Socios y cómplices
Sócrates Campos Lemus.
Solo para darnos una idea de que en México se privilegian los compadrazgos y los amiguismos, las sociedades y las complicidades, vamos a hacer una pequeña comparación de quiénes son los secretarios de Energía en tres sitios: en los Emiratos Árabes, el actual ministro es Ingeniero en Petroquímica, cuenta con experiencia como director de compañías petroleras internacionales, tiene una especialidad en operaciones de producción y de ingeniería de reservas y es miembro del Consejo Supremo del Petróleo de los Emiratos Árabes Unidos.
Se anuncia que por ajustes en PEMEX van a despedir a más de 10,000 trabajadores.
En Estados Unidos, el Secretario de Energía es Ingeniero Físico Nuclear, ha sido director del Laboratorio de Energía del MIT, Director de Ciencia y Tecnología en la administración de Bill Clinton, subsecretario de Energía 1997-2001 y tiene un doctorado en Física.
En México, nuestro secretario de Energía es licenciado, ha sido servidor público desde los 25 años que inició como diputado, fue gobernador de Quintana Roo por acuerdo de Luis Echeverría, Secretario de Turismo, Embajador en Cuba y también ha sido presidente del PRI.
Creo que para que entendamos esto habría que contar una pequeña historia: “Había en un pueblo un hombre de gran santidad. A los aldeanos les parecía una persona notable a la vez que extravagante. La verdad es que ese hombre les llamaba la atención al mismo tiempo que los confundía. El caso es que le pidieron que les predicase. El hombre que siempre estaba en disponibilidad para los demás, no dudó en aceptar. El día señalado para la prédica, no obstante, tuvo la intuición de que la actitud de los asistentes no era sincera y que deberían recibir una lección. Llegó el momento de la charla y todos los aldeanos se dispusieron a escuchar al hombre santo confiados en pasar un buen rato a su costa. El maestro se presentó ante ellos. Tras una breve pausa de silencio, preguntó: – Amigos, ¿sabéis de qué voy a hablaros? –No, contestaron los aldeanos. Y el maestro dijo: -Bueno, en ese caso, no voy a decirles nada. Son tan ignorantes que de nada podría hablarles que mereciera la pena. En tanto no sepan de qué voy a hablarles, no les dirigiré la palabra.
Los asistentes, desorientados, se fueron a sus casas. Se reunieron al día siguiente y decidieron reclamar nuevamente las palabras del santo. El hombre no dudó en acudir hasta ellos y les preguntó: -¿Sabéis de qué voy a hablaros? Le contestaron: -Sí, lo sabemos.
-Siendo así –dijo el santo-, no tengo nada que deciros, porque ya lo sabéis. Que paséis una buena noche amigos.
Los aldeanos se sintieron burlados y experimentaron mucha indignación. No se dieron por vencidos, desde luego, y convocaron de nuevo al hombre santo. El santo miró a los asistentes en silencio y calma. Después preguntó: -¿Sabéis amigos, de que voy a hablaros?
No queriendo dejarse atrapar de nuevo, los aldeanos ya habían convenido la respuesta:
– Algunos lo sabemos y otros no.
El hombre santo dijo: -En tal caso, que los que saben trasmitan su conocimiento a los que no saben. Dicho esto, el hombre santo se marchó de nuevo.
En política estamos en tales condiciones, los políticos jamás dan respuestas directas que les comprometan a hacer las acciones que amparan sus palabras, así, como el hombre santo, tienen respuestas para todo donde no hay ningún compromiso ni sabiduría real, porque el saber implica educar a los demás. Hay que compartir el conocimiento, no acapararlo para que todos piensen que, como los políticos, lo saben todo y no dicen nada.
Si entendemos que en política lo que cuentan son las relaciones y las patrañas, las sociedades y las complicidades y no el conocimiento, podemos entender la crisis que vivimos en el país. Por supuesto que no queremos estar viviendo en un país de tecnócratas y especialistas, claro que no, pero tenemos que entender, cuando menos, lo elemental para que las cosas funcionen.
Si en PEMEX van a despedir a diez mil trabajadores, para los tecnócratas son simples números, pero para las familias, diez mil es una verdadera tragedia.
Además, con el control que sostienen los corruptos dirigentes del sindicato en complicidad con la empresa, podemos entender que en este caso los diez mil despedidos quedarán totalmente desamparados, a menos que ellos busquen unificarse y sean un detonante para que los demás trabajadores de PEMEX vean la colusión entre empresa y sindicato, y esto sirva para hacer un gran movimiento de cambio en el mismo, sin importar que los políticos hayan optado por vender nuestro patrimonio para utilizarlo en hacer nuevos negocios privados, cuando es un patrimonio de todos… si no reaccionamos y nos quedamos como los asistentes a las charlas del sabio, no nos quejemos… nos van a seguir jodiendo.