“Censo para el Bienestar”, otra farsa de AMLO
De la redacción de razacero.
En estos meses que están transcurriendo entre su triunfo y su llegada formal a la presidencia de la República, el santón “izquierdista” Andrés Manuel López Obrador ha venido perdiendo buena parte de la credibilidad que obtuvo durante su campaña electoral. Así, hemos visto que algunas de las promesas que él y sus huestes hicieron para ganarse al electorado solo quedarán en eso. La reforma energética, por lo que se ve, salvo algunos cambios irrelevantes quedará intocada pues a los senadores y diputados federales de mayoría morenista que desde hace más de un mes ocupan sus curules parece no importarles este tema, y la austeridad tan cacareada por el jerarca tabasqueño está convirtiéndose en una broma de mal gusto pues los legisladores de su partido eliminaron algunos beneficios en sus cámaras, pero se aumentaron al doble sus gastos de gasolina, viáticos y pasajes de avión.
Luego de los desencantos por los nombramientos de algunos personajes verdaderamente nefastos como integrantes de su futuro gabinete, los desplantes descorteses y hasta groseros que el tabasqueño tiene constantemente frente a los periodistas que lo llegan a cuestionar sobre temas que no le conviene hablar dejan mucho qué desear sobre su futuro desempeño como presidente de los mexicanos.
Hoy, uno de sus proyectos más importantes para él, anunciado con bombo y platillos, parece haber nacido contaminado. Se trata del “Censo para el Bienestar”, a través del cual miles de “Servidores de la Nación” registrarán a los ciudadanos más necesitados de la República para integrarlos a diferentes programas sociales, especialmente los que van a implementar la secretaría del Trabajo y la secretaría del Bienestar (ya no será SEDESOL).
Este “Censo para el Bienestar” ya lo está realizando desde el mes de septiembre la Coordinación General de Programas Integrales de Desarrollo, cuyo titular es el Lic. Gabriel García Hernández, ex director de Adquisiciones en la Oficialía Mayor cuando López Obrador fue jefe de gobierno del D.F. Gabriel García Hernández es muy conocido en el ambiente político por haber sido uno de los principales operadores financieros del PRD cuando el tabasqueño fue dirigente de este partido y, como director de Adquisiciones de la Oficialía Mayor, por decidir a qué proveedores contrataba el gobierno del D.F., y a cuáles no, bajo criterios muy personales.
Hoy, Durango es un reflejo fiel de lo que el “Censo para el Bienestar” es y significa en todos los estados de la República. En esta entidad, el santón “izquierdista” López Obrador designó a su amigo Guillermo Enrique Novelo Solís como “super delegado” o Coordinador Estatal de Programas Integrales de Desarrollo. Como tal, Guillermo Enrique Novelo nombró a seis coordinadores municipales y a un coordinador para las zonas indígenas del estado, que se encargan de organizar a los “Servidores de la Nación” que realizan el “Censo para el Bienestar” para registrar a los ciudadanos que disfrutarán los beneficios de diversos programas sociales.
Pero contrariamente a las indicaciones que hiciera el presidente electo al titular de la Coordinación General de Programas Integrales de Desarrollo, Lic. Gabriel García Hernández, en el sentido de que para llevar a cabo esta tarea seleccionaran perfiles sin inducción política y que no fueran afines al partido Morena, en Durango el Coordinador Estatal de Programas Integrales de Desarrollo, Guillermo Enrique Novelo, ha formado verdaderos escuadrones comandados por conocidos ex petistas, hoy militantes del partido Morena.
Y así las cosas, dentro de la pugna que el “super delegado” Guillermo Enrique Novelo y el dirigente estatal de Morena en Durango, Rosendo Salgado Vázquez (suspendido recientemente de sus derechos partidistas), traen por el dominio de este partido en esta entidad norteña, de las huestes “rosendistas” surge una fuente que se reserva el anonimato para evitar ser expulsado de su partido: “Guillermo Enrique Novelo nombró a Gustavo Pedro Cortés como Coordinador de los ‘Servidores de la Nación’ para realizar el ‘Censo para el Bienestar’ en el municipio de Durango (que es la capital del estado).
“Gustavo Pedro Cortés nombró a su vez como ‘Servidores de la Nación’ a casi toda su familia pues hasta su suegra y hermanos aparecen en el listado; además de esto, también nombró a todos los integrantes de la organización campesina que dirige, la Organización de Defensa Campesina (ODC). Todos ellos serán ‘Servidores de la Nación’ y harán el ‘Censo para el Bienestar’, cuando López Obrador dijo que no iba a permitir este tipo de prácticas clientelares pues, ¿a quiénes cree usted que Gustavo Pedro Cortés va a darles la preferencia para quedar registrados en el ‘Censo para el Bienestar’ conociendo los antecedentes corporativistas de este dirigente ‘campesino’?”, comenta la fuente.
También trasciende que conocidos técnicos proyectistas adscritos a la ODC son Coordinadores de Ruta del “Censo para el Bienestar” y están bajo el mando del dirigente “campesino” Gustavo Pedro Cortés. Al respecto, la fuente refiere: “Estos técnicos proyectistas adscritos a la ODC son especialistas en bajar recursos federales y están calificados por dependencias federales para hacer esas actividades, por lo que la inclusión de estas personas en este ‘Censo para el Bienestar’ tiene el único objetivo de beneficiar a los integrantes de esta organización. Los técnicos proyectistas son el Ing. Manuel de Jesús Rojas Andrade, Manuel Hernández Hernández y Froylán García Higareda”, finaliza la fuente.
En la misma situación se encuentran otros municipios del estado de Durango, y seguramente sucede lo mismo en otras entidades de la República en las que bastaría hacer una investigación muy superficial para saber la cantidad de intereses creados que ya están produciendo pus en este programa tan cacaraqueado por el presidente electo.
Algo tendrá que hacer el santón “izquierdista” López Obrador y su Coordinador General de Programas Integrales de Desarrollo, Lic. Gabriel García Hernández, a reserva de que su
“Censo para el Bienestar” se venga abajo antes de que comience su sexenio.