Muerte por Selfie

La letal realidad de los números que hay tras los selfies

En la edición de ABC on line, en 2002, apareció por primera vez el término selfie (al menos que sepamos). Desde que todos podemos llevar una cámara en nuestro bolsillo, las autofotos o selfies no han hecho más que crecer en número, calidad e interés. Pero tras estas simpáticas imágenes siempre hay alguna historia dramáticas que contar. Algunas, incluso, absurdas. Porque sí, los selfies han llegado a causarle la muerte a decenas de personas. Estas son las cifras que hay tras la “muerte por selfie”.

El peso de los números

Hasta cuarenta y nueve muertos se han documentado desde 2014

365.000 menciones en Facebook y 150.000 twits en una sola semana. Se estima que el 30% de todas las imágenes tomadas por los más jóvenes son selfies. Estas son las cifras aproximadas de los selfies en las redes más importantes de nuestra época. Los selfies inundan las pantallas y las storylines de todos los usuarios a nivel mundial. Y como ocurre con todo en el universo, las leyes estadísticas no dejan descansar a nada ni nadie: la tragedia alcanza, incluso, a los selfies. Y es que algunas dramáticas estadísticas comienzan a aflorar: hasta cuarenta y nueve muertos se han documentado desde 2014 tratando de tomarse una foto. Cuarenta y nueve en comparación con los 7.000 millones de habitantes del planeta puede parecer poco. Pero recordemos que las muertes han ocurrido tomándose una autofoto. Algo que podría pasarle a cualquiera.

La edad más letal

Nada menos que 12 personas, el 27% del total de víctimas, tenían 21 años cuando murieron tomándose un selfie. No es que esto suponga algo importante, pero es curioso. Y característico. Entre los 19 y los 23 se suma más de la mitad del total de muertes, con 28 víctimas. ¿Cuenta esto algo sobre la forma que tenemos de usar la tecnología? Probablemente sí. La edad máxima de las muertes documentadas es 32 mientras que la mínima es 14, ambos límites bastante coherentes con el uso de los móviles que tiene nuestra sociedad. Como curiosidad, podemos añadir que, según los informes recopilados en Selfiecity, aunque las mujeres se toman un número significativamente mayor de selfies, la gran mayoría de las víctimas (36 de 49) de esta moda son los hombres.

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La forma más común de morir haciéndose un selfie

¿Y cómo muere una persona haciéndose un selfie? La manera más típica, según recogen en Priceonomics, es cayéndose. De hecho, es una forma bastante obvia: una foto espectacular, un tropiezo y se acabó. Dieciséis de las 49 víctimas perecieron así. Pero atención, que a partir de aquí todo toma un tinte más surrealista. La siguiente causa más común es el ahogamiento, con catorce víctimas, lo que incluyen selfies de personas frente a un río a punto de desbordarse, en marejada y con fuerte oleaje y situaciones similares. Nada menos que ocho de las víctimas fueron defenestradas por un tren, lo que incluye el dramático caso de una adolescente con problemas en su instituto y que cometió suicidio justo después de enviar un selfie frente a las vías.

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Hasta cuatro casos de muerte por selfie se han registrado relacionados con armas de fuego, entre los que se incluyen varios de personas que posaron apuntánose con un arma cargada y con funestas consecuencias. El resto, aunque casos más anecdóticos, incluyen la supuesta historia de dos rusos que se volaron accidentalmente la cabeza con una granada mientras se tomaban una foto, un accidente de avión, varios accidentes de coche y, por supuesto, al menos una muerte relacionada con una morsa (Odobenus rosmarus). En definitiva, en las 49 muertes documentadas, las hay para todos los gustos. O más bien no, porque hablamos de situaciones muy serias y que todavía hay quien se las toma a broma.

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¡Cuidado! ¡Selfie!

La cuestión, de hecho, ha comenzado a preocupar a algunas autoridades. Especialmente en Rusia, donde el año pasado se lanzó una campaña de advertencia contra los peligros del selfie. En dicha campaña se justifica en las más de 100 heridas registradas en el país, sin contar la muerte que incluye en muchos de los casos rusos, armas de fuego. Y lo más curioso es que Rusia no es el país donde más accidentes “selfiáticos” han ocurrido. Este dudoso honor se lo lleva India, con diecinueve de las muertes registradas. Eso sí, Rusia ostenta un nada desdeñable segundo puesto, con siete muertes, seguido de Estados Unidos, con cinco y España junto a Filipinas, con cuatro.

Si hacemos una comparativa con otras situaciones excepcionales, los selfies se llevan el cuarto puesto, teniendo a la cabeza la autoasfixia erótica (con 625 muertos en 2015), seguido de los accidentes de avión y las muertes por picadura de abeja (cincuenta y ocho en 2015). Este mismo año, veintiocho muertes relacionadas con los selfies se registraron, más de la mitad documentadas. En comparación con las muertes por ataque de tiburones o en deportes como el fútbol americano, que apenas alcanzan la decena, 2015 fue un año fatídico para los autorretratos. Y es que recordemos que incluso en el aspecto más simpático, la vanidad puede tener un alto precio.