Durango: La dictadura en la cultura

Fernando Miranda Servín.

 

Lejos de mejorar, las cosas empeoran en Durango en el terreno de la cultura, y es que sus gobernantes, por más que tengan buenas intenciones, no logran escoger a los titulares idóneos de los principales institutos culturales de la entidad.

Así, en este sexenio hemos visto que llegan a estos cargos personajes poco serios y nefastos para el quehacer cultural duranguense, que poco o nada aportan para el fomento real de las actividades culturales y solo se dedican a cobrar jugosos sueldos y a dilapidar el erario en viajes.

Rubén Ontiveros, director del ICED. De viajes y de compras, los creadores pueden seguir esperando.
Rubén Ontiveros, director del ICED. De viajes y de compras, los creadores pueden seguir esperando.

Al comienzo de la administración actual, la ciudadanía y la clase cultural duranguense tuvieron que padecer la gestión ineficaz y corrupta al frente del Instituto de Cultura del Estado de Durango (ICED) de la cantante Corín Martínez, quien duró en el cargo poco más de dos años y hasta la fecha está sujeta a investigación por el Congreso estatal en el juicio político demandado en su contra por una docena de creadores duranguenses que, con testimonios y documentos, la acusan de malversación de fondos públicos, nepotismo e ineficacia en el cumplimiento de sus funciones públicas.

Luego de infinidad de denuncias por corrupción e ineptitud que le hicieron incontables integrantes de la comunidad cultural, Corín Martínez fue removida de su cargo y en su lugar quedó otro personaje no muy distinto a ella, Rubén Ontiveros, quien es más conocido en el ambiente político local por encubrir los fraudes que se cometieron en el organismo gubernamental llamado Transformadora Durango, del que fue titular durante el sexenio anterior, que por su trayectoria literaria. Y es precisamente por eso que se le vincula con el ex gobernador saqueador Ismael Hernández Deras, actual senador de la República.

De oficio escritor, Rubén Ontiveros no ha hecho mas que procurar a algunos amigos del gremio al que pertenece, a quienes ha dado trato preferencial en perjuicio de exponentes de otras ramas de las artes. Sin ningún proyecto cultural, este funcionario se ha dedicado a dilapidar el erario en constantes viajes de placer a la ciudad de México, junto con otro depredador de este instituto, el director de difusión cultural, Víctor Hugo Galván Ortega, quien como organizador del Festival Revueltas jamás ha rendido cuentas sobre los gastos millonarios que realiza en dicho festival, contestando a través de la oficina de enlace para la transparencia que, por ejemplo, no puede informar a la ciudadanía cuánto dinero le paga a los artistas foráneos que vienen a actuar al festival porque se lo impiden las cláusulas de “confidenciabilidad” (sic). Este personaje, Víctor Hugo Galván, es conocido en el ambiente cultural por exigir porcentajes o comisiones a proveedores de servicios y a artistas a quienes contrata, cuando le presentan facturas de cobro por trabajos hechos para el ICED.

Lauro Arce Gallegos, director del IMAC. Poca cultura y mucho entretenimiento para los duranguenses.
Lauro Arce Gallegos, director del IMAC. Poca cultura y mucho entretenimiento para los duranguenses.

“Cheque el estacionamiento de las oficinas del ICED, si ve un automóvil Mazda o un Mercedes Benz último modelo son de Víctor Hugo Galván”, comenta un empleado del mismo ICED.

Y a Rubén Ontiveros, el director del ICED, es más fácil encontrarlo cada quincena en el centro comercial City Club, en donde sin ningún empacho surte su despensa llenando hasta tres carros de la supertienda con todo tipo de enseres, mientras la mayoría de los creadores duranguenses viven al día o tienen que dedicarse a otras actividades por el nulo trabajo que este funcionario hace para apoyar a los artistas locales en sus proyectos y promoverlos para que participen en los programas que ofrece el CONACULTA.

“Los directivos del ICED ni siquiera revisan los proyectos que les presentan los artistas locales… en más de una ocasión me han ordenado tirar a la basura cajas enormes de cartón llenas de grabaciones de músicos, que jamás oyen, y de textos de escritores, que nunca leen. Solamente apoyan a sus familiares y amigos”, acusa un empleado del ICED que solicita el anonimato por temor a perder su empleo.

Hoy, Rubén Ontiveros se apresta a coordinar la construcción de un llamado “Centro Estatal del Conocimiento y las Artes”, dentro del conocido Parque Sahuatoba, ubicado en una de las zonas más exclusivas de la ciudad de Durango, para lo cual ya tiene asignado un presupuesto de 35 millones de pesos. Y las especulaciones no han demorado en darse, dados los antecedentes oscuros de este funcionario. “Habría que ver qué empresa va a construir este centro ya que Ontiveros es fiel colaborador del ex gobernador Ismael Hernández Deras, propietario o socio de varias constructoras”, apunta otro empleado de este instituto. Y, en el colmo del cinismo, el proyecto de construcción del “Centro Estatal del Conocimiento y las Artes” fue plagiado por Rubén Ontiveros al Arq. Fernando Andrade Cansino, ex subdirector del ICED en el sexenio de Ismael Hernández Deras.

En los hechos, tanto el gobierno estatal como el municipal de la ciudad de Durango carecen de una política cultural seria, y los directivos de este ramo confunden el entretenimiento con la cultura, como el director del Instituto Municipal del Arte y la Cultura, de la ciudad de Durango, Lauro Arce Gallegos, quien, al igual que el director del ICED, jamás ha presentado su proyecto cultural a la ciudadanía, y los pocos eventos que realiza este instituto distan mucho de ser culturales.

En el IMAC tampoco se ayuda a los creadores duranguenses que se atreven a tocar sus puertas para solicitar apoyo para realizar sus proyectos artísticos ya que solo un pequeño grupo de privilegiados (familiares y amigos de los directivos) tienen acceso a estos beneficios.

No pocos integrantes de la comunidad artística duranguense coinciden en que el único mérito de este director del IMAC es haber sido compañero de dueto musical, del género de canciones rancheras, del presidente municipal, el priísta Esteban Villegas, con quien hasta hace pocos años actuaba en fiestas y en algunos eventos públicos, y se hacían llamar “Esteban y Lauro”. Lauro Arce Gallegos, en los hechos, no tiene ninguna trayectoria en el terreno verdaderamente cultural, lo suyo es el entretenimiento y la animación, las porras a candidatos priístas en las campañas electorales.

Así las cosas, independientemente de sus directivos ineficaces y corruptos, al interior del ICED y del IMAC sobreviven las mismas mafias que durante casi dos décadas han saqueado las arcas de estos institutos, conformando una vergonzosa dictadura que, hasta la fecha, en este rubro mantiene sumido al estado de Durango en los últimos lugares a nivel nacional.