Rubén Jaramillo

De la redacción de razacero.

Rubén Jaramillo Ménez nació en Real de Minas, Zacualpan, Estado de México, el 25 de enero de 1900, fue un militar, político, revolucionario y guerrillero mexicano de origen campesino. Participante en la Revolución mexicana, fue el artífice del Movimiento Jaramillista, un movimiento social campesino activo entre las décadas de los años 40 y 60 del siglo pasado.

Hijo de Romana Ménez Nava y de Atanasio Jaramillo, tuvo seis hermanos y fue nieto de Julián Jaramillo Navas, colaborador de Benito Juárez.

Aunque nació en Real de Minas, en donde su familia trabajaba en la minería, tuvieron que trasladarse al estado de Morelos por el cierre de distintas minas. En 1903 su familia se estableció definitivamente en Tlaquiltenango, debido a esta necesidad y a la muerte de su padre.

PÁG. 8 (1).Rubén Jaramillo se integró al Ejército Libertador del Sur quedando a las órdenes directas de Emiliano Zapata cuando sólo tenía 14 años de edad, con Zapata luchó en contra de los caciques y a favor de las reformas agrarias del Plan de Ayala, y se convirtió en un oficial apreciado y querido por los habitantes de Morelos y del sur de Puebla.

En 1918 Jaramillo reunió a los hombres que lo seguían y les explicó que la revolución zapatista había sido derrotada, por lo que valía más guardar las armas y retirarse para continuar la lucha en un momento más propicio.

Trabajó en varias haciendas hasta que fue localizado y encarcelado por los carrancistas. Liberado del encierro, durante los años siguientes se convierte en uno de los líderes campesinos más conocidos y respetados del estado de Morelos.

Jaramillo, con el apoyo del entonces presidente Lázaro Cárdenas del Río, fundó el ingenio de Zacatepec y el Banco Ejidal, mismos que preside en 1938.

También, Rubén Jaramillo fue cofundador de la Unión de Productores de Caña de México y se levanta en armas cuando algunos funcionarios y empresarios trataron de asesinarlo entre 1943 y 1944, comenzando el Movimiento Jaramillista a favor de una mejor paga para los ejidatarios cultivadores de la caña y en contra de las imposiciones políticas violentas y arbitrarias del gobierno del presidente Manuel Ávila Camacho.

Luego de esta resistencia, Jaramillo acepta la amnistía de Ávila Camacho y regresa a su vida cotidiana.

En 1945 funda el Partido Agrario Obrero Morelense, siendo candidato a gobernador de Morelos en 1945 y en 1952 con el apoyo de la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano, que ese mismo año postuló al general izquierdista Miguel Henríquez Guzmán como candidato a la presidencia de la República, perdiendo por fraude electoral perpetrado por el PRI para imponer a Adolfo Ruiz Cortines.

Jaramillo, ante los embates de los gobiernos corruptos del PRI al servicio de la oligarquía nacional que pretendían dominar la industria azucarera sometiendo y asesinando a los campesinos, se alzó otra vez en armas en 1957 con el Plan de Cerro Prieto, en el que reivindicaba una nueva repartición de tierras, la expropiación de la industria básica y el desarrollo de la industria pesada, así como la expropiación de las fábricas, por lo que fue constantemente perseguido, viéndose obligado a mantener una resistencia armada en las montañas de Morelos, con el apoyo del Partido Comunista Mexicano.

Así las cosas, Rubén Jaramillo adquiere un enorme reconocimiento como líder campesino y como guerrillero, por lo que el presidente represor Adolfo López Mateos, ante presiones políticas y sociales, le otorga la amnistía en 1959.

La prensa oficialista de esa época calificaba a Rubén Jaramillo como un bandolero protegido por el ex candidato presidencial Miguel Henríquez Guzmán, principal dirigente de la Federación de Partidos del Pueblo Mexicano.

Ya amnistiado, Rubén Jaramillo continúa con su activismo político pugnando por la repartición equitativa de tierras y defendiendo a los campesinos de Morelos de los abusos de poder del gobierno y de los caciques locales, por lo que el 23 de mayo de 1962, a las 14:30 horas, cuatro pelotones del Ejército mexicano al mando del sargento Manuel Justo Díaz ubican a Jaramillo en su casa del número 10 de la calle Mina, en Tlaquiltenango, y lo secuestran junto con su esposa Epifania Zúñiga, quien se encontraba embarazada, sus tres hijos, Enrique, Filemón y Ricardo, sobrinos y compañeros de lucha. A las pocas horas, el grupo de jaramillistas es arteramente asesinado en las inmediaciones de las ruinas de Xochicalco. Años, después, de acuerdo a investigaciones y documentos oficiales del gobierno de México, se pudo determinar que la orden para ejecutar este genocidio fue dada por el entonces presidente Adolfo López Mateos.

En el año 2016, a iniciativa de la diputada perredista Hortencia Figueroa Peralta, el Congreso del estado de Morelos inscribe en el muro de honor de su recinto, con letras de oro, el nombre del legendario campesino y guerrillero Rubén Jaramillo, al lado del Caudillo del Sur, Emiliano Zapata.