La Descendencia
Una experiencia llena de historia y tradición
Así dice la frase de este restaurante ubicado en la calle Negrete Núm. 1239, Poniente, en la colonia Madrazo. Es un lugar que cuenta con dos áreas, una al exterior y otra al interior, la que es al aire libre da a la calle y en la noche la iluminación y decoración con plantas en esta zona invitan a entrar.
En la segunda área (al interior del establecimiento), que fue en la que yo me acomodé, la ambientación en verdad incita a pasar el tiempo comiendo, platicando e ingiriendo alguna que otra bebida de alcohol. Su iluminación y ambientación es perfecta, al igual que el volumen de su música (ponen canciones bastante conocidas y muy variadas, van desde pop en inglés a español, e inevitablemente tarareas mientras estás ahí). En sus televisores transmiten vídeos de parrilladas, que es la esencia de este lugar que ofrece comida mexicana, estadounidense e internacional, y una fusión de estos tipos de alimentos.
Desde que estás a punto de entrar te recibe un hostess dándote la bienvenida y acompañándote al lugar donde te sientas más cómodo, previo a eso te piden hacer todo el nuevo protocolo para poder entrar a cualquier lugar: pisar el tapete, ponerte gel y checarte la temperatura. Te piden firmes una hoja con tu entrada, en donde se anota la temperatura al momento de ingresar.
Ya estando en la mesa te dejan el menú para posteriormente tomarte la orden. Mientras decides que ordenar te llevan totopos y un salsero con salsa roja, verde y majada, las tres con un picor agradable.
Al momento de entrar al sanitario te percatas que están bastante limpios y con todo lo necesario para el servicio. Aquí sí cuentan con dos sanitarios, uno para hombres y el otro para mujeres.
Pedí una parrillada, la cual incluye diferentes tipos de carnes como es la roja y de pollo, también incluye un chile relleno de carne de tu elección. Te la sirven con tortillas de harina y de maíz. Las carnes están muy suavecitas ya que al momento de ordenar te preguntan en qué término deseas la carne, y si tienes alguna duda de la carta ellos están capacitados para aclararte todo, que es algo que en verdad quedé gratamente sorprendido ya que te explican y/o sugieren que puedes pedir.
Lo que también me asombró fue que todo el personal está debidamente uniformado, desde el calzado que está muy bien lustrado hasta su camisa, pantalón y medio mandil con el logotipo de “La Descendencia”.
De postre pedí por sugerencia del mesero un brownie montado con un helado de vainilla y decorado con chocolate, que al momento de degustarlo, la boca se llena de una sensación de sabores y de temperaturas.
El menú es de dos pastas (duras), como tiene que ser en un restaurante de esta categoría, y cuentan con carta de vinos y menú infantil.
La estadía es muy grata, el servicio y la calidad de los alimentos es excelente, los costos son elevados, pero créame que vale la pena hacer un esfuerzo y acudir a este lugar.