
¡Adiós al rojo artificial! Opciones naturales tras la prohibición del colorante rojo 3
Miriam Lira
La prohibición del colorante rojo 3 obligará a la industria alimentaria a buscar opciones seguras y naturales. Ingredientes como el hibisco, el camote morado y el betabel emergen como alternativas ideales para lograr los tonos rojizos.
El rojo vibrante que alguna vez fue sinónimo de productos llamativos y apetitosos en la industria alimentaria se ha convertido en un foco de alerta. La reciente prohibición del colorante rojo 3 (eritrosina) por parte de la Administración de Alimentos y Medicamentos de Estados Unidos (FDA) ha acelerado la búsqueda de alternativas más seguras y naturales. Según un informe de The Food Tech, esta decisión responde a estudios que vinculan el consumo prolongado de eritrosina con riesgos potenciales para la salud.
La transición hacia colorantes naturales no solo responde a regulaciones más estrictas, también a una creciente demanda de consumidores que buscan etiquetas más limpias, alimentos sin aditivos artificiales y opciones con beneficios adicionales para la salud. De acuerdo con la National Library of Medicine, se ha demostrado que el consumo excesivo de colorantes sintéticos puede inducir alteraciones bioquímicas en organismos expuestos a dosis altas, lo que ha reforzado el interés en opciones naturales.
Alternativas para un rojo vibrante
El cambio hacia colorantes naturales no solo es una respuesta a la regulación, también refleja el auge de los alimentos funcionales y sostenibles. Entre las opciones más prometedoras para reemplazar el rojo 3 se encuentran:
Hibisco: este ingrediente es rico en antocianinas, pigmentos naturales responsables de su característico rojo intenso y sus matices violáceos. Su estabilidad en medios ácidos lo hace ideal para bebidas, tés, jugos y postres. Según The Food Tech, además de su función como colorante, el hibisco aporta propiedades antioxidantes que benefician la salud cardiovascular.
Camote morado: este tubérculo contiene altos niveles de antocianinas, las cuales generan tonos violetas profundos que pueden ajustarse para obtener matices rojizos. Es especialmente útil en la formulación de snacks, helados, productos de panadería y lácteos. Estudios citados por la FDA han resaltado su potencial antioxidante y su estabilidad en diversas aplicaciones alimentarias.

Betabel: gracias a su concentración de betalaínas, el betabel ofrece tonalidades rojizas profundas y es ampliamente utilizado en jugos, alternativas cárnicas y confitería. Sin embargo, la National Library of Medicine advierte que su estabilidad frente a altas temperaturas y variaciones de pH sigue siendo un reto para los desarrolladores de productos.
Más allá del rojo; opciones para la industria
Además de los colorantes naturales que sustituyen directamente al rojo 3, existen otros ingredientes que amplían la paleta de colores naturales:
Espirulina: esta microalga se ha consolidado como la mejor opción para obtener pigmentos azules naturales. Su ficocianina es ampliamente utilizada en caramelos, bebidas y productos de repostería. De acuerdo con The Food Tech, además de su función colorante, la espirulina es una fuente rica en proteínas y antioxidantes.
Cúrcuma: Con su característico tono amarillo intenso, la cúrcuma sigue siendo una referencia en colorantes naturales. Su alto contenido de curcuminoides la hace ideal para productos horneados, arroces, condimentos y salsas. La FDA ha reconocido su potente acción antiinflamatoria y antioxidante, lo que la convierte en una opción funcionalmente atractiva.
Innovación: el futuro del color natural
Para superar estos desafíos, la biotecnología y la ingeniería de alimentos están desempeñando un papel clave en la evolución de los colorantes naturales. Por ejemplo, se están desarrollando procesos de fermentación para producir pigmentos como la ficocianina de manera más eficiente y sostenible. Además, la modificación genética de cultivos ricos en antocianinas está siendo explorada para aumentar las concentraciones de pigmentos naturales y hacerlos más accesibles a la industria.

América Latina, con su biodiversidad incomparable, tiene el potencial de convertirse en un líder en la producción de colorantes naturales. Países como México, Brasil y Perú son importantes productores de cúrcuma, espirulina y betabel, y cuentan con condiciones climáticas y recursos naturales ideales para expandir la industria de colorantes orgánicos.
(El Economista)