Zonas erógenas masculinas: lleva a tu chico al séptimo cielo

En el sexo hay más placeres de los que pudiéramos imaginar.
En el sexo hay más placeres de los que pudiéramos imaginar.

 

Belén Alarcón. 

Hacer disfrutar a tu pareja es una de las misiones más importantes en el sexo. Seguramente te encante que tu chico conozca bien tu cuerpo y se entregue a ti para hacerte disfrutar al máximo, del mismo modo que a ellos les gusta que les sorprendas y les pongas al límite.

Es por ese motivo por el que es importante saber que el punto de mayor placer del hombre no se encuentra concentrado en una única parte del cuerpo, el pene. A menudo, la erección hace tan obvio que el placer se encuentra ahí que nos olvidamos de que hay muchas otras sensaciones que se pueden experimentar con el cuerpo de tu chico para que sienta placer.

Se trata de calentar bien el ambiente, es decir, de jugar estimulando zonas que harán que su erección sea imponente y su nivel de excitación casi insaciable. Piensa que después el acto sexual será mucho más placentero, así que no esperes solamente que los preliminares sean dedicados a ti y dale a tu novio todo lo que puedas para llevarle al clímax.

Recorrido por las zonas erógenas del hombre.

Empecemos por las más sutiles: labios y orejas. Los labios son el punto por el cual comienza todo, un primer beso apasionado, sentir el roce mutuo de los labios, la saliva… todos estos elementos hacen que entremos en una primera fase de excitación imparable. Puedes probar a jugar con sus labios, mordiéndole o pasando tu lengua por estos. Sentirás como ambos empiezan a querer más.

Las orejas es otra parte muy sensible, ya que tienen muchas terminaciones nerviosas que les hacen ser muy perceptivas a cualquier toque. Puedes acariciarlas por la parte de atrás con tus dedos o bien pasar tu lengua por el lóbulo. No dudes en susurrarle algo al oído mientras te encuentras cerca de este, harás que se muera de placer.

Siguiendo el recorrido por el cuerpo del hombre no debemos olvidar detenernos en su cuello, zona que tanto para hombres como para mujeres provoca excitación al ser tocada y sobre todo lamida. Eso sí, ten cuidado con los temidos chupetones, pueden ser muy delatadores en una zona como esta.

Continua hacía el pecho, que se trata de una de las zonas que el propio hombre, en muchas ocasiones, más admira de sí mismo. Por ello, dale confianza, y recréate acariciándolo y posando tus labios y tu lengua. Además, muchos hombres tienen sensibilidad en los pezones, por lo que les encantará que se los toques, chupes o incluso muerdas levemente. Atrévete a descubrir si tu chico es uno de ellos.

Los puntos de placer en los genitales masculinos.

En el pene encontramos varias partes que hacen a los hombres sentir un placer especial. En primer lugar una de las más sensibles es el glande, es decir la cabeza del pene, donde se encuentran concentradas muchas terminaciones nerviosas. Puedes acariciarlo con tu lengua mientras le masturbas con la mano haciendo movimientos hacia arriba y hacia abajo.

La base del pene es otra parte fundamental a tener en cuenta a la hora de hacerle disfrutar. Por ella pasan conductos que aumentan de volumen por el incremento de flujo sanguíneo, por lo que gran parte del placer se localiza en esa zona. Rodéala haciendo un anillo con tus dedos mientras que con la otra mano estimulas el tronco. Puedes además, como decíamos, dedicarle a su vez tiempo al glande con tu lengua. ¡Creerá estar en el séptimo cielo!

En ocasiones, los testículos son los grandes olvidados en esto de dar placer al hombre, pero la realidad es bien diferente, ya que estimulados de la manera adecuada se puede llegar a producir un placer inimaginable en ellos. El escroto, el tejido que contiene a los testículos, es una zona muy sensible por lo que podemos probar a excitarla pasando nuestra lengua desde la base del pene hasta el principio del perineo. También podemos hacerlo con nuestros dedos. Sentirás como se retuerce de placer.

No te cortes, no te pongas límites a la hora de dar placer.

La cara interna de sus muslos puede ser un gran punto de congregación del placer. Besa y pasa tu lengua por la zona, juega a no tocarle nada más que esa parte. Levanta la vista y verás como acaba con una erección imponente sin que tú hayas tocado ninguno de sus genitales.

Indaga más allá de lo visible en tu chico, no te cortes, piensa solo en disfrutar y en que en el sexo no debe haber fronteras. Sitúate en el perineo, aquella zona comprendida entre los testículos y el ano. Posiblemente es una de las más excitantes para ellos, así que puedes estimularle pasando la lengua o presionando con tus dedos. Piensa que en realidad estás tocando el famoso punto G masculino, la próstata, al que se puede acceder también por el ano.

Algunos hombres se muestran muy reticentes a dejar estimular su parte intocable: el ano. Lo cierto es que quienes lo hacen no saben lo que se pierden, puesto que uno de los puntos de mayor placer para ellos se encuentra precisamente en su interior, como decíamos, en la próstata. Puedes estimularlo introduciendo tu dedo en el ano y haciendo movimientos circulares con la yema de estos, también puedes utilizar tu lengua, si te atreves.

(diariofemenino.com).