Al Senado, el Dr. Enríquez
Fernando Miranda Servín.
Sin duda alguna, el alcalde de Durango, Dr. José Ramón Enríquez Herrera, es el único político de izquierda en esta entidad que goza de arraigo con la ciudadanía.
Luego de un largo historial en la oposición, que se remonta al sexenio del ex gobernador priísta Ismael Hernández Deras, en el que renunció como secretario de Salud por tener diferencias con el actual senador y líder nacional de la CNC, el Dr. Enríquez gana la alcaldía de la capital de Durango sacando más de 50 mil votos de ventaja a su adversario, el priísta Manuel “El Meño” Herrera, en las elecciones de junio de 2016.
Como se sabe, su origen partidista está en el partido Movimiento Ciudadano, antes Convergencia; y hoy, a pesar de los compromisos que este político ha tenido que hacer con los partidos PAN y PRD que lo llevaron al poder y que no necesariamente comparten su ideología, su papel ha sido congruente y sus decisiones han coincidido con el sentir de la ciudadanía.
Así, lo mismo ha actuado con energía exigiendo la renuncia de funcionarios problemáticos como aquél director de Finanzas municipales Francisco Bueno Ayup que sancionando severamente a la empresa recolectora de basura cuyo chofer arrolló a una desafortunada perrita, o dando la cara para resarcir el atropello de que fue objeto una vendedora de panes que fue despojada de su mercancía por inspectores municipales.
Lo anterior parecería frívolo, y es indiscutible que es su obligación solucionar este tipo de problemas, pero desgraciadamente desde hace muchísimos años no se veía a ningún político duranguense hacer algo parecido.
Lógicamente, también es cierto que al igual que el ex director de Finanzas, Francisco Bueno Ayup, también hay otros directores y funcionarios municipales que merecen que el alcalde Enríquez Herrera les exija sus renuncias por ineficaces, como ese Coordinador de Inspectores, Omar Martínez Aispuro, y la directora de Seguridad Pública, Cecilia Soto; prepotentes, como el titular de Obras, Humberto Rosales Badillo, y agresores de la libertad de expresión, como la secretaria Municipal y del Ayuntamiento, Claudia Hernández Espino. Seguramente el Dr. Enríquez se ganaría muchísimos puntos si se deshiciera en breve de estos personajes que a leguas se ve que están en su equipo por meros compromisos partidistas y de grupos más no porque realmente compartan sus ideales políticos y mucho menos sus principios altruistas.
A pesar de lo anterior, es innegable que a poco más de un año de haber tomado posesión de su cargo, el alcalde de Durango ha hecho un papel decoroso en cuanto a desarrollo social y fomento económico se refiere, impulsando importantes proyectos que a corto plazo darán muchas fuentes de empleos a los duranguenses, y es por demás decir que con todo y los problemas cotidianos que existen, en la ciudad de Durango ya no se respira tanto ese ambiente de impunidad y violencia extrema que se vivió en las anteriores administraciones.
Recientemente, el Dr. José Ramón Enríquez Herrera, encabezando a más de un centenar de alcaldes de la República mexicana, manifestó su apoyo abierto al ex gobernador poblano Rafael Moreno Valle, quien se perfila ya como posible candidato a la presidencia de la República por el Frente Ciudadano por México, formado por la coalición de los partidos PAN, PRD y MC.
Hoy, ante una aparente aceptación de los partidos locales PAN, PRD y MC, que no cuentan en sus filas con figuras de peso político que pudieran llenar el espacio del edil duranguense, el Dr. Enríquez se ha arriesgado a hacer pública su aspiración a pretender la candidatura al Senado de la República representando a Durango, abanderado seguramente por ese Frente Ciudadano por México, siendo reconocido por unos y criticado por otros. Pero lo cierto es que para el Dr. Enríquez (y para los partidos que lo acompañen) no hay otro camino pues la disputa por la gubernatura de Durango en 2022 ya ha comenzado y este popular personaje desde este momento tendrá que contender contra dos grupos ya bastante conocidos para la ciudadanía duranguense: uno, el que integra el grupo afín al senador y dirigente de la CNC, Ismael Hernández Deras, y que actualmente mantiene el poder absoluto del Comité Directivo Estatal del PRI en Durango, y el otro dirigido por la alcaldesa gomezpalatina Juana Leticia Herrera Ale, que goza de importantes prebendas y preferencias por parte del actual gobierno estatal de Durango.
Así las cosas, en la candidatura al Senado del Dr. Enríquez no está en juego una mera satisfacción egocéntrica sino la continuidad de un proyecto político y social que con todo y sus yerros es muy diferente al que los duranguenses ya conocieron con Ismael Hernández Deras y hoy conocen con la alcaldesa caciquil Juana Leticia Herrera Ale.
Al fin de cuentas, y por el papel deplorable que están desempeñando algunos panistas y perredistas dentro de los gobiernos estatal y municipal de Durango, todo parece indicar que la única alianza efectiva que podría llevar al Senado al Dr. Enríquez es la alianza que éste haga con la ciudadanía, en el entendido de que su llegada a la Cámara Alta de la República representará beneficios efectivos de inmediato y a futuro para el pueblo de Durango.