El voto latino masculino dio por primera vez su apoyo mayoritario al republicano
Luis Pablo Beauregard
Le tomó tres elecciones presidenciales, pero al fin Donald Trump ha conseguido un aliado que se le resistía. El republicano ha logrado un segundo mandato en la Casa Blanca con la ayuda del voto latino, un sector clave del electorado estadounidense, que este noviembre se ha decantado por el mensaje del magnate, sin importar que este sea en ocasiones xenófobo y racista. Los votos se siguen contando, pero Trump ha hecho sólidos avances en condados de mayoría hispana. En especial, entre los hombres.
La demócrata Kamala Harris ganó entre el electorado hispano por 53% frente al 45% de Trump, de acuerdo a una encuesta a pie de urna realizada por Edison Research. Las tendencias demográficas quedarán asentadas una vez que termine el conteo en todo el país, lo que podrá ayudar al análisis de las tendencias. El republicano mejoró entre el voto latino respecto a 2020, con ganancias de alrededor de 10 puntos porcentuales, según indica la información preliminar.
Las mujeres latinas continuaron apoyando abrumadoramente a Harris frente a su rival: 61% frente a 37%. Los hombres latinos, sin embargo, se inclinaron por el republicano (53% contra 45%). “Esta es la primera vez, al menos desde 1972, cuando comenzaron a hacerse encuestas de salida, en la que un candidato republicano gana entre los hombres hispanos”, según aseguró la noche del martes el analista Harry Enten, de la cadena de televisión CNN. Trump también reforzó su apoyo entre la comunidad hispana en Estados muy poblados y bastiones republicanos, como Florida y Texas. Pero también lo hizo en las entidades clave que estaban en juego, donde Harris estuvo por debajo del desempeño de Biden hace cuatro años. En Pensilvania, donde hay muchos votanes puertorriqueños y dominicanos, el colchón de Harris frente a su rival se redujo a un magro 15%. En Michigan, otro Estado clave, Trump dio la vuelta a resultados pasados y se consolidó como la primera opción de los hispanos (+19%).
Las ganancias de Trump son notorias en varias regiones de Estados Unidos. En el valle del Río Bravo, la región del sur de Texas que colinda con la frontera de México, poblada en su mayoría por hispanos de origen mexicano, Trump ha obtenido los mejores resultados de la historia para un candidato republicano. Cuatro condados de esa área (Hidalgo, Cameron, Starr y Willacy), votaron en 2016 por Hillary Clinton. La candidata demócrata tuvo entonces en la zona victorias holgadas, con diferencias de entre 33 puntos porcentuales y hasta 60 en el condado de Starr, un municipio que tiene 97% de hispanos. El martes, Trump ganó en todos ellos. En Starr sacó una ventaja sobre Harris de 16 puntos. Es el primer candidato republicano que gana en ese condado en más de un siglo. Cameron —con un 90% de latinos, y donde SpaceX, la empresa de Elon Musk, tiene unas instalaciones— también votó por el empresario.
El condado de Starr fue el epicentro de la crisis migratoria durante la presidencia de Joe Biden. Decenas de miles de inmigrantes irregulares llegaron desde enero de 2021 a poblaciones como Roma para solicitar asilo. Las autoridades locales, del Partido Republicano, pusieron en marcha operativos para frenar el flujo migratorio y para trasladar a los recién llegados a ciudades demócratas como Nueva York, Chicago o Los Ángeles.
El buen desempeño de Trump entre los latinos ha impulsado, además, a muchos candidatos republicanos. El senador ultraconservador por Texas, Ted Cruz, fue reelegido por otro periodo de seis años gracias a un viraje de 35 puntos entre la minoría hispana. Los latinos fueron claves en su victoria frente al demócrata Colin Allred. Cruz ganó el voto hispano por 6%. En 2018 había perdido por 29 puntos entre esta minoría, que se decantaron mayoritariamente por el excongresista Beto O’Rourke.
Debate migratorio
La preocupación por la inmigración ha sido uno de los temas que guiaron esta campaña. En Arizona, uno de los Estados en estas elecciones, los votantes aprobaron la Propuesta 314, que permitirá a los departamentos de policía estatales y locales detener a inmigrantes irregulares, una facultad exclusiva de las autoridades federales. Los críticos de la ley, que tendrá que ser aprobada por el Congreso local, aseguran que esta provocará más arrestos de latinos y de personas de piel oscura. La medida fue aprobada por 1,3 millones de votos, el 62% de los votos. El sí logró 300.000 votos más que Harris en Arizona, otro Estado fronterizo.
El condado de Santa Cruz, el más hispano de Arizona con una población hispana del 84%, dio la espalda a Trump. Pero el triunfo demócrata se redujo considerablemente respecto a 2020. Harris obtuvo allí 9.900 votos frente a los 6.800 del republicano. Hace cuatro años, no obstante, Joe Biden obtuvo más de 13.000 sufragios. El dato indica desconexión con la candidata demócrata, pues Trump obtuvo este martes solo 700 papeletas más que en la elección celebrada durante la pandemia.
Los partidos han fracasado en su intento de conectar con este sector del electorado durante la campaña. 36,2 millones de latinos tienen derecho al voto. Son el grupo demográfico que más ha crecido desde 2020, sumando cuatro millones de nuevos votantes. A finales de octubre, cuando la votación anticipada ya estaba en marcha en muchos Estados clave, había 13 millones de latinos que no se habían registrado para votar por cualquiera de los dos candidatos.
El distanciamiento de los latinos del Partido Demócrata explica el creciente apoyo a Trump. En especial en regiones como Texas y Arizona, donde muchos latinos perciben a los demócratas como demasiado “extremos”. Es algo de lo que ha advertido John Sides, catedrático de la Universidad de Vanderbilt, quien ha estudiado cómo algunos valores conservadores de los hispanos han hecho que merme el apoyo de los demócratas. Por ejemplo, los latinos no consideran tan urgente transformar las instituciones para combatir el racismo sistémico de Estados Unidos, de acuerdo a una encuesta del centro Pew de 2021.
Otra explicación llegó a finales de octubre de parte de Amanda Sahar y Marcel Roman, profesores de la Facultad de Gobierno de las Universidades de Georgetown y Harvard, respectivamente. Los catedráticos explicaban en un ensayo reciente que algunos latinos mostraban resistencias ante algunos aspectos de la política identitaria de Estados Unidos, en especial con la marca de Latinx, una frase con la que políticos progresistas se acercan a su electorado para defender los derechos de la comunidad LGTBQ+.
(El País)