Freddie Mercury, la atronadora voz que se apagó por culpa del sida

Era un secreto a voces. Freddie Mercury aparecía en el videoclip These are the days of our lives con los pómulos ligeramente hundidos y más delgado de lo habitual. Los rumores corrían como la pólvora en aquel 1991, el mismo año en el que Queen publicaba el último disco con su cantante, “Innuendo”. A excepción de sus amigos más cercanos, entre los que se incluía la soprano Montserrat Caballé, nadie lo sabía oficialmente.

En 1989, los peores presagios para Freddie Mercury se habían hecho realidad. El icónico líder de Queen había decidido hacerse las pruebas del VIH después de que dos antiguos amantes fallecieran de sida. Cuando supo la noticia, el cantante británico redujo todavía más sus escasas apariciones. El 23 de noviembre de 1991, Freddie Mercury hizo público un comunicado en el que confirmaba los rumores. Al día siguiente, 24 de noviembre, el líder de Queen fallecía rodeado de sus seres queridos.

Respondiendo a las informaciones y conjeturas que sobre mí han aparecido en la prensa desde hace dos semanas, deseo confirmar que he dado positivo en las pruebas del virus y que tengo el sida.

Es hora de que mis amigos y mis fans en todo el mundo conozcan la verdad, y deseo que todos se unan a mí, a mis médicos y a todos los que padecen esta terrible enfermedad para luchar contra ella.

El reportaje de Informe Semanal aludía a su “vida ajetreada y salvaje” y a su “promiscuidad sexual”. El programa emitido por la televisión pública recogía un supuesto comentario del líder de Queen, donde habría llegado a afirmar que “tenía más amantes que Liz Taylor”.

Nunca sabremos si la frase fue real, dadas las breves y esporádicas apariciones públicas que Mercury hizo y lo poco que le gustaba hacer entrevistas. La estigmatización, sin embargo, continúa a día de hoy, como demuestran los problemas que sufren a veces hombres homosexuales para realizar donaciones de sangre.

Veinticinco años después de la muerte de Freddie Mercury, aún queda mucho por hacer. Mejorar la efectividad de las campañas de prevención sexual, promover el diagnóstico precoz y ofrecer las terapias a todos aquellos que las necesiten son desafíos fundamentales. El virus que acabó con la vida del líder de Queen, debilitando su sistema inmunológico como consecuencia del sida que desarrolló, sigue presente en la sociedad. Ojalá que algún día, tal y como pidió Mercury en su comunicado, la unión haga la fuerza y la medicina gane al VIH. Y es que, parafraseando una de sus letras más conocidas…

“The Show Must Go On”