Caos en la Secretaría de Salud del Estado de Durango
Fernando Miranda Servín.
Al igual que en la Secretaría de Educación del estado de Durango, en donde imperan la corrupción y el desaseo administrativo mediante los cuales se saquea el erario con fraudes y “aviadurías”, en la Secretaría de Salud de esta entidad también se ejercen prácticas sucias que no solo lesionan los bolsillos de los contribuyentes sino también ponen en peligro sus vidas y deterioran la calidad de la atención a los derechohabientes.
Carencia de medicamentos, maltratos a los pacientes por parte del personal médico y administrativo, y hasta muertes por negligencias y falta de equipos son el monstruo de mil cabezas al que diariamente se tiene que enfrentar la ciudadanía duranguense que no tiene otra opción más que acudir a los centros de salud de esta dependencia.
A todo esto se suma el ambiente tenso que viven no pocos empleados, doctores y enfermeras que, además de percibir sueldos miserables, son hostigados laboral y sexualmente por algunos de los directivos de esta secretaría.
Y es que varios de estos “jefes” se saben intocables, protegidos por el sistema político corrupto que impera en Durango.
Así, uno de los actos que con más frecuencia se da es el nepotismo, y al respecto, son los mismos empleados de esta secretaría quienes en entrevista con razacero informan las anomalías y corruptelas que se dan al interior de esta institución:
“El Dr. Jesús Arturo Díaz Herrera es el director del Centro de Salud Núm. 2, ‘Dr. Carlos Santa María’, y su hermana, la C.P. María de Lourdes Eugenia Díaz Herrera, es la Directora Administrativa de la Secretaría de Salud estatal, ambos son hermanos de la C.P. María Cristina Díaz Herrera, secretaria de Finanzas y Administración del gobierno del estado de Durango; es obvio que están en esos cargos por influencia de su hermana, por nepotismo, y no por méritos propios”, manifiesta una de las empleadas de esta secretaría, quien por temor a sufrir represalias laborales o ser despedida solicita el anonimato.
Otra empleada expone que en el Centro de Salud Núm. 2 “trabaja” el Químico Farmacéutico Biólogo Eduardo González Macouzet, hermano del ex director del Hospital Materno Infantil de Durango, José González Macouzet: “Eduardo González Macouzet solo se presenta a trabajar un par de días a la semana, pero cobra su salario completo, solamente registra su entrada y se va a su otro trabajo en el IMSS; es una especie de ‘aviador’. Su esposa es la secretaria de Conflictos del sindicato de la Secretaría de Salud, Myrna González Hermosillo, quien a su vez es hermana de la directora estatal del DIF, la Lic. Lucero González Hermosillo”.
En este mismo Centro de Salud Núm. 2 “labora” en el área administrativa Violeta Pacheco, sobrina del diputado federal Ricardo Fidel Pacheco Rodríguez, “pero es otra de las empleadas que casi nunca se presentan a trabajar”, refieren los empleados de la Secretaría de Salud, y continúan: “En el Centro de Salud de Servicios Ampliados 450, Carmen Hernández Rodríguez tiene código de enfermera pero trabaja como administrativa; en el Centro de Salud Núm. 1, a la odontóloga Vanesa Salas Vázquez pocas veces se le ve en su lugar de trabajo. La psicóloga Fátima del Rosario González Huizar, directora del Instituto de la Mujer Duranguense, tiene código de médico, pero nunca se presenta a trabajar, es ‘aviadora’”.
Y esto es solamente la punta del iceberg de la enorme cantidad de anomalías que se registran en la Secretaría de Salud duranguense, en donde, según informan los empleados de esta dependencia, “alguien cobra los sueldos de empleados ya fallecidos o dados de baja, pero que siguen apareciendo en las nóminas de pago”.
Otra dependencia de esta Secretaría de Salud en la que hay un desorden administrativo alarmante y actos de corrupción inimaginables es el Instituto de Salud Mental del Estado de Durango, en donde su director, José Alan Flores Murguía, se ostenta como psiquiatra sin serlo, ya que su cédula profesional (Núm. 4406357) es de Médico Cirujano.
En este instituto, al igual que en las demás áreas de la Secretaría de Salud, se practica un favoritismo desmesurado hacia algunos privilegiados y, si a algún empleado se le ocurre hacer un reclamo, de inmediato comienza a sufrir actos de represión por parte de sus superiores.
“En el Instituto de Salud Mental hay un completo desastre administrativo, le doy varios ejemplos: Jessica Perales es la coordinadora de los Programas de Salud Mental a Nivel Estatal, tiene código de secretaria pero funge como psicóloga; Liliana Romo Palacios, tiene plaza de afanadora, pero trabaja como psicóloga; Yuridia Verdín Valenzuela, tiene código de auxiliar de enfermería pero también realiza funciones de psicóloga”, denuncian los trabajadores de la Secretaría de Salud.
Y así de esta manera, muchos profesionistas son aparentemente favorecidos por los directivos de esta secretaría para obtener un empleo, al mismo tiempo que son explotados pues perciben un sueldo que no les corresponde de acuerdo al título profesional que ostentan.
De hecho, en todas las dependencias del gobierno estatal duranguense la mayoría de los empleados ganan salarios miserables mientras los directivos obtienen sueldos exorbitantes y otros cobran sin trabajar:
“En el Instituto de Salud Mental, desde finales del sexenio pasado y lo que va de este, las psiquiatras Soledad Ruíz Canaán y Martha Palencia están ‘comisionadas’, no sabemos dónde, pero cobran salarios desde hace por lo menos 6 años, sin presentarse en este instituto.”, finalizan los entrevistados.