El negocio de la política

Sócrates Campos Lemus.

El que se quema con leche, hasta al jocoque le sopla, esto que se dice como un refrán, es lo que en la realidad sucede cuando se tienen agresiones y violencias como las que ha recibido Cuba, y les hace temer la apertura. Sin duda, una apertura obligada por la miseria, por la falta de recursos, por la carencia de apoyos internacionales, por la destrucción de la esperanza en las luchas sociales, por la destrucción de los llamados partidos de izquierda que, en el oportunismo electorero, buscando puestos y prepuestos, se autoliquidaron y rompieron.

Hace algunos años, Ignacio de la Mota y Oreja, amigo querido que murió en España, gran escritor de gran corazón, escribió unas obras que se llamaron “La Publicidad Como Arma Política” y “El Anunciomerón”, en alguna de ellas sugería a los mandatarios españoles que la mejor manera de terminar con la farsa de los comunistas que ya habían aceptado incorporarse al juego de la legalidad a cambio de los puestos y presupuestos, era el que les ofreciera el Rey Juan Carlos un título de nobleza y, con ello, además de que los mantenía en su círculo, los obligaba a que públicamente se vistieran de frac y de lujo para que en su presencia se doblegaran al presentarle sus respetos a Su Majestad. Así lo hicieron y lograron lo que jamás pensó Franco se podría hacer: colocar de rodillas a los dirigentes comunistas que sobrevivían ocultos en la represión española.

“Izquierdistas” en México, en lugar de buscar asumir el poder para beneficiar al pueblo prefirieron estar al servicio de la oligarquía como muros de contención.
“Izquierdistas” en México, en lugar de buscar asumir el poder para beneficiar al pueblo prefirieron estar al servicio de la oligarquía como muros de contención.

En México se ha seguido con esa fórmula, no son pocos los “izquierdistas” legalizados y doblegados que hacen esto en cualquier recepción, se pelean por ser invitados a las fiestas de los políticos y magnates que están en el poder, para poder presentarse ante ellos y demostrar su subordinación y lealtades que les dejarán los puestos y los presupuestos en donde puedan encontrar, además de jugosos ingresos, la forma de sostenerse en el poder y para el poder. Son las ventajas de convertir a la política en un negocio y no en una lucha de ideas y de ideales. La fórmula es hacer las ideas negociables para que obtengan un valor y así se puedan convertir en valores reales que permitan enriquecer y dar aceptación social y económica a los famosos disidentes opositores. Bienvenidos a la realidad.

Hoy en día los opositores solamente lo son de nombre y de lengua, más  lengua que de nombre, son indefinidos y maleables, se prestan a las negociaciones con tal de obtener, dicen ellos, puestos y presupuestos en beneficio de la comunidad, cuando solamente son recursos destinados a su personal enriquecimiento. Se olvidan de las ideas y de los ideales, se habla de que hay acuerdos para sacar a una fuerza política y, con números, lograr el triunfo; los números de votantes son los que definen las alianzas para las tranzas y con las tranzas se ven los resultados monetarios y jugosos de las negociaciones, siempre en beneficio de los mandones o controladores de la mafia en el poder que domina al grupo en cuestión.

Ya no se escucha aquello de la dignidad, el honor, la palabra, la lealtad, la visión del presente al futuro, esas son palabras, dicen aquellos que dejaron los ideales y las ideas a cambio de los pesos, de los puestos y de los presupuestos. Para ellos, nada vale más que el valor de los pesos. No hay nada que marque mejor el éxito de una negociación que cuando se habla de millones o de puestos con buenos presupuestos. La demagogia, dicen, es estar en los puestos sin dineros y sin poder; ya no se habla de la traición a las causas populares, así que cualquiera puede brincar del PRI a cualquier partido de la oposición, porque de ahí se ha embrutecido y pervertido la propia oposición al no saber defender sus principios y sus ideas; les valió madres, dicen, cuando se dieron cuenta que efectivamente el principio del poder es: POLÍTICO POBRE, ES UN POBRE POLÍTICO. SE OLVIDARON DE LA VIRTUD Y RAZÓN DE SER DE JUÁREZ O DE LOS FLORES MAGÓN, DE VASCONCELOS O DE LOS HOMBRES QUE FORMARON PATRIA Y DESTINO. ¿Para qué quieren el futuro si ellos no estarán en él? Quieren gastar los dineros que a otros han robado, los que les dan chance de ser parte de la pandilla para robar: SOCIOS O CÓMPLICES, ES LA BASE DE LA POLÍTICA ACTUAL.

Ahora vemos cómo ajustan las ideas y los ideales para construir y rescatar la Patria de los conservadores y de los imperialistas, como lo dijo Juárez, pretendiendo que los cambios son para mejorar, y no denuncian que son para entregar los recursos naturales y nacionales, propiedad de todos, a unos cuántos; que no hablan de que nos roban las ideas, los ideales, el presente y el futuro cuando se roban los recursos públicos para utilizarlos en hacer sus negocios privados.

Ahora es cuando podemos entender cómo se pervierten las ideas y los ideales, cómo el pensamiento universal y universitario queda en la simple negociación monetaria del puesto y del presupuesto. Así que, cuando se habla de Juárez, de Cárdenas el bueno, de López Mateos y de los hombres que nos dieron Patria y dignidad, se pueden ocultar sus ideas y pervertirlas al lenguaje políticamente correcto de la actualidad, dejando vacías y truncas estas ideas y pervertidos los ideales.

Así se construye ahora la política y se hacen a los nuevos dictadorzuelos en el poder… ya saben ahora por quién votar, por el que voten, cualquiera, nos pretenderá joder más… así es “el negocio de la política”.