2015 ¿comienzo del fin de la partidocracia?

Los ciudadanos somos el Primer Poder y tenemos la facultad de cambiar cualquier forma de gobierno.

 

Las medidas hacendarias implementadas por el gobierno federal, lejos de fortalecer la economía de los mexicanos e impulsar el desarrollo y crecimiento nacional están provocando un efecto contrario, según los análisis de los expertos en la materia que critican acremente la iniciativa de reforma hacendaria elaborada por el equipo del secretario de Estado Luis Videgaray, y aprobada por el Congreso de la Unión.

Estas reformas no solo han contraído la economía del país sino que la han desplomado, y los efectos ya son más que notorios: el aumento del desempleo es evidente y la disminución del flujo monetario golpea directamente las mesas de la mayoría de los mexicanos. En este contexto, lo más probable es que el gobierno federal tenga planeado liberar un torrente de recursos un poco antes de las elecciones de 2015, para ganar adeptos, lo cual podría catalogarse como medida política deleznable (echarle migajas al hambriento) y resultar contraproducente y beneficioso para ese partido, MORENA, que, aunque parece igual a los demás de “izquierda”, ha mantenido su distancia y está al acecho de cualquier error que cometan los demás miembros de la partidocracia corrupta.

A esta olla de presión, la clase política multicolor quería agregarle más calor, agrediendo la libertad de expresión que millones de ciudadanos ejercen en las redes sociales de internet como un desfogue a los abusos y saqueos que comete la clase política gobernante, es decir, la partidocracia.

Y es que a las mafias que detentan el poder no les basta con haber criminalizado las protestas sociales en las calles, también pretendían hacerlo con esas manifestaciones de repudio que la ciudadanía hace desde sus casas. El intento lo hicieron y lo hubieran concretado si miles de ciudadanos no se hubieran atrevido a salir a las calles a protestar y no hubiera habido presiones externas. Además, el fascismo que nos gobierna, de “izquierda” y de derecha, reviró a tiempo y no aplicó esta reforma a las leyes de telecomunicaciones porque el haberlo hecho implicaba para ellos ponerse en la lista de países con gobiernos altamente represores y corruptos y, aunque lo es, la partidocracia mexicana no quiso evidenciarse abiertamente como un régimen autoritario y totalitarista en el plano internacional.

Así las cosas, los contribuyentes más asediados son los habitantes del Distrito Federal, quienes, contradictoriamente, son acechados, reprimidos y encarcelados por un régimen que se supone debió haber cancelado este tipo de prácticas fascistas desde hace más de 15 años, cuando llegó al poder en la capital: el de “izquierda”, de los perredistas, que bajo el escudo y el garrote de Miguel Ángel Mancera Espinosa mantiene aterrorizados a los habitantes que se atreven a salir a las calles a protestar por los atracos que cometen cotidianamente tanto el gobierno federal como las huestes o carteles delincuenciales que están apoderados del gobierno del D.F., y de las delegaciones políticas, específicamente de la delegación Cuauhtémoc, plaza dominada por el cartel llamado “Izquierda Democrática Nacional”, dirigido por los jerarcas o capos perredistas René Bejarano y la senadora Dolores Padierna, cuyos integrantes, en contubernio con “autoridades” del gobierno del D.F., cometen robos millonarios a ciudadanos indefensos sin que suceda nada, sin que nadie les aplique la ley.

Así, a las pifias económicas del gobierno federal se suman los abusos de poder, atracos, saqueos y burlas de gobernantes locales. La inseguridad sigue galopante y las muertes por pugnas entre grupos del crimen organizado no cesan. La oligarquía (o sea unos cuantos) y la partidocracia corrupta (también unos cuantos) siguen acumulando enormes fortunas haciendo negocios particulares con recursos públicos, mientras Rosario Robles, secretaria federal de Desarrollo Social, con cocacolas y papas Sabritas pretende acabar con el hambre y la pobreza que cada día crecen más a lo largo y ancho de México.

No hay una conducción seria del país porque nuestros gobernantes no son tales, ni mucho menos estadistas, son integrantes de mafias de distintos colores que se disputan el botín que les representamos, es decir, el erario millonario que todos los días trasladan de las arcas públicas a sus cuentas bancarias personales.

No hay amor a la patria, a la niñez, a la juventud, solo amor a los billetes mal habidos.

Esto es lo que podría cambiar en las próximas elecciones de 2015 si la ciudadanía toma conciencia y decide no votar por estos sindicatos hamponeriles malamente denominados partidos políticos, y toma la decisión de darse otras formas de gobierno apelando al artículo 39 Constitucional y exigiendo, no solicitando, a los gobernantes la aprobación de las candidaturas ciudadanas sin trabas, en todo el territorio mexicano, para que nos gobiernen los mejores, con la seguridad de que estos nos van a entregar cuentas claras, y si no lo hacen tengamos el poder para regresarlos a sus casas inmediatamente.