Increíbles imágenes de una tribu completamente aislada de la civilización

La globalización ha mejorado la existencia de los seres humanos en todos los ámbitos posibles. En otras épocas los cambios en el estilo de vida de las personas requerían mucha paciencia. Las innovaciones tecnológicas tardaban décadas en materializarse. Además del constante desequilibrio político y social, sin tomar en cuenta lo diferente que solía ser la medicina, la vida hace unos siglos era bastante terrible.

Ahora podemos notar la inmensa diferencia que significa pertenecer a una u otra generación de humanos que hayan nacido en el siglo XX. Dependiendo en qué década hayas nacido, tu vida puede ser completamente diferente, en un sentido positivo, todo gracias al acelerado progreso tecnológico.

A pesar de todo, todavía existen comunidades humanas que se desarrollan completamente separadas de la cotidianidad moderna que conocemos. En la frontera entre Perú, Brasil y Bolivia, viven varias tribus que no han tenido contacto con la civilización en absoluto. Sin embargo, su modo de vida se encuentra en perpetua amenaza por culpa de las deforestaciones orquestadas por codiciosas compañías y las peleas entre narcotraficantes de la zona.

Es difícil imaginar cómo será la vida de estos individuos. El mundo en el que viven es diametralmente opuesto al nuestro en todo sentido. Sus costumbres, sus rutinas, sus pasiones, lo que hacen en su tiempo libre, etc. Quizá nunca sepamos con certeza lo que se siente ser uno de ellos.

Lo que podemos hacer es conformarnos con observarlos desde la distancia. El fotógrafo brasilero Ricardo Stuckert tuvo la suerte de que el helicóptero en el que viajaba se desviara de su curso por una tormenta. Entonces notó que volaban por encima de una zona conocida por servir de morada para estas tribus aisladas. Ricardo sacó su cámara y comenzó a retratar lo que veía. Los resultados son maravillosos e intrigantes. Los nativos consideraron el helicóptero como una amenaza y empezaron a dispararle flechas mientras expresaban una confusión sin igual.

Las fotografías que verán a continuación muestran una realidad única en el mundo, una cara de la humanidad que permanece oculta y que pronto podría dejar de existir. Todos los retratos pertenecen a Ricardo Stuckert.