DF el botín más apetitoso de 2015

 

El D.F., fuente de enriquecimiento ilícito para políticos corruptos, ya sean priístas, perredistas o panistas.
El D.F., fuente de enriquecimiento ilícito para políticos corruptos, ya sean priístas, perredistas o panistas.

 

Ricardo Alemán.

En la ya cercana elección intermedia de 2015 -que de manera formal ya arrancó en todos los partidos-, el Distrito Federal será una suerte de “joya de la corona” en la batalla a muerte por los votos. ¿Por qué?

Porque luego de ser el bastión político electoral más sólido, rentable y prometedor de las llamadas izquierdas, hoy el Distrito Federal es el botín más apetitoso para los radicales de Morena, para el PAN, el PRI y hasta para el marginal Movimiento Ciudadano. Todos pretenden arrebatarle al PRD un mordisco de ese jugoso manjar.

Y es que, como no había ocurrido en los últimos 17 años, por primera vez el partido hegemónico en el poder de la capital del país, el PRD, enfrenta no sólo la mayor de las fracturas en su historia, sino un evidente agotamiento ciudadano a causa de malos gobiernos, corruptelas sin fin en delegaciones y una Asamblea Legislativa que sólo ha servido de tapadera para los tramposos.

De esa manera -y antes que en cualquier otra entidad del país-, en el Distrito Federal se reflejará la mayor fractura que ha sufrido la izquierda mexicana en los últimos 25 años. Y es que si el PRD se había mantenido en el poder a capa y espada en la capital, es porque a pesar de sus diferencias, los distintos grupos se mantenían unidos.

Hoy, sin embargo, el partido Morena, del ex jefe de gobierno Andrés Manuel López Obrador y del creador de los más exitosos programas sociales del populismo amarillo, no sólo está de vuelta, sino que viene a cobrar los favores recibidos. Como una barredora, Morena tiene en el Distrito Federal su mayor reserva de votos; sean los “viejitos” que reciben dinero desde su gobierno, los becados, las madres solteras… todos están perfectamente identificados y, en su momento, serán llamados a pagar su cuota de gratitud.

Más aún, en la ya cercana elección de 2015 y con el arrastre de Morena en el Distrito Federal, Los Chuchos no sólo verán en peligro sus delegaciones políticas, sino sus diputaciones locales y federales, y hasta podrían asistir al principio del fin del PRD como grupo hegemónico en la capital del país. ¿Por qué? Porque el mordisco de Morena no sólo significará el achicamiento del poder hegemónico del PRD, sino el crecimiento de sus adversarios. En el mejor de los casos, el voto histórico de Los Chuchos en el DF se podría fragmentar en dos segmentos similares -un segmento para Morena y otro para los amarillos-, lo que supone que voltearán para otro lado los millones de potenciales electores inconformes con los gobiernos corruptos e ineficientes del PRD y aquellos que ven a Morena como un peligro por sus radicalismos locuaces.

¿Y a dónde van a voltear y por quién votarán los inconformes con los excesos y las corruptelas de las izquierdas? No es previsible que volteen a ver al PAN y menos que voten por los azules -a causa de las corruptelas sin freno que se producen en delegaciones como la Benito Juárez-, y tampoco tiene lógica que voten a favor del PT y menos por el alicaído Movimiento Ciudadano. No, lo cierto es que frente a la nueva realidad política, electoral y social del Distrito Federal, es altamente probable que una buena tajada de votos del DF -vale recordar que en la capital del país existe un padrón de electores de 7.6 millones de potenciales votantes-, se los lleve el PRI. ¿Y por qué el PRI? Porque Morena, el PRD y el PAN ya han gobernado en la capital del país en los últimos 17 años y nada bueno han dejado a los capitalinos, además de una ciudad más caótica, peligrosa y con menor calidad de vida. Todos esos grupos políticos ya tuvieron su oportunidad en los años recientes y no fueron diferentes al viejo PRI.

Por eso, en el otro extremo y sabedor de esa nueva realidad, el CEN del PRI puso en marcha una purga de los cuadros capitalinos más cuestionables y -como todos saben-, mediante un grosero montaje mediático descabezó al impresentable Cuauhtémoc De la Torre, para sustituirlo por Mauricio López, el otrora brazo derecho del secretario de Gobernación. Así pues, el PRI está listo para llevarse el mayor producto de la pelea entre Morena y el PRD. Pero existe una variante más y acaso letal. Todo indica -como dijimos aquí hace meses-, que Marcelo Ebrard se convertirá en el principal activo político del Movimiento Ciudadano de Dante Delgado y, en su momento, su candidato presidencial para 2018.

Y mientras llega su tiempo, Marcelo Ebrard hará todo por derribar a un debilitado Miguel Mancera -en venganza por el misil llamado Línea 12 del Metro-, quien de esa manera podría caer en los brazos -o las garras-, de AMLO. Al tiempo.

 

(El Universal).