La discriminación es la hija bastarda de la ignorancia
La imperiosa necesidad de un cuerpo perfecto.
El título de esta columna lo escuché en el noticiero matutino del Dr. Leonardo Curzio, y lo tomé para hablar del tema debido a que transmitió una nota que relata que a Jakeb Arturio Bradea un hombre en un bar gay le dijo: “eres demasiado viejo y feo para ser gay”. Esto sucedió en Huddersfield, Inglaterra, y nos muestra la discriminación que hay dentro de la misma comunidad LGBT o LGBTTTIQ (en los últimos años para ser incluyentes se han agregado otros géneros como transexual, transgénero, travestis, intersexuales y queer).
No siempre ha existido la discriminación, hay que recordar a los grandes filósofos griegos, quienes tenían de acompañantes a jóvenes apuestos para transmitirles todos sus conocimientos, incluyendo los de sexo.
Años más tarde, en enero de 1933, Hitler llega al poder, hago mención de este personaje porque aparte de que se ha debatido sobre su sexualidad, en su tiempo de gobernar se desató un odio terrible hacia los homosexuales, quienes fueron perseguidos y quemados.
La discriminación significa tener un trato diferente y perjudicial hacia las personas, ya sea por su sexo, religión, ideas políticas, raza, posición social, orientación sexual, etc.
Es común escuchar expresiones como “no soy homófobo, pero no quiero tener amigos gays porque se enamoran de mí”, esa es una de las típicas frases que quien la dice piensa que no está discriminando, pero es un error grande el creer que los gays y las lesbianas se enamoran de todas las personas de su mismo sexo, pensando que por su condición ellos y ellas son más promiscuos.
Regresando a lo que le dijeron al joven Arturio Bradea, se nos podría hacer extraño ese tipo de comentarios entre ellos, puesto que uno imagina que se apoyan debido a las marchas que vemos y al desfile de la diversidad (que lamentablemente ha perdido su significado y ahora es más de lucimiento de cuerpos, caras y vestimentas); sin embargo no es así, ya que dentro de su comunidad existen varios estereotipos.
Algunos de los clásicos prejuicios dentro de sus cánones son la belleza, el estatus, el tipo de cuerpo, y bueno, hasta porque vas a tal o a cual antro; de ahí que el peso social para los jóvenes sea superior y busquen asistir lo más que puedan al gym (algunos tomando esteroides para lograr ese cuerpo deseado), o practicarse alguna que otra cirugía plástica solo para ser “aceptados”, y más con este mundo de las redes sociales donde existe una gran cantidad de apps de “ligue”, en las que en muchos de los perfiles se leen frases como “soy un hombre de verdad, por eso solo me interesa conocer hombres de verdad (esto en referencia a personas afeminadas, como si por ser gays femeninos dejaran de ser hombres). No obesos, no chaparros, no con vello corporal, no feos y no gente vieja de más de 30”, por lo que la presión y la discriminación es más grande, todo por entrar en esos estándares que ellos mismos se imponen.
Hablando sobre la frase de “no gente vieja de más de treinta”, cada vez más hombres y mujeres gays de esa edad padecen de una mayor soledad (es un tema mucho más complejo y extenso), esto en gran parte por el estigma social que existe sobre que la juventud es lo más valioso.
El tema también viene a colación porque en nuestro estado de Durango las autoridades están “trabajando” para que nuestra ciudad sea considerada “gay friendly”, lo que está algo complicado debido a tanta discriminación, tabús y falta de capacitaciones sobre el tema a nuestros policías y funcionarios, y hasta a los mismos comerciantes, taxistas y ciudadanía en general; en gastronomía y en servicios de transporte, entre muchas otras cosas. Será muy difícil que esos prejuicios y esa discriminación sean erradicados, pero se debe intentar disminuirlos en gran medida.
Y recuerda, no dejes que comentarios discriminatorios y ofensivos hacia tu persona te afecten. No es relevante cómo te veas, puedes estar alto, bajo, flaco, gordo, feo o guapo; puedes ser amarillo, blanco o negro, eso no interesa, lo que sí importa es el tamaño de tu corazón.