El Portón

Me emocionan mucho las posibilidades en la cocina mexicana, creo que deberíamos valorarla más. Es racista asumir que la comida mexicana tiene que ser barata.

Ubicado en uno de los bulevares más transitados durante todo el día en la ciudad de Durango, como es el de Felipe Pescador, y con el número 100-1 “A”, se encuentra el restaurante “El Portón” desde hace más de una década. Durante este tiempo le han cambiado la imagen, los colores, y se ve poco más juvenil; sin embargo, luce frio y algo solo, ya que estuve ahí a la hora de la comida y ya no es un lugar al que la gente acuda. Están promocionando los chilaquiles en todas sus variedades, así como también todos los antojitos, sopas y guisos tradicionales que consumimos en nuestro país.

Me llamó la atención que dentro de sus nuevas cartas (menús) hablen sobre “La mayora”, pero ¿quién es “La mayora” en el servicio de restaurante? “La Mayora” es un término muy mexicano que se refiere a la mujer que se dedica al oficio de cocinar en un establecimiento de alimentos y bebidas, llámese restaurante, fonda, cafetería, puesto callejero o cualquier otro. Generalmente es ingeniosa y experta en las formas tradicionales de cocina, y afortunada portadora de una sazón incomparable. Vive dedicada a hacer magia en los fogones, y aunque también se involucra en actividades afines como la compra de insumos, siempre es más importante su labor como maestra cocinera.

PAG-7-3Después de este paréntesis, “Acá entre nos” déjame decirte que falta personal, ya que aunque no hay muchos comensales las mesas lucen con muertos (loza, cristalería y cubiertos sucios), ya nadie da la bienvenida ni te acompaña a tu mesa, y te ofrecen bebida hasta que te dejan la carta. El lugar en donde me senté está cerca del área infantil y el aire acondicionado es incómodo ya que está bastante frío.

Me decidí como entrada por una sopa de fideo muy sabrosa, con mucho sabor a esa sopa que preparaba la abuela. Como segundo plato ordené unos medallones de res bañados en salsa de chile poblano, muy agradable al gusto, y de guarnición ensalada verde, cuyos componentes: lechuga, tomate y pepinillos estaban muy frescos. Lo que no es muy grato es que te lleven el segundo plato antes de terminar el primero, pues se enfría.

Mientras te llevan tu comida, te dejan una canasta con totopos, de los que una buena parte son hechos con tortillas de color rojo ladrillo. Al preguntarle a la mesera a qué se debe ese color me comentó que es porque la masa tiene achiote, de ahí el color y el sabor agradable, acompañados con un pequeño recipiente de frijoles y de salsa verde, que “Acá entre nos” si no estás acostumbrado al picante es mejor que no la pruebes. De postre pedí un arroz con leche, que a mi gusto está muy dulce, pero el sabor es grato y el arroz está muy bien cocido.

Los costos son acordes a ese nivel de servicio ya que también manejan promociones que son muy atractivas. visp

Nota Aclaratoria: en la columna pasada hablé sobre el restaurante de “La Tía Titi”, dando por hecho que así se llamaba; sin embargo, muy amablemente Alma Ayón, una de las propietarias, me hizo la aclaración que el nombre es: “Cenaduría Pozole mío”, y que los espera de tres de la tarde a once de la noche todos los días, excepto los miércoles, en la calle Profr. Manuel Morales Núm. 206 colonia Ciénega.