¿Te sientes estancado en tu relación, pero no eres capaz de dejarla?

Constanza del Rosario.
Psicóloga y Coach de parejas.

Los seres humanos somos seres sociales por naturaleza y buscamos crear lazos que nos otorguen seguridad, compañía y satisfacción. La gran mayoría cuando elegimos y decidimos ser parte de una pareja lo hacemos esperanzados en que esa es la persona indicada para nosotros y que es junto a esa persona que seremos felices, y convencidos de la viabilidad del proyecto, invertimos una enorme cantidad de tiempo, energía e inclusive dinero para que este sea exitoso. Sin embargo, lo que en un principio prometía ser una relación magnifica puede convertirse, con el paso del tiempo, en una relación inestable y poco saludable, especialmente si los malos momentos superan a los positivos, generando un paulatino desgaste, descontento y desesperanza, viendo al otro como la causa de nuestros pesares en vez de verlo como un resguardo y una fuente de apoyo y tranquilidad.

¿Qué señales nos advierten que nuestra relación está gravemente desequilibrada?

1.- Pasas gran parte de tu tiempo preocupándote y analizando tu relación.

2.- Te sientes como la “madre” o “padre” de tu pareja.

3.- Sientes que tu pareja o tu relación te roba gran parte de tu energía.

4.- Sientes que hablar con tu pareja es hablar con una pared.

5.- Te sientes controlado, restringido, invadido o sofocado por la relación.

6.- No te sientes valorado ni atendido. Tu autoestima ha tocado fondo.

7.- Hace un buen tiempo experimentas una sensación de soledad crónica, inclusive en su compañía.

8.- Cada vez se hacen más frecuentes los maltratos psicológicos o físicos por/hacia tu pareja.

¿Por qué sabiendo que las cosas no van a mejorar en la relación, no somos capaces de ponerle fin?

1.- A menudo creemos que hemos invertido mucho en una relación como para dejarla ir, así que seguimos invirtiendo un poco más con la esperanza de que esta vez las cosas resulten. A lo Arturo Prat: el barco se hunde y tú optas hundirte con el.

2.- Tienes miedo a que el futuro sin tu pareja sea peor que el presente. Prefieres estar mal acompañado que solo; la idea de que nunca más encuentres a alguien o que no vuelvas a amar como haz amado a esta pareja te lleva a aferrarte a esta relación.

3.- El temor a arrepentirte de tu decisión o a ser juzgado por tus decisiones, te paraliza. Probablemente porque eres de los que necesitan tener claras certidumbres del futuro para dar el paso y así no equivocarse. Por eso, ante el “incontrolable” destino funcionas como el dicho: “mejor diablo conocido que diablo por conocer”.

4.- Sólo pensar en iniciar una relación nueva te agota, agobia y desmotiva; sientes que ya no quieres esforzarte y es más cómodo quedarte dónde estás.

5.- No confías en ti mismo, ni en tus capacidades ni en tu atractivo y te frenas a atreverte a estar solo.

¿Qué tengo que trabajar para poder ser capaz de elegir el mejor camino para mi vida?

1.- Hacerte responsable de tu felicidad, ya que eres tú quien tiene que encargarse de que seas feliz y no otro; el rol de victima te estanca y te vuelve dependiente y pasivo.

2.- Fortalecer tu autoestima y autoconfianza, lo que aumentará tu sensación de poder y fe de que puedes cambiar tu vida para mejorar.

3.- Desarrollar una visión positiva de futuro y manejar tu ansiedad, para automotivarte a dar saltos sin temor.

4.- Aumentar tu autoconsciencia y capacidad para poner límites, no tomar decisiones desde el miedo sino desde tus propios deseos y necesidades.

Si crees que no estás resolviendo tus problemas debes contemplar la opción de acudir con un especialista.

(paraserbella.com).