Felipe Y Sus Enredos

Sócrates Campos Lemus.

NO HAY DUDA DE QUE LAS LIGAS ENTRE LA DELINCUENCIA Y LA POLÍTICA, ALIADAS CON LOS GRUPOS EMPRESARIALES Y FINANCIEROS NACIONALES E INTERNACIONALES SON UNA REALIDAD. Como dicen las voces del pueblo: “no hay que buscarle muchas chiches a las culebras, porque no tienen”. Hoy sabemos que el famoso Nazario, alias el Chayo, que tanto presumió Felipe Calderón de su muerte en su gobierno no era lo que nos decían y que, en verdad, no había muerto. Estaba bien presente y no dudamos, porque así son las cosas, de que muchos funcionarios, políticos, policías, empresarios y especuladores financieros rogaban porque en vez de detenerle, lo asesinaran o mataran en cualquier enfrentamiento, ya que, de otra manera, saldrían muchas de sus ligas y compromisos entre ellos y la delincuencia organizada. Hoy, por supuesto, respiran mejor y con más calma. Solamente falta La Tuta, y si este se pone de modo, es lógico que tendrán que estar muy preocupados muchos de esos miembros de la verdadera delincuencia organizada, tal como van saliendo hoy las cosas, cuando sabemos que el ex secretario de Gobernación de Felipe Calderón, Juan Camilo Muriño, permitió la operación de la empresa Oceanográfia en Campeche, en donde controlaba su gran feudo que le permitiría lanzarse a la presidencia de la República y que, por ese mismo motivo, sus enemigos y sus cómplices optaron mejor por el trágico accidente, donde también perdiera la vida José Luís Santiago Vasconcelos, en una forma que nadie puede explicar. En los grandes negocios, además de socios y cómplices, se tiene que garantizar que las mafias respeten la vida de los compinches, porque de otra manera vemos el reguero de muertos y los ríos de sangre.

Curiosamente, en Michoacán se dieron los mecanismos para que desde el poder y con el poder se permitiera ligar a los grupos delincuenciales con los políticos y empresarios locales, y operar desde este nivel a escala del comercio internacional en la exportación de recursos mineros, y de los volúmenes de operaciones de productos agroalimentarios; y todo esto, con la complicidad de los funcionarios federales y estatales, pero contando en todo momento con la facilidad que les brindaban los grupos financieros a los que nadie quiere investigar porque no se podrían hacer tales operaciones de comercio internacional en forma ilegal sin ese importante apoyo, tal como lo ha demostrado Amado Yáñez con su manejo mafioso de la empresa Oceanográfia, donde políticos, funcionarios, especuladores y banqueros son la parte vital del fraude y robo a nivel nacional e internacional, y eso que ahora suspiran y se alivian, cuando los hijastros de Vicente Fox son exonerados antes de concluir las investigaciones, y esto genera, sin duda alguna, la seguridad de que hay “gato encerrado” y transas concluidas para evitar que se haga una verdadera investigación.

La impunidad que se ha demostrado en la exportación a China de miles y miles de toneladas de minerales desde  las aduanas mexicanas y de las operaciones financieras de las mismas, nos muestran cuan fuertes son las ligas entre los delincuentes y los políticos aliados con banqueros y funcionarios públicos, para operar esos  volúmenes que nadie se puede imaginar y desde hace cuántos años. Cuando se habla del sistema aduanal mexicano, se habla desde hace mucho tiempo de la doble tributación que tienen que pagar los exportadores y los importadores, no solo de los trámites oficiales sino de los “derechos de piso” operados por grupos mafiosos en todas las fronteras, y donde si no hay esos pagos que se hacen casi de manera oficial, sin que nadie investigue ni ponga freno, no se mueven cientos de millones de dólares que no tienen control y que se deslizan a las inversiones locales o nacionales con el fin de reciclar esos inmensos volúmenes de recursos monetarios con la complicidad de los grupos de especuladores financieros, empresarios y bancos. Pero todos hablan de más y hacen menos, para que todo siga igual.

Si en las investigaciones en Oceanografía se llega a profundizar el inicio de este gran robo a la nación, donde participaba activamente el hombre de mayor confianza de Calderón, Juan Camilo Muriño, ya entenderemos la razón de su muerte y, sobre todo, la inmensa fortuna y la posición del ex presidente para dar paso a la intervención norteamericana y la masacre que costó en su famosa “guerra contra el narcotráfico” más de cien mil muertos y miles y miles de desaparecidos; y él, con cinismo e impunidad, continúa en el escenario político, porque es lo que le brinda impunidad y seguridad.