Café Wirikuta ¿hay que ir?
“Cualquier plato mediocre cocinado por un cocinero mediocre tiene más valor que una excelente crítica”, Antón Ego. Película Ratatouille.
Ratatouille es una de mis películas animadas favoritas por aquello que está llena de mensajes y habla sobre la preparación de alimentos. La historia nos cuenta de una rata llamada Remy, con un extraordinario sentido del olfato, que sueña en convertirse en chef. Para tal fin llega al restaurante “Gusteau´s” donde conoce a Alfredo Lingüini, coincidentemente hijo desconocido de uno de los mayores chefs de Francia, llamado Auguste Gusteau, propietario del restaurante que lleva su apellido.
Este filme al principio generó pocas ganancias, pero en el momento de su estreno en Francia alcanzó record de ingresos para una película animada, todo por las frases dichas por una rata. Como en toda película, hay personajes malévolos y siniestros, y en esta no podía ser la excepción, uno de ellos es Antón Ego, quien es un crítico culinario muy exigente y duro.
Y bueno, el comenzar hablando sobre esta película es porque Acá entre Nos me han preguntado cuál es el objetivo de ir a comer a diferentes lugares y platicar sobre esa experiencia. Mi respuesta es que lo que hago se define como “crítica culinaria”, que tiene mucha diferencia a un crítico gastronómico. Nosotros basamos nuestra opinión en la experiencia y en todo su conjunto al visitar un lugar, no solo en el platillo, sino que nos fijamos en la decoración, en el sabor de la comida, en la atención y la calidez en el servicio, la creatividad que tenga el cocinero para la transformación de los ingredientes y la presentación o el montaje de los mismos.
En resumidas cuentas, la crítica culinaria es un juicio de la experiencia del ir a comer a un lugar para contártelo a ti e invitarte a que acudas, y lo más importante, que consumas lo hecho en ese lugar para así apoyar a los negocios locales, ya que tristemente los datos que dio el INEGI no son nada alentadores, pues con el impacto económico que ha dejado el COVID-19 quedó claro que el gobierno federal no ha ayudado a las empresas, por eso se invita a la gente a consumir los productos y servicios locales y ser generosos con esas adquisiciones y con las propinas.
En esta ocasión me fui a visitar una plaza relativamente nueva por el sur-poniente de la ciudad, para ser exactos en el Boulevard Guadiana Núm. 98, en Lomas del Parque, en la cual están ubicados varios negocios, y uno de ellos es Wirikuta Café. Aquí desde que entras la atención y el trato es excelente. Te hacen sentir bastante bien preguntando si vas a consumir ahí o tu pedido va a ser para llevar. Si tu respuesta es que te quedarás ahí te dejan el menú para tu elección y unos minutos después pasan a tomar tu orden.
Los baños están bastante limpios con todo para el servicio, la musicalización y el volumen son muy agradables ya que es un lugar para ir a platicar con amigos, familia, tu pareja o hasta con quien apenas estas conociendo. La experiencia al estar ahí es muy placentera.
Ahora me excedí, ya que aparte de pedir una deliciosa chapata rellena de jamón, queso blanco y rajas de chile curtido, me apeteció un postre. El pedido no es tardado, al momento de llevármelo estaba en su temperatura, muy suave al morder y crujiente. Los waffles que pedí llevan como decoración una bola de nieve de vainilla. Estos van bañados con chocolate de una marca muy famosa, estaban deliciosos.
La bebida que pedí fue un chocolate.