Salum, la inmoralidad

De la redacción de razacero.

En medio de la pandemia por la que atravesamos, provocada por el coronavirus, en cuya contingencia se ha solicitado de manera apremiante a la ciudadanía quedarse en sus casas, para el alcalde de Durango, el panista Jorge Salum del Palacio, y la mayoría de los regidores integrantes de su Cabildo, las prioridades no han sido precisamente atender con eficacia a los sectores más desprotegidos de la población, sino sacar adelante y de inmediato aquellos proyectos millonarios que beneficiarán a una pequeña élite empresarial y gubernamental.

Así, sin ningún pudor ni moralidad, el pasado 24 de marzo al medio día, a puerta cerrada y aprovechando que la ciudadanía no tiene toda la libertad para salir de sus casas a manifestarse frente al Cabildo del municipio de Durango por la grave situación sanitaria que se vive, el alcalde Jorge Salum y sus regidores (algunos vergonzosamente cooptados) autorizaron el cambio de uso de suelo para la construcción de un estacionamiento subterráneo en la Plaza IV Centenario y la construcción del polémico puente vehicular del Blvd. Francisco Villa, éste último proyecto plagado de irregularidades, desde su licitación y costo real (superior a los 200 millones de pesos), hasta la presentación de pésimos estudios de impacto ambiental, detalles que, por supuesto, el alcalde de Durango, Jorge Salum, y sus regidores acomodaticios han ignorado por tratarse de una obra propuesta por una dependencia estatal: la secretaría de Obras Públicas, cuyo titular, Arturo Enrique Salazar Moncayo, ha sido denunciado inclusive en la tribuna del Congreso de Durango por los actos de corrupción y omisión que cotidianamente comete, como otorgar contratos millonarios sin licitación y adjudicaciones directas a empresarios de la construcción foráneos, excluyendo a los locales.

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El alcalde panista de Durango, Jorge Salum del Palacio, el 26 de marzo, aprovechando la pandemia, él y su Cabildo de regidores cooptados aprobaron a puerta cerrada el cambio de uso de suelo para la construcción del puente vehicular en el Blvd. Francisco Villa, un proyecto ecocida que enriquecerá a una pequeña élite de empresarios y políticos rapaces.

En plena pandemia, para este grupo ya bien identificado de políticos nefastos (panistas, priístas y emecistas) es más urgente atender las necesidades económicas de esa cúpula privilegiada que indudablemente se enriquecerá con este par de proyectos, que tomar medidas eficaces y directas para disminuir el impacto económico que el coronavirus le está dando en este municipio a los que menos tienen.

Mientras esto sucede, la Contraloría municipal de Durango, a cargo de la C.P. Martha Judith Ávila Lucero, dio a conocer las investigaciones que hace al ex Juez Administrativo, Ernesto Aguilar García, acusado de cometer actos de nepotismo y tráfico de influencias durante el desempeño de sus funciones, pero al mismo tiempo protege el nepotismo que practica el alcalde panista Jorge Salum, quien colocó a su sobrino, Marcelo Salum Mancisidor como Jefe de la Unidad de Transparencia y Archivo de la dirección de Aguas del Municipio de Durango.

Otro caso que llama la atención es el de la familia Villarreal, cuyos integrantes ocupan altos cargos dentro del organigrama del gobierno municipal panista: Heriberto Villarreal Flores, como director del Instituto Municipal de Planeación; Alejandro Villarreal Flores, Coordinador Técnico de la dirección de Protección Civil; Denis Villarreal Barrientos, prima de los hermanos Villarreal Flores, ocupa un cargo de manejo de Redes Sociales en la dirección de Comunicación Social, y su esposo, Jesús Manuel Rivera Martínez, es el Coordinador de Comunicación Social en la dirección de Administración y Finanzas.

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El 24 de marzo pasado, la prioridad de la comisión de Desarrollo Urbano, presidida por el panista Francisco Londres Botello Castro, fue aprobar las constancias de compatibilidad urbanística para autorizar los proyectos millonarios de las construcciones del estacionamiento subterráneo en la Plaza IV Centenario y del puente vehicular en el Blvd. Francisco Villa.
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El nepotismo del alcalde Jorge Salum: impuso en la jefatura de Transparencia y Archivo de la dirección de Aguas a su sobrino, Marcelo Salum Mancisidor.

Y como éstos, hay otros casos de nepotismo en el municipio de Durango, en los que familiares de directivos ocupan puestos sin tener el perfil adecuado para desempeñar sus funciones, y sin que la titular de la Contraloría, C.P. Martha Judith Ávila Lucero, tome las mismas acciones que está tomando contra el ex Juez Administrativo de la pasada administración corrupta encabezada por el ex alcalde y actual senador, el emecista José Ramón Enríquez Herrera.

Esta, a grandes rasgos, es la doble moral, o más bien la inmoralidad con la que está gobernando el panista Jorge Salum y su séquito de directivos y regidores incondicionales. Un gobierno que no ve por las mayorías ni por los sectores vulnerables… un gobierno para sí mismo, administrado por una reducida élite de políticos perniciosos que poco o nada contribuyen para que la ciudadanía duranguense progrese.