Recuperar los partidos opositores

En opinión de Manuel Díaz, es el momento de que militantes, simpatizantes y cualquiera que quiera proteger nuestra democracia, entienda que esta comienza por recuperar los partidos de sus dirigencias.

“No piensen qué puede hacer tu país por ti. Piensa qué puedes hacer tú por tú país”

JOHN F. KENNEDY

“Pero nuestra herencia debe ser fuente de exigencia, no de complacencia ni de inmovilismo. Sólo los partidos autoritarios pretenden fundar su legitimidad en su herencia. Los partidos democráticos la ganamos diariamente”.

LUIS DONALDO COLOSIO

Nuestro país vive uno de esos momentos negros, con una clase política incapaz de nutrirse de la sociedad o de proponer soluciones a los problemas cotidianos.

Estamos enfrascados en el debate impuesto por un gobierno, más interesado en mantenerse en el poder que dispuesto a atender las necesidades de sus gobernados.

¿Y las militancias de los partidos opositores? Pues lambisconeando a sus “líderes” por huesitos; algo parecido a lo que critican de la 4T.

Antes que la alianza, el candidato, las primarias o el gobierno de coalición está la recuperación de los partidos opositores de manos de su dirigencia.

La disyuntiva

Es cierto lo que dice el presidente López Obrador, estamos en un momento único que determinará el devenir de la nación en las próximas décadas, pero debe reconocer que existe la disyuntiva entre, un régimen autoritario o una nación que le apueste a la pluralidad y al desarrollo.

De ahí la importancia del análisis de Adriana Dávilaexdiputada que contendió frente a Marko Cortés por la dirigencia nacional del PAN. Ella ha puesto el dedo en la llaga de su partido y de la Alianza Opositora al señalar en un imperdible artículo publicado en El Universal que: “Los mexicanos saldrán a votar por la oposición cuando @AccionNacional, @PRI_Nacional y @PRDMexico asuman sus causas y propongan alternativas que los entusiasmen, los convoquen y los inviten a votar”.

Las elecciones en el Estado de México dejaron ver con claridad que los dirigentes de los partidos opositores fallaron y diversas voces han hecho un llamado para cambiar el rumbo y concentrar esfuerzos en mejorar la estrategia.

Reformular la estrategia

Dávila le pidió a Marko Cortés ser autocríticos y concentrarse en escuchar y organizar a los militantes y ciudadanos que están dispuestos a enfrentar la batalla presidencial.

Para ello, señaló, deben ejecutarse al menos dos tareas:

“1. Crear, o en su caso, fortalecer, las estructuras electorales que son parte de la vida institucional de los partidos, no sólo para el cuidado del voto, sino para promoverlo. Debe hacerse sin distinciones, con la integración de todas las voces internas, sean o no coincidentes. En estos momentos debemos sumar a todo aquel que esté dispuesto a aportar a la causa de México”.

“2. Definir, con eficiencia y estrategia, la propuesta convocatoria a todos los mexicanos, que ven la oposición una alternativa para la solución de sus problemas cotidianos”.

A diferencia del PRI, el PAN siempre ha funcionado con una estructura de militantes muy pequeña, pero con capacidad de generar simpatizantes en la sociedad civil. Mientras el PRI ha funcionado con grupos clientelares y una estructura demasiado robusta de organizaciones, sindicatos y grupos de interés.

Ambos partidos tienen ahora la imperiosa necesidad de reformularse, el PRI reconocer que ya no es el partido hegemónico ni seguirse sustentado en bases clientelares y de interés.

Y el líder del PAN, debe dejar de mimetizarse con Alito y dejar de repetir la vieja y caduca formula de fortalecer un régimen caudillista.

De no reconocerlo, los resultados electorales se repetirán.

Transformarse

El PRI ha tenido importantes momentos de transformación democrática, el más notable quizá, fue el de Luis Donaldo Colosio, quien como presidente del PRI insistió en fomentar mayor interlocución con la sociedad y pidió a los priistas acostumbrarse a la competencia y, en su famoso discurso del 6 de marzo de 1994 invitaba a ver un México “con sed de justicia”.

El PAN ha caído en la complacencia, el servilismo, los acuerdos cupulares con el gobierno y otros grupos de élite, alejándose de la sociedad. Se desdibujó desde que Ricardo Anaya como todo un AMLO, se comportó como dueño del partido negando a muchos militantes la oportunidad de opinar y representar y el acuerdo electoral del 2018, terminó por alejar a la sociedad de la dirigencia.

En el espíritu de Kennedy, Adriana Dávila escribió un mensaje a Marko Cortés:

“Señalas también que se necesita una sociedad más activa participativa que esté dispuesta a acudir a las urnas. ¡Esa ya existe y manifestó su fuerza en la defensa de las instituciones democráticas y de justicia, porque encontró sentido a la causa! Lo que sucede es que su ánimo y fuerza están desaprovechados, porque no tienen claro a dónde nos llevan las decisiones que han tomado solo las dirigencias”.

Las condiciones para la transformación están puestas, el PAN y el PRI deben cambiar a sus dirigentes si realmente quieren dar rumbo al interés de la sociedad.

En palabras de Efraín González Luna:

“Quienes están cómodamente instalados en las estructuras creadas por ellos para beneficio de los menos, no se preocuparán por cambiarlas”.

Es el momento de que militantes, simpatizantes y cualquiera que quiera proteger nuestra democracia entienda que esta comienza por recuperar los partidos de sus dirigencias.

Twitter: @diaz_manuel

(sdpnoticias)