Salum o los enriquistas, las dos sopas panistas para la alcaldía de Durango

Fernando Miranda Servín.

Este domingo 10 de marzo, el Partido Acción Nacional en el estado de Durango llevará a cabo su proceso de elección de candidatos a las 39 alcaldías de esta entidad, sin embargo, la atención de este proceso se centrará en un municipio en especial: Durango, que es la capital de esta entidad.

Como se sabe, en un principio iniciaron la competencia para obtener esta candidatura el conocido ex diputado Jorge Salum del Palacio, el diputado con licencia José Antonio Ochoa Rodríguez, el empresario Alfredo Herrera Deras; la Secretaria Municipal y del Ayuntamiento del municipio de Durango (con licencia), Claudia Hernández Espino, y el ex director del Instituto Municipal de la Vivienda, Juan César Quiñones Sadek.

Jorge Salum del Palacio con José Antonio Ochoa Rodríguez, panistas tradicionales y enemigos políticos del impopular alcalde José Ramón Enríquez Herrera.

En las últimas dos semanas José Antonio Ochoa y Alfredo Herrera Deras declinaron a favor de Jorge Salum del Palacio, y el ex director del INMUVI, Juan César Quiñones Sadek, hizo lo propio a favor de Claudia Hernández Espino.

Así las cosas, para contender por esta candidatura en particular quedaron enfrentados dos proyectos políticos totalmente diferentes: uno, el de Jorge Salum, identificado con el panismo tradicional, de cepa; y el otro, el de Claudia Hernández Espino, relacionado con el celebérrimo alcalde de Durango y dirigente estatal emecista, José Ramón Enríquez Herrera, quien recientemente sufrió un serio descalabro político al buscar su reelección abanderado por el partido Morena y ser eliminado de la lista de precandidatos de este partido de manera más que vergonzosa.

Jorge Salum del Palacio se ha caracterizado en los últimos años precisamente por su perseverancia para intentar ser alcalde de Durango, disputando esta posición en las elecciones de 2013, en las que perdió frente al priísta Esteban Villegas Villarreal, y en el proceso interno de su partido en las elecciones de 2016, en las que por acuerdos cupulares la candidatura recayó en el actual alcalde de Durango, José Ramón Enríquez Herrera, dentro de la alianza PAN-PRD- MC, trascendiendo a la opinión pública la inconformidad de Salum del Palacio, una inconformidad que a la postre sería justificada tomando en cuenta la deplorable manera con la que ha gobernado el oftalmólogo emecista.

Claudia Hernández Espino carga sobre su espalda la pesada losa de ser agresora de la libertad de expresión de algunos periodistas duranguenses y de formar parte del gobierno municipal corrupto de Durango, en donde ocupa el cargo (con licencia) de Secretaria Municipal y del Ayuntamiento. Como tal, Claudia Hernández Espino ha sido partícipe y ha permitido atropellos laborales en contra de cientos de trabajadores municipales, además de que su labor como servidora pública ha dejado mucho qué desear en las buenas relaciones que este municipio debería tener con la ciudadanía duranguense. El caso del Proyecto del Paseo Universitario solo es un ejemplo de lo anterior. Por lo demás, Claudia Hernández Espino, en su calidad de Secretaria Municipal y del Ayuntamiento ha sido pésima conductora de la política interior del municipio de Durango, y más pésima aún como coordinadora de las funciones de los titulares de las dependencias administrativas de esta alcaldía. Hoy, los dramáticos resultados que ha tenido Claudia Hernández como brazo derecho del Alcalde Opaco de Durango, José Ramón Enríquez Herrera, son más que evidentes: una administración detestada socialmente y plagada de ineficiencias y actos de corrupción de la mayoría de sus directivos, principalmente del presidente municipal.

Esta impopularidad al exterior y al interior del PAN quizá sea la razón por la que connotados panistas-enriquistas como la misma Claudia Hernández, el pomposo “coordinador de relaciones exteriores del municipio de Durango”, Víctor Hugo Castañeda Soto y el ex director del INMUVI, Juan César Quiñones, pretenden desestabilizar el proceso de selección del candidato de su partido a la alcaldía de Durango acusando la supuesta intervención de funcionarios del gobierno estatal a favor del precandidato Jorge Salum.

Los panistas-enriquistas, encabezados por Claudia Hernández Espino, en su mayoría forman parte del gobierno municipal corrupto de Durango.

Está claro que los panistas-enriquistas están sumamente desesperados y buscan a toda costa primero obtener la candidatura del PAN a la alcaldía de Durango y luego ganar las elecciones para conservar el poder en esta demarcación y no salgan a flote la cantidad de corruptelas graves que han cometido; corruptelas que un enemigo político jurado del Alcalde Opaco José Ramón Enríquez, como Jorge Salum, no dudará en castigar.

Y así como a la ciudadanía duranguense ya no se le puede engañar, tampoco a las militancias de los partidos (el ejemplo de la Comisión Nacional de Elecciones del partido Morena rechazando al impopular Alcalde Opaco, José Ramón Enríquez, por presiones de la militancia morenista está más que fresco), por lo que este domingo los militantes panistas con derecho a votar para elegir a su candidato que habrá de disputar la alcaldía de Durango, principalmente al partido Morena, solo tendrán de dos sopas: una, la de Jorge Salum, aderezada con el panismo tradicional y recalentada con su necia perseverancia; y la otra, la de la enriquista Claudia Hernández, con el tufo proveniente de la céntrica esquina que forman las calles de Victoria y 20 de Noviembre.

La militancia panista espera que la influencia nociva del Alcalde Opaco, José Ramón Enríquez Herrera, no entorpezca su proceso de elección de candidato a la alcaldía de Durango.