Oaxaca: Complicidades

Sócrates Campos Lemus.

 

Para terminar con la corrupción se debe recordar que las escaleras se lavan de arriba para abajo…

En Oaxaca, resulta increíble que cuando se tienen instalaciones de luz y de audio que cuestan más de seis millones de pesos instaladas en el auditorio donde se celebra la Guelaguetza, el secretario de Administración las mande quitar y arrumbar para brindar contratos a una empresa para que preste este mismo servicio durante cuatro días, con un costo de casi cuatrocientos mil pesos, cien mil por día, donde suponemos, nomás suponemos, que el angelito se lleva una buena comisión, como sucede en todo Oaxaca, donde la corrupción ha permeado de tal suerte que llega a los niveles más increíbles. Así, muchos oaxaqueños señalan que estábamos mejor, cuando “estábamos peor”, con Ulises, y esto es decir mucho.

Y para que nadie se espante porque así está la descomposición y el cinismo en la entidad, ahora se comienza a investigar cómo y por qué razón se pagó a los diputados locales más de dos y medio millones de pesos para que “aprobaran la cuenta pública” del gobierno del Estado, en donde señalan, para que no haya duda, que el diputado que gestionó esa cantidad y se encargó de “cuchupear a los demás” es un ex candidato de Morena, y esto en verdad que lo debe de investigar El Peje, porque cuando estalle el escándalo la mierda lo bañará también. Pero es lógico que aprobar el uso, el abuso y las transas generadas con más de 68 mil millones de inversión en Oaxaca -donde todos saben que no se hicieron inversiones ni obras y que en el gobierno del estado se pierden los recursos o se van a los bolsillos de los políticos y funcionarios- bien vale la pena el “esfuerzo para pagar a los señores diputados”, cuando ya se van… es como pagarles para que se les liquide y darles una indemnización para que no la hagan de “tos ni de pedo”… y tendremos que recordar que, como señala el Tío Lolo: “NO HAY PERRO SIN DUEÑO, PERO PERRO QUE TIENE HUESO NI LADRA NI  MUERDE”… EL EJEMPLO LO TENEMOS EN OAXACA.

Y si bien la crisis  y la maldición “gitana” que sufren en Oaxaca se debe a la corrupción, el cinismo y el robo de recursos que se hacen en todos los niveles, tampoco se debe olvidar que esa maldición la sufren porque los “ex gobernadores” no dejan de mamar ni de chingar en los presupuestos públicos y es que cada uno, de acuerdo a su nivel y a su influencia política en el equipo de Peña Nieto, influyen para que sus incondicionales sean los que manejen los puestos y presupuestos, y así ellos continúan “moviendo las aguas negras” en la entidad y generando y provocando conflictos políticos y sociales, de tal suerte que para que se controlen, el gobernador y sus asistentes tienen que recurrir a los subsidios o recursos públicos para que en el caso de los perros, tengan hueso y no sigan ladrando ni sigan mordiendo, y se queden calladitos, hasta que necesiten un hueso más…

 

Gabino Cué, gobierno de corruptelas y enjuagues sucios.
Gabino Cué, gobierno de corruptelas y enjuagues sucios.

Hoy en día, en Oaxaca se encuentra la mejor muestra de cómo se puede mamar del presupuesto en cualquier época del año, y si los señores diputados “que se van” se dejan violar y cachondear por los millones que les dan para la aprobación de cuentas, pues ya nos podemos imaginar lo que sucede en todo el gobierno. Por esa razón, cuando se habla y se muestran los robos, transas, negocios y corruptelas que genera Jorge Castillo y los compadres del señor gobernador Gabino Cué, nadie sufre ni se acongoja, porque bien se ve que en la entidad los políticos ya ni ladran ni muerden porque todos roen sus huesos o maman de los presupuestos.

Es curioso que veamos a muchos presidentes municipales demandando que se les brinde protección, cuando han sido ellos los que han abierto las puertas a la delincuencia organizada. Hoy en día, tenemos, en muchos lados, una doble tributación fiscal, por un lado la del gobierno que no deja de ser una tributación violenta y confusa, y por el otro lado los grupos de la delincuencia organizada que exigen a los vendedores ambulantes, profesionistas y líderes de organizaciones políticas la entrega de una parte de sus ingresos; en las presidencias municipales les demandan cuando menos el diez por ciento de los ingresos y también la entrega de obras y servicios públicos, además de imponer en varios puestos claves como la tesorería, la policía, tránsito municipal y obras públicas a sus incondicionales; cobran en las carnicerías, en los bares, los congales, las tienditas, en los restaurantes, en las líneas de camiones, en los centros de trabajo, en las empresas y en los consultorios; por ejemplo, en Oaxaca, hace apenas unos días, la delincuencia quemó dos locales donde se vendía ropa “importada” de los Estados Unidos, al negarse sus dueños a pagar las cuotas de protección, pero además, ese mismo día, se dirigieron a la Central de Abastos donde trataron de quemar varios locales al rociarlos con gasolina. En un punto donde guardaban más de trescientos mototaxis, la delincuencia también llegó y quemó decenas de vehículos, y se dijo que después de esos hechos la “renuncia del procurador” era una realidad.

Los secuestros exprés son una constante en muchos sitios donde se obliga a varios empleados de los bancos a sacar información confidencial de los clientes para que ellos tengan elementos de negociación cuando hacen algún secuestro, les informan cuando hay algún cliente que hace depósitos en efectivo o retiros importantes, de tal suerte que los delincuentes se dirigen directamente a ellos y los roban. Obligan a los motototaxistas y a los propios grupos de taxistas a realizar labores de espionaje y de información o de venta y distribución de drogas, y esta realidad es conocida por los más importantes funcionarios y políticos, pero cuando se les consulta sobre el tema solamente señalan que ellos no son policías y que se están realizando las investigaciones y que cuando tengan algo lo darán a conocer; mientras, la ciudadanía es la afectada, no solo por la delincuencia sino por la ineficiencia y la complicidad que se tienen entre políticos, funcionarios, policías y delincuentes, ligados, siempre, a los bancos y empresarios donde realizan las operaciones de lavado de dinero. Y mientras los políticos siguen robando y haciéndose como que la virgen les habla, a los ciudadanos nos siguen afectando ellos y los delincuentes, olvidando que los sueldos de esos políticos y funcionarios los pagamos todos y que solamente estamos pagando para que nos sigan jodiendo.

Ya está a la venta en las librerías El Sótano el tomo dos de la serie EL 68 VISTO A LOS 68, escrito por Sócrates Campos Lemus y José García Sánchez:  “La dictadura de la memoria: el poder de los indignados”.