguel de la Madrid, que desembocó en el bufonismo, entreguismo e ignorancia total con Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.
Con José López Portillo terminó la era de los presidentes políticos ladrones para dar inicio a la tecnocracia, también ladrona, con Miguel de la Madrid, que desembocó en el bufonismo, entreguismo e ignorancia total con Vicente Fox, Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto.

Los tiempos y las circunstancias en la política marcan los rumbos de los discursos, no de las acciones, la acción en el gobierno y en el mando ya están determinadas y operadas con los acuerdos en las Cámaras y en la Secretaría de Hacienda, ahí se generan los recursos y se decide a dónde van, ahí se perdonan los impuestos y se escoge a quiénes benefician los fondos públicos, ahí y desde ahí se sabe dónde está el verdadero poder: en los bancos y en los organismos extranjeros que controlan los fondos y recursos públicos.

En los tiempos actuales los presidentes son de facto, no ordenan, solo sirven a los que en realidad les mandan. Eso de que el partido es el motor y la guía es una historia antigua, de los tiempos en donde se sabía con anterioridad cómo y quién sería el sucesor en el poder, hoy ya no lo saben en México, lo ordenan en los Estados Unidos y ya… se acepta y se acata. Así, en política los secretos son a voces, cuando se conocen los secretos no se toman en serio ni se creen, solamente se cree lo que no existe, los rumores, los chismes, los encantos con los que nos engañan los políticos en el poder o por el poder.

EL PODER BRINDA LA SENSACIÓN DE IMPUNIDAD, por esa razón con el poder y por el poder se hacen las cosas más graves y brutales que pueda uno imaginar. Se imponen condiciones a los poderosos y se somete a los débiles. Es grave lo que sucede en este campo cuando el poder y la impunidad se juntan, porque es cuando se muestra la voracidad de la gente y se llega a las dictaduras. Lo que vivimos en el país es una dictadura, blanda, pero dictadura al fin de cuentas… es como si defecaras y al mismo tiempo tragaras la mierda. Así es la política, hay que saber tragar mierda con la sonrisa en la boca, digerirla con la misma sonrisa, defecarla con ella, y enterrarla con solemnidad.

En los campos de la política siempre pretenden entrar los intelectuales, ellos dicen y aconsejan, se les escucha y no se les hace caso, se les respeta fuera del poder, dentro no son nada, por esa misma razón los intelectuales orgánicos no son nadie ni se respetan ni dentro ni fuera, son como gargajos que nadie quiere ver ni reconocer.

Los políticos, dicen los que saben, pueden contratar a los intelectuales para que les orienten, les aclaren el panorama, les digan lo que deben decir sin verse tontos, torpes y sin cultura, los ocupan como “damas de compañía”, para vestirse en las reuniones, les permiten escribir sus discursos y hacer los documentos para presentarlos ante los foros nacionales e internacionales, sí, los ocupan y los alquilan pero no les tienen confianza, al tiempo, cuando les sale la casta a los intelectuales y quieren dominar y ser la voz cantante y la orientación y el faro, se confrontan con los políticos y terminan irremediablemente encontrados.

Por esa razón, ahora los políticos se rodean de intelectuales, de gente que trae doctorados tras doctorados, que hablan varios idiomas, que han sido egresados de las universidades que les permiten mantener sus relaciones públicas aunque sean unos soberanos tontos e inocentes, a ellos se les carga la culpa cuando las cosas salen mal en la política, ellos son los que saben y no hicieron bien las cosas; los políticos siguen su marcha.

Y así, en algún tiempo, cuando los tecnócratas invadieron las esferas del poder, políticos como Javier García Paniagua los contrataban y escuchaban y se reían de ellos, hasta que se dieron cuenta que los tecnócratas aprendían las mañas de la política, y los políticos no aprendían los beneficios de la tecnocracia. Así llegó al poder Miguel de la Madrid, sabían que los políticos guardaban secretos y cadáveres en los armarios, y los norteamericanos supieron por fin cómo dominar al país: por un lado alentaron a los tecnócratas a tomar el poder para que les debieran todo y se sometieran en todo, y los políticos fueron denunciados de sus delitos, de sus corruptelas, de sus escándalos, de sus ingresos de dinero no justificables. De esta manera los dominaron en los dos frentes: el control de los que estudiaron y el control de los que delinquieron. Los políticos en sí son delincuentes natos y por esa razón se les puede controlar mejor; a los tecnócratas se les educa y con los estudios se les domina y se les controla por la ideología, no saben más de la vida y de la realidad, así que se joden y se fastidian fastidiando al país… esa es la tragedia.