Violencia Oaxaqueña

Gabino Cué. Pésimo gobernante que tiene al estado de Oaxaca convertido en un polvorín.

 

Sócrates Campos Lemus.

 

Hablar en Oaxaca de violencia extrema en el actual gobierno es como hablar de que “no sucede nada”, por la simple razón de que hay, lo debemos de reconocer, un amplio margen donde los grupos de la delincuencia organizada no solamente son protegidos por las autoridades, los gobernantes y los políticos, sino que ya forman parte de este fenómeno que vemos en todo el país, en el que la narcopolítica es una realidad, y los grupos  de la delincuencia organizada no se encuentran fuera del poder y del gobierno, sino dentro de esa estructura.

En las comunidades más pobres y marginadas de la entidad es donde se concentran los grupos ligados al trafico, siembra y distribución de drogas, en muchos lados éstos son los que controlan a muchos de los municipios y los que operan y manejan a los grupos de “oposición” o bien, son los que tienen el control de los grupos representantes de los partidos políticos y no faltan en otros, los grupos que se asocian o apoyan a las guerrillas, que son una realidad en toda la entidad. Esto está ligado no solamente a la pobreza y la marginación sino también a los negocios y perversidades políticas que sostienen los ex gobernadores en todo el estado, y que son los que controlan el poder aún en un gobierno que se supone es diferente a los gobiernos que ellos representaron, o porque el “vacio de poder en Oaxaca” no solo influye y destruye el tejido social y económico del estado, sino que se muestra en la forma en que los cacicazgos locales tienen el control real del poder en la entidad. Y esto es tan evidente que, por ejemplo, el ex secretario general de gobierno, Jesús Martínez Álvarez, ha denunciado abiertamente este enorme vacio de poder y la corrupción e ineficiencia que priva en el gobierno actual. Sabemos que no es una política real y honesta la que aplican los grupos y ex políticos que conforman el violento cacicazgo en la entidad, las confrontaciones son por grandes intereses y grandes sumas de dinero que se disputan entre los grupos de ex gobernadores, ya que saben que, por ese vacio de poder, se puede continuar mamando de los presupuestos del estado y saqueando los recursos de los oaxaqueños, porque el mismo gobierno y equipo que está en el poder hace esto y lo permite como una forma de llevar adelante eso que existe en la política nacional: “EN POLÍTICA: SOCIOS O CÓMPLICES”, lo demás es demagogia…

La violencia  está asentada en la región y es tan brutal como la que hemos visto en Tamaulipas, Guerrero o Michoacán, y en muchos casos se encuentra alentada y fomentada por los mismos políticos o grupos de poder, no solo por los caciques que son los que controlan bastas zonas en Oaxaca. Esto es una realidad, como es realidad el control de la narcopolítica en la entidad o la narcoguerrilla, o la manipulación que se hace por parte de los grupos de viejos caciques o por los mismos ex gobernadores que son los que siguen influyendo para controlar los PUESTOS Y PRESUPUESTOS o los conflictos que se utilizan como una “moneda de cambio” para dar “paz” en algunas regiones a cambio de importantes sumas de dinero que paran en los bolsillos de los operadores o en los bolsillos de los políticos y socios que operan los recursos oaxaqueños no a favor de los pobres o marginados, sino a favor de sus grupos y de sus socios o los que permiten hacer los grandes negocios, como lo vienen haciendo los socios, cómplices y compadres del gobernador, como todos lo sabemos en Oaxaca.

Cada día son más los asesinatos que no son investigados, porque los mismos gobernantes saben exactamente quién o quienes son los responsables y cuentan con su protección o con la complicidad de los gobiernos locales o son parte de los grupos de la “oposición” que viven de la protesta social, o  son parte de los grupos de narcotraficantes o la guerrilla, y es por esa razón que cada día se complican mucho más los asuntos y se ven mayores homicidios que no son resueltos porque esta es la forma de gobiernar y de controlar que tienen los grupos de poder en el estado. Así que cuando se ven esos asesinatos y violencia que se acerca a las regiones se sabe que pronto están por acelerar las condiciones de protestas y violencia generalizada en Oaxaca, porque esta es la mejor manera de ocultar las corruptelas y de imponer al gobierno federal a los grupos que son los beneficiarios de este desmadre  en el estado, y que es parte de una “cultura política”.

Para ocultar los grandes saqueos, robos y corruptelas en Oaxaca, se recurre a acelerar la violencia, y esto es lo que se está haciendo cuando los gobernantes actuales saben que están siendo investigados y pueden dejar el poder o ir a la cárcel por sus tropelías. Esto es lo que sucede cuando la violencia extrema se manifiesta en Oaxaca.