México, pobre país petrolero

Algo grave ha sucedido durante las últimas décadas en las que se han formado las generaciones de “políticos” sátrapas y antipatriotas que han terminado siendo lacayos de las oligarquías nacional y extranjera, a las que les han entregado nuestras riquezas naturales y con las que de manera abominable se han asociado para enriquecerse a costa de la miseria del pueblo. Si bien es cierto que desde el origen de nuestra raza quedaron grabados en nuestros genes los traumas del derrotismo y el sometimiento, por parte de nuestras raíces indígenas, y el fuerte comportamiento corrupto, heredado de los conquistadores españoles, lo que ha sucedido desde hace por lo menos ocho sexenios no tiene precedente en la historia de nuestro país, pues es en estos años en los que se han desarrollado verdaderas estirpes delincuenciales de “gobernantes” peligrosísimos, traidores a la patria y carentes de moral; sucios y venales.

 El 21 de diciembre pasado más de mil personas tomaron el Palacio de Gobierno de Nuevo León, protestando en contra del gobernador Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, por su promesa incumplida de eliminar el cobro de tenencia vehicular y por aumentar impuestos.
El 21 de diciembre pasado más de mil personas tomaron el Palacio de Gobierno de Nuevo León, protestando en contra del gobernador Jaime Rodríguez Calderón “El Bronco”, por su promesa incumplida de eliminar el cobro de tenencia vehicular y por aumentar impuestos.

Perversos a más no poder, estas élites, manipuladas indistintamente por intereses externos, principalmente por los estadounidenses, premeditadamente siempre han sabido que deteriorando la educación pública se tienen más expectativas de tener éxito en sus aviesos fines, que indefectiblemente han sido los de saquear todo lo que se pueda de las entrañas de la nación y de los rincones de nuestros bolsillos.

Un pueblo sin educación es un pueblo sin boca, sin ojos y sin oídos, y en este esquema la clase gobernante mexicana ha tenido en numerosos medios de comunicación masiva repugnantes aliados, como Televisa que por más de 50 años ha tenido el nada honroso papel de mal informar e idiotizar a buena parte de la sociedad, para la cual, hoy en día, sigue siendo mucho más importante la final de un torneo de futbol y la celebración del cumpleaños de una joven quinceañera que vive en un municipio remoto de nuestro país, que informarnos de lo que realmente sucede en los aspectos económico, político y social, que son los que al fin de cuentas definen la cantidad de comida que vamos a poder llevar a las mesas de nuestras casas, la ropa que vamos a poder adquirir para nuestros hijos y los años que vamos a poder solventar sus estudios.

Sí, algo grave ha sucedido durante las últimas décadas en las que, como sociedad, hemos permitido toda clase de abusos de la partidocracia criminal que nos “gobierna”, a pesar de la tecnología que está a nuestro alcance, como las redes sociales de internet, que todavía no hemos podido lograr utilizar de manera eficaz para organizarnos y protestar masivamente para deshacernos de una vez por todas de ese sector parasitario que tanto daño nos ha hecho.

Hoy, las consecuencias las estamos viviendo al ver a nuestra nación deshecha e, impotentes, saber que hasta hace poco tiempo éramos el quinto país más poderoso del mundo en producción petrolera, pero ahora, gracias a la corrupción insultante de nuestros “gobernantes” y a nuestra indiferencia, PEMEX, de manera intencional, está siendo llevada a la quiebra y nos hemos convertido en el principal importador de gasolina de las abusivas empresas refinadoras estadounidenses del ramo, cuando desde hace muchos, muchísimos años, nuestros “gobernantes” debieron de haber construido más refinerías a lo largo y ancho de nuestro territorio, pero por sus tratos inconfesables con los gobiernos estadounidenses no lo hicieron, no lo han hecho ni lo harán.

El grave desabasto de gasolina que ha habido en la mitad del país se debe a la corrupción y perversidad del gobierno mexicano.
El grave desabasto de gasolina que ha habido en la mitad del país se debe a la corrupción y perversidad del gobierno mexicano.

Ahora, en el contexto de la “reforma energética”, que en los hechos no está significando más que la entrega descarada de nuestros recursos petrolíferos a las empresas privadas nacionales y gringas iniciada en el sexenio panista del ex presidente dipsómano Felipe Calderón y concretizada en la actual administración del corrupto presidente priísta Enrique Peña Nieto, a través de información publicada en escasos medios de comunicación muy prestigiados nos enteramos que el grave desabasto que se ha presentado en la mitad del país obedece precisamente a la corrupción e ineficacia de nuestros “gobernantes”, que al pretender llevar a la bancarrota a PEMEX para justificar su completa privatización están disminuyendo la producción de petróleo y el refinamiento de gasolina para consumo nacional manteniendo intacta la producción destinada para la exportación a países como por ejemplo Estados Unidos, por lo que ahora, siendo un país petrolero, tenemos que importar petróleo y gasolina de nuestros vecinos ventajosos del norte.

Por otra parte, el gobierno de Enrique Peña Nieto ha anunciado ya el inminente arrendamiento a inversionistas privados de las terminales de almacenamiento y oleoductos de PEMEX para que hagan uso de ellos y compitan con la paraestatal. Para tal efecto, durante los últimos cuatro años el gobierno de Enrique Peña Nieto ha dado mantenimiento y remodelado todas esas instalaciones gastando 7,500 millones de pesos para que los inversionistas privados las reciban en excelentes condiciones. Es decir, con el dinero de los contribuyentes, con nuestro dinero, hemos pagado esa estratosférica suma de dinero para que los inversionistas privados hagan uso de esa infraestructura y sean los principales beneficiados. ¿Y qué recibiremos los ciudadanos como premio? Pues nuestro premio será que este año 2017 vamos a pagar un promedio del 20% más de lo que cuestan los litros de gasolinas Magna, Premium y Diesel, con el consabido efecto de la inflación que el aumento a los precios de las gasolinas siempre acarrea.

A grandes rasgos, estos son solo algunos de los muchos resultados negativos que nos dejará la “reforma energética” a los mexicanos, más no a ese reducido grupo delincuencial de “gobernantes” pertenecientes a la partidocracia criminal mexicana que están entregando PEMEX, la Comisión Federal de Electricidad y nuestras minas a los “inversionistas privados”, de los cuales, indudablemente, posteriormente se sabrá que son sus socios.

Por todo lo anterior, urge ya que la ciudadanía se organice al margen de esa partidocracia traidora y prostituida, para iniciar la recomposición del país y revertir los robos y atropellos que estamos padeciendo. Ya hay amplios sectores de la sociedad que desde hace tiempo están levantando la voz de manera muy enérgica en varias regiones de la República por lo que no se ve difícil ni lejano que en un futuro inmediato el rumbo actual de nuestra penosa historia dé un giro de 180 grados.