Virginia Woolf
De la redacción de razacero.
Adeline Virginia Stephen o Virginia Woolf nació en Londres, Reino Unido, el 25 de enero de 1882, fue una reconocida escritora británica y una de las primeras precursoras de la defensa de los derechos de las mujeres. El nombre de Virginia Woolf figura, junto con los de James Joyce, Thomas Mann y Franz Kafka, entre los más grandes renovadores de la novela moderna.
Experimentando con la estructura temporal y espacial de la narración, perfeccionó en sus novelas el monólogo interior, procedimiento con el que se intenta representar los pensamientos de un personaje en su forma primigenia, en su fluir inconsciente, tal y como surgen en la mente. Algunas de sus obras más famosas, como “La señora Dalloway”, de 1925; “Al faro”, en 1927, o “Las olas”, de 1931, ejemplifican este recurso mediante un poderoso lenguaje narrativo en el que se equilibran perfectamente el mundo racional y el irracional.
Con la repentina muerte de su madre, Julia Princep, el 5 de mayo de 1895, cuando apenas tenía 13 años de edad, Virginia padeció la primera de sus fuertes depresiones; dos años después, su media hermana Stella, hija de Julia Princep, quien había tomado las riendas del hogar familiar tras la muerte de la madre, abandonó la casa paterna para casarse con Jack Hills y falleció durante la luna de miel, a causa de una peritonitis, hecho que provocó un fuerte daño emocional en Virginia.
La muerte de su padre, Leslie Stephen, por cáncer en 1905, le causó otra grave secuela psicológica. Sus crisis nerviosas y posteriores períodos recurrentes de depresión estuvieron también influidos por los abusos deshonestos que ella y su hermana Vanessa padecieron a manos de sus medios hermanos George y Gerald Duckworth, los que contribuyeron a agudizar el problema psicológico que sufrió la autora: el trastorno bipolar.
Al morir su padre, Virginia y sus hermanos abandonaron el elegante barrio en el que vivían y se trasladaron al bohemio barrio de Bloomsbury, que dio nombre al extravagante grupo de poetas, novelistas y pintores que se formó a su alrededor y que estaba integrado, entre otros, por T.S. Eliot, Bertrand Russell, Vita Sackville-Wets y el escritor Leonard Woolf, que el 10 de agosto de 1912 se convertiría en su marido. Cinco años después crearían la editorial Hogarth.
En sus primeras obras, “Fin de viaje”, “Noche y día” y “El cuarto de Jacob”, Virginia Woolf manifiesta su intención de llevar las novelas a algo más que a una mera narración.
En sus siguientes trabajos, “La señora Dalloway” y “Al faro”, consigue expresar los sentimientos interiores de los personajes y grandes efectos psicológicos por medio de imágenes, metáforas y símbolos.
Además de estas obras, Virginia Woolf escribió biografías y ensayos tan famosos como “Una habitación propia”, en 1929, en el que expresa una dura crítica por la poca valoración de los derechos de la mujer. “Las mujeres han vivido todos estos siglos como esposas, con el poder mágico y delicioso de reflejar la figura del hombre al doble de su tamaño natural”, expuso.
Este texto, a lo largo de los años, se convirtió en uno de los más citados del movimiento feminista, pues expone las dificultades de las mujeres para destacar en la literatura en un mundo dominado por los hombres.
“Una habitación propia” (1929) y “Tres Guineas” (1938) muestran la decidida perspectiva feminista al documentar la discriminación intelectual hacia las mujeres y la dinámica de poder ejercida por los hombres de la época.
El 28 de marzo de 1941, aquejada por su enfermedad mental, Virginia Woolf desapareció de su casa de campo, en Sussex Oriental, Inglaterra. Días después, el 18 de abril, su cuerpo fue hallado; se había suicidado llenándose los bolsillos de su abrigo con piedras y zambulléndose en el río Ouse.
“Estoy segura de que, de nuevo, me vuelvo loca. Creo que no puedo superar otra de aquellas terribles temporadas. No voy a curarme en esta ocasión. He empezado a oír voces y no me puedo concentrar. Te das cuenta, ni siquiera puedo escribir esto correctamente. No puedo leer. No puedo seguir destrozando tu vida por más tiempo”, le escribió a su marido en su carta de despedida.
Virginia Wolf fue y sigue siendo una de las voces más influyentes del feminismo moderno.