Para la opinión pública fue toda una sorpresa que el poderoso exsecretario de Gobernación, Adán Augusto López, cayera al cuarto lugar en las encuestas de Morena, a pesar de los millonarios recursos que gastó, y que lo superara alguien como el diputado Gerardo Fernández Noroña, quien tuvo una austerísima campaña.
Pero en la clase política, particularmente sus allegados en Gobernación y en la Cámara de Diputados, narran una serie de “locuras” que realizó Adán Augusto, que claramente dejan ver cómo perdió la cabeza. Un ejemplo de ello fue un viaje que en jet privado de la Fuerza Aérea Mexicana realizó de Chihuahua a Guadalajara, el 8 de noviembre del año pasado, para promover una reforma constitucional con el gobernador de Jalisco, quien le esperaba en el aeropuerto. El jet llegó más de una hora tarde, pues el entonces secretario de Gobernación había ordenado a los pilotos mantener cierto patrón aéreo para poder ver la luna llena que había ese día, mientras tomaba vino y le leía poemas de amor, de Carlos Pellicer, a la diputada Andrea Chávez, quien a la postre se convertiría, en los hechos, en su jefa de campaña y vocera. Esta historia fue atestiguada por otros cuatro diputados federales que iban en ese vuelo.
Échele piquete a su café
Ya como jefa de campaña, Andrea Chávez avaló la idea de atacar a Televisa, lo que el candidato Adán Augusto hizo en más de 160 ocasiones. En sus mítines acusó a la empresa de supuestamente promover el quitar programas sociales y hasta de llevar encuestas pagadas, cuando en la realidad ni uno ni otro tema eran ciertos: la televisora ni encuestas transmitió.
La respuesta de la televisora fue utilizar Las mangas del chaleco para mostrar la soberbia del candidato y lo improvisado de sus eventos. El resultado: un cuarto lugar en las encuestas y uno de los políticos mexicanos con el mayor número de negativos.
Pero, además, déjenme contarles que -inhalé y exhalé- la televisora documentó cada uno de los ataques de Adán Augusto y está por presentar acciones legales en su contra, y ahora tendrá que probar que lo que anduvo diciendo era cierto, lo cual le será prácticamente imposible, pues apostó por la difamación y la calumnia.
Por lo que la cara larga que antier traía Adán Augusto en el evento del WTC seguramente la veremos seguido.
(El Financiero)