Conocidos, socios o cómplices

Hace algunos años, el comandante de la PJF, Guillermo González Calderoni, al ser cuestionado por una fotografía donde aparece con algunos delincuentes de la zona norte, explicaba: “Conozco a muchos delincuentes, algunos son conocidos y otros son amigos, los conozco desde niño, soy de la región, pero una cosa es que los conozca o sean mis amigos y otra diferente es que sea socio o cómplice de ellos”.

Los políticos, los funcionarios, los policías, los periodistas, los hombres que andan en la relación o en el relato de los acontecimientos nacionales no saben con quién se rozan; muchos dan tarjetas de presentación, es una costumbre, se les puede dar a cualquiera y utilizarla de otra forma. Algunos funcionarios establecieron la costumbre de colocar en la parte posterior de la tarjeta de presentación una leyenda que más o menos decía: “Esta es una tarjeta de presentación no una recomendación para hacer algo ilegal”.

PÁG. 4 Andrés Manuel López Obrador con José Luis Abarca, El Chacal de Iguala. Con la vara que mides...
Andrés Manuel López Obrador con José Luis Abarca, El Chacal de Iguala. Con la vara que mides…

Curiosamente, los servicios de inteligencia han recopilado muchas tarjetas, fotografías, grabaciones o videos de actos donde, sacando de contexto a los que se pretende joder, se hacen manifestaciones distintas de como se dieron los hechos.

Así, esos documentos se utilizan para joder a los enemigos políticos de los hombres del poder en turno. Hoy le tocó al mismo Andrés Manuel López Obrador con la fotografía donde aparece con el perseguido ex presidente municipal de Iguala, o bien con la fotografía y declaraciones en favor del ex secretario de Salud de Guerrero, nombrado como candidato de MORENA a la gubernatura. Sin duda, López Obrador tendría que recordar que con algunos periodistas ligados al CISEN utilizaba esa técnica para lastimar a funcionarios, periodistas o enemigos políticos, cuando algunos medios, delincuentes y grupos de poder consideraban que alcanzaría la presidencia de la República, y para granjearse su voluntad se dejaban utilizar por medio de uno de sus hombres de confianza para filtrar esas informaciones que lastimaban a muchos, usando los datos proporcionados desde el CISEN y entregados a uno de sus operadores en la comunicación. Ese empleado era hermano de un importante funcionario de un medio de comunicación, y esta fue una tónica utilizada por el Peje para lastimar a los que consideraba sus enemigos. Hoy, al tiempo, le aplican la misma fórmula. Él enseñó la ruta y no hay para quejarse, ni siquiera para sobarse el dolor del pellizco. Una fotografía no muestra lo que uno es, pero da luces sobre muchos temas.

En un artículo publicado por el diario Excélsior del día 26 de octubre, escrito por la doctora en Gobierno de la Universidad de Harvard, Viridiana Ríos, se dice: “Hay una diferencia fundamental entre el México de hoy y el de hace cinco días. Hoy sabemos con certeza que no fue el crimen organizado el asesino de los normalistas en Guerrero, sino que fue el Estado. O más bien que fueron ambos, porque son lo mismo”.

El Estado Criminal, personificado con esta clase de gobernantes, ya se hizo evidente con el genocidio de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, Gro.
El Estado Criminal, personificado con esta clase de gobernantes, ya se hizo evidente con el genocidio de los estudiantes normalistas de Ayotzinapa, en Iguala, Gro.

Iguala no es un centro productor de amapola ni de la famosa y vendida Heroína Negra, de mucha demanda entre los viciosos de los Estados Unidos, pero es el centro receptor y desde donde se distribuyen las toneladas de esa droga que tiene un valor de más de 17 mil millones de dólares anuales; así que ahora sabemos lo que hay en juego entre delincuentes, mafias políticas y mafias de narcotraficantes en el país, que son lo que conforma la NARCOPOLÍTICA.

Cuando Viridiana Ríos declara que “fue el Estado” el que ordena el ataque contra los normalistas, se puede considerar qué es lo que se protege y lo que hay en juego en este brutal asunto. Y sigue el artículo: “Y saber con certeza que fue el Estado cambia el panorama de nuestro país para siempre. Lo cambia porque nunca antes habíamos tenido pruebas tan fehacientes de México con un Estado Criminal”.

“Cambia porque nos confirma algo que antes sólo especulábamos: que en lugares como Guerrero, el crimen organizado y la política organizada son lo mismo. Que utilizan los mismos medios. No se trata de una colusión corrupta entre Estado y criminales, se trata de algo más grave. Se trata del Estado utilizando tácticas del crimen organizado. Matando y desapareciendo. Despellejando o mandando despellejar a los que considera disidentes. Cambia porque Guerrero no es México, México sí es un lugar donde pueden surgir Guerreros… está Durango… está Morelos… está Oaxaca… en donde los presidentes municipales operan como caciques locales y pudieran servir como puerta de entrada de narcóticos provenientes de Colombia. Está el Estado de México… la costa de Nayarit, Tamaulipas”… y de ahí para el real, usted saque sus conclusiones.