El abandono histórico y la austeridad ahorcan al Conservatorio Nacional de Música: “No hay ni para papel higiénico”

La falta de recursos le está pasando factura al Conservatorio Nacional de Música. Estudiantes y docentes advierten que las goteras del edificio dejan inservibles los instrumentos, mientras que el presupuesto apenas alcanza para sobrevivir.

Puntual, el concierto empieza el mediodía de un domingo; hora en la que aparecen en el salón principal del Conservatorio Nacional de Música un violinista mexicano y una pianista húngara, ambos de talla internacional.

Los músicos se inclinan para saludar y los pocos asistentes –las butacas vacías son más numerosas que las ocupadas– aplauden efusivamente.

Abajo, en el escenario, no se aprecia, pero desde las viejas butacas de madera del primer nivel del auditorio, las que están junto a una de las entradas que tiene ambas puertas abiertas, se escucha un sonido tan inesperado como irritante y que contrasta con las melodías que los músicos han comenzado a interpretar.

Es el sonido monótono de un par de goteras; del agua que cae de unas bolsas de humedad que se formaron en el techo y que están a punto de reventar.

“Siempre que llueve es el mismo problema”, dice resignada una persona del servicio de limpieza que, tras llevarse las cubetas llenas de agua sucia para vaciarlas en el baño, pasa el trapeador para que nadie resbale.

“Y como no hay dinero, pues no podemos hacer más…”, agrega la persona, para acto seguido encoger los hombros e irse con el trapeador unos metros más adelante, donde la humedad ya carcomió otro buen pedazo de techo.

Concierto en el Conservatorio Nacional de Música en medio de goteras sin reparación.
Concierto en el Conservatorio Nacional de Música en medio de goteras sin reparación. | Foto: Manuel Ureste

En ese mismo pasillo, al fondo del lado izquierdo, hay dos baños junto a unas escaleras. En ninguno hay papel higiénico. En el de hombres, una cinta amarilla y negra, muy similar a las que se utilizan para marcar la escena de un crimen, avisa que los mingitorios están averiados, mientras que un bote grande incrustado de manera grotesca dentro de un sanitario indica que éste tampoco funciona.

En el de las mujeres, la situación no es mucho mejor: uno de los lavabos está inservible. De hecho, lo que hay en su lugar es un hueco vacío y unas tuberías y mangueras desconectadas de la red de agua.

Instalaciones de los baños del Conservatorio Nacional de Música
Instalaciones de los baños del Conservatorio Nacional de Música | Fotos: Manuel Ureste

Cerca de los baños hay un larguísimo pasillo estrecho por el que se extiende una docena de cubículos también pequeños y estrechos donde los alumnos practican con los instrumentos.

En las ventanas del pasillo hay pegados letreros que preguntan: “¿Sabías que hay compañeras que se han sentido acosadas por maestros?”, o que rezan: “Tu indiferencia encubre su violencia”.

Son reductos del paro que los estudiantes hicieron en septiembre del año pasado, cuando, además de la falta de mantenimiento y el “abandono” del Conservatorio, protestaron por la designación del nuevo director –que terminó por renunciar–, al que acusaban de presuntos actos de hostigamiento, violencia psicológica y acoso sexual.

En este pasillo, el techo también está desconchado y corroído por la humedad –hay más trapeadores apoyados en paredes por las que cruzan largas grietas–. Mientras que, en los cuartos donde hay instrumentos viejos y sillas que están prácticamente en los hierros, se observan numerosos hoyos en las placas que hay pegadas en las paredes, las cuales deberían insonorizar los cuartos de ensayo.

Ya en la planta de abajo, en el lobby que recibe a los asistentes y por cuyas ventanas se observa un jardín algo descuidado y con ‘calvas’ de pasto quemado y seco por el calor y la falta de agua, hay varios pianos viejos; algunos están desarmados en partes y otros están tapados con una funda negra junto a unos vetustos pupitres de varias décadas de servicio.

Hay pianos que siguen en funcionamiento y otros ya están inservibles por falta de mantenimiento, según dos empleados del Conservatorio.

“Hace 12 o 15 años, si se necesitaba material para reparar pianos, violines o guitarras, te lo daban. Pero ahora, con la austeridad republicana de este gobierno, el dinero ya no alcanza ni para comprar papel higiénico, y mucho menos para adquirir nuevos instrumentos, darles mantenimiento, o repararlos”, lamenta uno de los empleados, que asegura que la última vez que el Conservatorio compró instrumentos nuevos “fue hace 20 años, al menos”.

Pianos abandonados en el Conservatorio Nacional de Música por falta de mantenimiento
Pianos abandonados en el Conservatorio Nacional de Música por falta de mantenimiento | Foto: Manu Ureste

“Hace 12 o 15 años, si se necesitaba material para reparar pianos, violines o guitarras, te lo daban. Pero ahora, con la austeridad republicana de este gobierno, el dinero ya no alcanza ni para comprar papel higiénico, y mucho menos para adquirir nuevos instrumentos, darles mantenimiento, o repararlos”, lamenta uno de los empleados, que asegura que la última vez que el Conservatorio compró instrumentos nuevos “fue hace 20 años, al menos”.

Poco antes de las 14 horas del domingo, el concierto en el auditorio principal finaliza. Los asistentes abandonan las butacas y esquivando las goteras comienzan a caminar hasta encontrar la salida. Ahí, colgada de una puerta de hierro, se topan con una lona que exige a la Secretaría de Hacienda más recursos y mejoras salariales para los empleados de uno de los centros de educación musical más importantes de México.

Manta de protesta a la entrada del Conservatorio Nacional de Música por la falta de presupuesto y pagos.
Manta de protesta a la entrada del Conservatorio Nacional de Música por la falta de presupuesto y pagos. | Foto: Manuel Ureste


Presupuesto “para sobrevivir” en el Conservatorio de Música

El edificio del Conservatorio Nacional de Música está en la colonia Polanco de la capital mexicana y es patrimonio artístico del país. Sin embargo, sus más de 70 años de antigüedad y sobre todo la falta de recursos y presupuesto le están pasando factura.

Alexis Mendoza, estudiante y presidente de la Asociación Estudiantil del Conservatorio, explica que durante las protestas que hicieron el año pasado por el mal estado del inmueble, las autoridades les entregaron un documento en el que se ve reflejado que el Conservatorio lleva desde 2018 operando con un presupuesto que apenas oscila entre los 2 millones de pesos y los 2 millones 300 mil para una instancia en la que, en promedio, 900 alumnos estudian al año 24 carreras de nivel superior (lo que da una inversión de poco más de 2 mil 500 pesos por alumno).

En contraste, el Gobierno de López Obrador destinó en 2022 un presupuesto de 441 millones de pesos a la Promoción y Desarrollo del Béisbol (PROBEIS); unas 200 veces más.

Mientras que la partida destinada a la operación del Conservatorio, es decir, a compras de materiales e insumos que no se encuentren restringidos o consolidados como compras que realiza directamente la dirección de recursos materiales del INBAL, fue en 2022 de 600 mil pesos; hasta un 61% menos que en 2018.

Animal Político preguntó por transparencia a la Subdirección General de Educación e Investigación Artísticas (SGIA) del INBAL cuál fue el presupuesto ejercido en los últimos cinco años para mantenimiento y/o reparación de instrumentos musicales, como guitarras, violines, pianos, etcétera.

En su respuesta, la dependencia informó que durante el gobierno actual, entre 2019 y 2022, se ejercieron apenas 143 mil pesos para ese fin, 21 mil pesos menos que lo ejercido en un solo año, en 2018. De hecho, de 165 mil pesos ejercidos en el último año del gobierno de Peña Nieto se pasó a gastar en mantenimiento de instrumentos apenas 25 mil pesos en 2019, antes de la pandemia, un recorte del 85%.

En 2022, el presupuesto ejercido en mantenimiento fue de 53 mil 933 pesos, aunque en su respuesta la dependencia detalló que para este 2023 estimaba un gasto de 700 mil pesos.

Las autoridades del INBAL señalaron a este medio que lograron que la Secretaría de Hacienda liberara otros 11 millones de pesos extra al Conservatorio para invertirlo en obras y mejoras, y para atender las quejas por la falta de mantenimiento. Algo, no obstante, que los docentes, alumnos, y activistas sindicales entrevistados consideran insuficiente.

“Hay el presupuesto mínimo para sobrevivir”, apunta el maestro Miguel Cícero, mientras que el presidente de estudiantes, Alexis Mendoza, asegura que las autoridades les reconocieron que el Conservatorio necesita, al menos, 50 millones de pesos “para que funcione al 100%”.

Esta carestía se produce en un contexto en el que tanto el INBAL, como la Secretaría de Cultura Federal, vienen de años atrás sufriendo presupuestos ‘congelados’ o directamente ‘recortados’.

El INBAL, la dependencia de la que depende el Conservatorio y muchas otras escuelas de Arte en la capital y el país, tiene proyectado para el 2024 un presupuesto de 3 mil 626 millones de pesos, solo 4 millones más que en este 2023 (un aumento prácticamente nulo del 0.12% en términos reales).

Mientras que, si se compara con el presupuesto que fue aprobado en 2018, antes del gobierno actual, el INBAL tendrá un recorte en términos reales, es decir, ya quitando el efecto de la inflación, de hasta un 17%.

Por su parte, la Secretaría de Cultura federal, de la que dependen el INBAL y el Conservatorio, tendrá salvo modificación de los diputados a finales de este año en el Congreso, un presupuesto total de 16 mil 754 millones de pesos, un aumento de solo el 0.39% en cuanto a este 2023, y un recorte del 3.8% en términos reales en comparación con lo destinado también hace 6 años, en 2018, y un 0.7% menos que lo destinado en 2019, el primero de López Obrador.

El presupuesto a Cultura del próximo 2024 también está lejos de los 19 mil millones aprobados en 2016 y más lejos aún de los 23 mil 642 aprobados en 2013, el primer año del presidente Peña Nieto.

El Conservatorio Nacional de Música, un patrimonio artístico del país afectado por la austeridad en el presupuesto.
El Conservatorio Nacional de Música, un patrimonio artístico del país afectado por la austeridad en el presupuesto. | Foto: Manu Ureste

“Siempre ha habido carencias, pero con la austeridad ahora se notan más”

En este contexto, docentes y alumnos e integrantes de sindicatos de cultura entrevistados, coinciden en señalar que “el Conservatorio lleva años en el abandono”; y varios apuntan que administraciones pasadas se cometían abusos y despilfarro de recursos. “Antes se gastaba mucho en traer orquestas, o cientos de miles de dólares en algún solista, y eso ahora se ha acabado, es cierto”, concede el docente Miguel Cícero.

Sin embargo, las personas entrevistadas también coincidieron en apuntar que la crisis se ha visto agravada en este sexenio de López Obrador a raíz de la estricta política de “austeridad republicana” para recortar gastos en la administración pública federal, la cual, de acuerdo con los entrevistados, está “ahorcando” la operación cotidiana del Conservatorio.

De hecho, en 2019, el primer año del nuevo gobierno, el INBAL reconoció en su primer informe de austeridad republicana que la reducción en 255 millones de su presupuesto y los recortes en el capítulo 1000 de Servicios Personales provocó una “insuficiencia presupuestal” para cubrir sueldos y salarios, prestaciones y aportaciones patronales, entre otros.

Javier, que pide que se cambie su nombre, comenzó en 2015 a estudiar la carrera de Educación Musical.

“Desde que entré siempre he visto carencias en el Conservatorio. Pero ahora, con la política de austeridad, se ha sentido más el impacto”, asegura el estudiante, que explica que, al margen de las goteras y el mal estado general del edificio, donde más ha resentido la falta de recursos es precisamente en la materia prima con la que trabajan a diario cientos de alumnos: los instrumentos.

Alexis Mendoza, el presidente de la Asociación Estudiantil, insiste en que el abandono ha sido algo más “histórico” y no algo derivado exclusivamente de la política de austeridad de este gobierno.

Aunque corrobora lo dicho por Javier: “Sí ha habido ocasiones en los que no se pueden utilizar ciertos instrumentos, como pianos o clavecines, porque la falta de mantenimiento los ha dejado obsoletos e inservibles. De hecho, en el taller de instrumentos hay muchos que no sirven porque no hay dinero para repararlos”.

Por transparencia, el INBAL respondió que en 2018 había un inventario de 587 instrumentos en el Conservatorio, de los que 88 estaban fuera de servicio. Para 2022, había 523 instrumentos, 64 menos, aunque en su respuesta no precisó cuántos están rotos, averiados o en mantenimiento.

Instrumentos abandonados en el Conservatorio Nacional de Música
Instrumentos abandonados en el Conservatorio Nacional de Música | Foto: Manu Ureste

El señor Antonio, que pide que se le nombre así también por temor a represalias laborales, conoce muy bien el estado de los instrumentos. Los pianos, por ejemplo, “muchos tienen más de 50 años de antigüedad, cuando para una escuela de este nivel no podrían durar más de 10 años sin cambiarlos”. Por eso, la lista de espera de reparaciones es larga.

“El problema es que llegan al taller y les dicen a quienes reparan: ‘necesito arreglar esto, o cambiar esta cuerda’. Y lo que les responden es: ‘no hay, no hay, y no hay’. Y claro, los alumnos y los maestros se enojan, pero ¿cómo quieren que se reparen si no hay dinero? –pregunta–. Para poder barrer, primero hay que darles una escoba”.

“¿Qué se hace entonces?”, le pregunta el periodista.

“Pues repararlos a ‘la cubana’. Es decir, se hace lo que se puede con lo poco que se tiene”, responde resignado Antonio, que también matiza: “Tampoco es que las autoridades del Conservatorio o del INBAL se nieguen a comprar o a reparar los instrumentos, es que simplemente no hay dinero”.

“De hecho –agrega–, muchas veces, las autoridades están viendo de dónde jalan dinero para reparaciones, pero llegan y les dicen: ‘oigan, se nos cayeron los baños’ o ‘no tenemos agua y necesitamos dos pipas para que no nos clausuren el edificio’. Y pues tienen que darle prioridad a eso”.

Instrumentos del Conservatorio Nacional, inservibles por las goteras

La situación con los instrumentos ha llegado a tal punto, expone a continuación el señor Antonio, que incluso hay maestros que han ofrecido pagar de su bolsa las reparaciones para poder continuar con sus clases.

“Pero es que ni así se puede, porque está estrictamente prohibido por el gobierno hacer eso. Estamos completamente atados de manos”.

El docente Miguel Cícero enseña clavecín, un instrumento antiguo del siglo XVIII, que es algo así como el antepasado directo del piano moderno. En entrevista, asegura que él mismo llega todas las semanas con su propia caja de herramientas para “darle un mantenimiento básico” al instrumento.

“No me corresponde hacerlo y por eso ya he metido quejas. Pero estoy cansado de llegar a trabajar con un instrumento que no sirve”, denuncia Cícero, que además asegura que los dos órganos de tubos del Conservatorio “están averiados por falta de mantenimiento y por las goteras”.

“¡Imagínate! –exclama indignado–, llovió, les entró agua y quedaron inservibles”.

Por su parte, Édgar, otro estudiante que pide cambiar su nombre, apunta que otro efecto de la austeridad es el recorte en becas para estudiar una carrera musical. “Si quieres solicitar una beca es otro problema horrible. Hay muy poca, o nula convocatoria para dar las menos posibles”, denuncia.

En la página de Datos Abiertos del Gobierno Federal no hay información específica sobre las becas entregadas por el Conservatorio en los últimos cinco años, pero sí sobre las entregadas por el INBAL.

Los datos públicos muestran que, en efecto, el Instituto ha entregado menos becas: en 2022, se concedieron un total de 543, un 50% menos en comparación con 2018. De hecho, entre 2021 y 2022, se entregaron casi las mismas becas que en 2018, el último año de Peña Nieto, cuando el INBAL otorgó 1 mil 087 becas a los alumnos.

Austeridad en el Conservatorio Nacional de Música “no es de ahora, sino algo histórico”

Ante estas quejas, Animal Político buscó a las autoridades del INBAL. Mónica Hernández Riquelme, subdirectora general de Educación e Investigación Artística, precisa en primer lugar que la falta de recursos públicos para invertir en infraestructura, mantenimiento e instrumentos para el Conservatorio “no es un tema actual, sino que es algo histórico”.

“El edificio requiere de un mantenimiento constante. Sin embargo, a lo largo de los años las inversiones para infraestructura y mantenimiento nunca han alcanzado para dar la atención completa”, expone la funcionaria, que también destaca que, no obstante, han ido dando atención a las peticiones que los alumnos han hecho sobre mejoras en mantenimiento menor, como pintura y mejoras en los sanitarios.

Hernández Riquelme explica que el INBAL no cuenta con una partida presupuestaria para el Capítulo 5000 para mejoras en infraestructura, construcción o compra de equipos, muebles e instrumentos. “Pero esto ha sido así toda la vida, no es nuevo de este gobierno”, vuelve a puntualizar.

Para conseguir recursos para esa partida, la funcionaria federal detalla que, a través de la Secretaría de Cultura federal, se debe hacer una propuesta de “cartera de inversión” a la Secretaría de Hacienda.

“Este es un proceso factible, pero que requiere tiempo para su ejecución, porque hay normativas y reglamentos, y eso hace que la ejecución de los programas de inversión no sea tan rápida como nos gustaría”.

No obstante, Hernández recalca que gracias a las gestiones de la Secretaría de Cultura ya lograron que Hacienda libere 11 millones de pesos extra para que, entre julio y enero del año próximo, se hagan mejoras en impermeabilización del edificio, instalaciones hidráulico-sanitarias, remozamientos por humedades, pintura y herrería.

Aunque admite que el taller del Conservatorio no da abasto a atender la demanda actual de reparaciones, Hernández dice que también están analizando cómo hacer una inversión para conseguir más herramientas e insumos para darles mantenimiento.

“No hay dinero que alcance para todo, pero para las cosas urgentes sí va a ser posible atenderlas para que, en enero, tengamos un Conservatorio más adecuado”, prometió la funcionaria del INBAL.

(Animal Político)