Viento en popa el narcomenudeo en Durango, bajo el gobierno de Aispuro Torres

De la redacción de razacero.

Con una política mediática mucho más agresiva que la practicada por los anteriores gobiernos priístas corruptos, el gobierno de José Aispuro Torres dilapida cantidades extraordinarias de dinero del erario para intentar promocionar logros totalmente falsos de su administración. Lo anterior se dejó notar con la exagerada cobertura que tuvo su primer informe de gobierno en los medios de comunicación nacionales y locales, enalteciendo avances inexistentes y manejando cifras que no coinciden con la realidad que viven los duranguenses en cuanto a empleo, desarrollo social y seguridad.

Y es precisamente en este último rubro, el de la seguridad, en donde Aispuro Torres más le miente a la ciudadanía tratando de proyectar una imagen que su Secretaría de Seguridad Pública y su Fiscalía no tienen.

Recientemente, luego de su aparatoso pero al fin de cuentas escuálido primer informe de gobierno, la parafernalia de su equipo de comunicación social se ha dado a la tarea de vapulear a los usuarios de las redes sociales propagando los supuestos éxitos de este gobernante, como por ejemplo difundiendo los resultados tendenciosos de la llamada Encuesta Nacional de Victimización y Percepción sobre Seguridad Pública, realizada por el INEGI, institución que ya desde hace mucho tiempo ha perdido el prestigio que tenía debido a las inconsistencias de sus investigaciones y estadísticas.

Así, en los últimos días los usuarios de la popular red social Twitter vieron con asombro el mensaje que el gobernador de Durango envió con bombo y platillos a través de su cuenta de Twitter: “Mejora la confianza de duranguenses en autoridades policíacas durante el presente año según la #ENVIPE2017 publicada por @INEGI_INFORMA”.

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En la Av. Mercurio, esquina con Blas Chumacero, en el fraccionamiento Jardines de San Antonio de la ciudad de Durango, pasan los elementos de la policía estatal frente a los narcomenudistas sin hacer absolutamente nada, gracias a los acuerdos que el gobernador José Aispuro Torres y su secretario General de Gobierno, Arq. Adrián Alanís Quiñones, tienen con el crimen organizado.
En la Av. Mercurio, esquina con Blas Chumacero, en el fraccionamiento Jardines de San Antonio de la ciudad de Durango, pasan los elementos de la policía estatal frente a los narcomenudistas sin hacer absolutamente nada, gracias a los acuerdos que el gobernador José Aispuro Torres y su secretario General de Gobierno, Arq. Adrián Alanís Quiñones, tienen con el crimen organizado.

Pero lo cierto es que la percepción que la ciudadanía duranguense tiene de las dos instituciones policíacas estatales no es nada positiva, y una prueba de ello es que el 90% de las víctimas de delitos no acuden a la Fiscalía a solicitar la apertura de investigaciones porque ya saben lo que les espera: el maltrato del personal de esta dependencia, la corrupción de los ministerios públicos y la petición de dádivas de los agentes ministeriales; y con los que se atreven a acudir sucede lo mismo: un 90% o más, luego de una larga espera de varios meses, no ven resueltas sus querellas.

En este contexto de la seguridad, algo que llama poderosamente la atención es la marcada presencia de narcomenudistas en más de un centenar de puntos de la capital de Durango, negociando su mercancía ilegal en la vía pública y a plena luz del día, enviando el mensaje a la ciudadanía de que están ahí porque quieren, porque pueden, y porque lógicamente tienen acuerdos con las altas autoridades estatales, como el mismo gobernador y su secretario General de Gobierno, Arq. Adrián Alanís Quiñones, quienes a pesar de las denuncias ciudadanas, de las que han hecho eco algunos medios de comunicación locales, no han tomado ningún tipo de medida para combatir este delito.

La indignación de los ciudadanos va más allá pues denuncian ante esta redacción que buena parte de los personeros que realizan estas actividades ilícitas suelen faltarle al respeto a las esposas e hijas de quienes tienen la desgracia de vivir o circular por estos puntos.

“En la Av. Mercurio, esquina con Blas Chumacero, en el fraccionamiento Jardines de San Antonio, tenemos ese problema, ya denunciamos desde hace más de medio año en un canal de televisión, pero el gobernador no hace caso… no sé qué le parecería al gobernador Aispuro si enfrente de su casa sucediera lo mismo. Aquí vemos pasar a los policías estatales y ministeriales, pero más que cuidar a la ciudadanía parece que patrullan las calles para proteger a los narcomenudistas”, manifiesta un vecino de esta zona que solicita el anonimato por razones obvias.

Esta es la verdadera percepción sobre la seguridad pública que tienen los ciudadanos, tanto del gobernador como de las instituciones policíacas que están bajo su mando como titular del Poder Ejecutivo estatal. Una percepción muy diferente a la que sus ostentosas campañas de “comunicación social” intentan imponerle a la ciudadanía.