Permanece impune, el senador saqueador

De la redacción de razacero.

Muy activo se le ha visto al ex alcalde saqueador y actual senador morenista, José Ramón Enríquez Herrera, en tareas abiertamente proselitistas “inspeccionando” obras carreteras en algunos puntos del estado de Durango y en conferencias de prensa anunciando sin pudor sus aspiraciones para ser gobernador de esta entidad norteña.

Como se sabe, recientemente el alcalde panista de Durango, Jorge Salum del Palacio, canceló el contrato millonario y fraudulento de las luminarias que, a iniciativa del ex alcalde Enríquez Herrera, el municipio capitalino signó con la empresa INDUSTRIAS ISOLA BASIC, mediante el cual el oftalmólogo exhibicionista y su clan delincuencial con el que gobernó Durango pretendían descalabrar el erario con al menos 800 millones de pesos. Dos años estuvo vigente este contrato mal intencionado pues entró en vigor el 4 de mayo de 2018.

A este saqueo de 24 meses se suman hasta el momento dos denuncias presentadas por el actual gobierno panista contra la administración del ex alcalde José Ramón Enríquez: una por el desvío de 14 millones de pesos y otra por “daños administrativos y patrimoniales” que ascienden a 398 millones de pesos (más dos millones de pesos que este ex alcalde sustrajo del presupuesto de la Secretaría Particular para solventar gastos de la boda de su hija).

Pero el ahora senador morenista no tiene nada de qué preocuparse pues estas denuncias, convenientemente, han sido fincadas en la inoperante Fiscalía Especializada en Combate a la Corrupción, que desde su creación no ha resuelto un solo caso a favor de la ciudadanía. Y es que los pactos de impunidad de la clase política duranguense así son: descarados y fríamente calculados para protegerse a sí misma sin importarle la opinión del ciudadano común, ese al que solamente en los procesos electorales toman en cuenta.

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A más de 400 millones de pesos asciende el saqueo perpetrado al municipio de Durango por el ex alcalde y actual senador morenista, José Ramón Enríquez Herrera y el grupo delictivo que comandó. Hoy, el oftalmólogo cleptócrata quiere ser gobernador.

Esta connivencia de la partidocracia corrupta se manifiesta precisamente en las antesalas de los comicios, y hoy en Durango la vemos fielmente reflejada en el quehacer de este peculiar personaje que ha sido abanderado por casi todos los partidos políticos, en los que irremediablemente ha provocado conflictos internos.

Así, con un impresionante currículum de fracturas provocadas al interior del PRI, del PRD, de Movimiento Ciudadano y del PAN, ahora el senador morenista se apresta a ejercer su “especialidad política” en la ya de por si desprestigiada franquicia del partido Morena en Durango. Y el anuncio de su llegada oficial a este partido en esta entidad el pasado 24 de agosto no pudo ser más elocuente, pues ese día, en conocido hotel capitalino, al mismo tiempo que era señalado por el gobierno panista del municipio de Durango por malversar 398 millones de pesos, el senador saqueador manifestaba sus intenciones de ser gobernador de Durango acompañado no de la auténtica militancia del partido Morena sino de un pequeño grupo compuesto por lo peor de la política duranguense. La foto de este singular grupo de morenistas más que desprestigiados y carentes de solvencia moral circuló en los medios de comunicación locales y en las redes sociales, y en ella se puede observar flanqueando al oftalmólogo cleptócrata a la senadora Margarita Valdez Martínez y a la diputada federal Patricia Ortega Nájera, recientemente exhibidas en medios de comunicación por interceder a favor de un empleado de la delegación federal de la secretaría de Bienestar, denunciado penalmente por el delito de hostigamiento sexual en agravio de una menor de edad. Ambas legisladoras buscaron a la madre de la víctima para desalentarla y disuadirla para que retirara la acusación en contra del empleado federal. Así de este tamaño es la solvencia moral de estas “representantes del pueblo”.

En la gráfica también aparece la regidora del municipio de Durango, Cynthia Monserrat Hernández Quiñones, quien ha tenido un protagonismo inusual durante la pandemia promoviendo su imagen de manera grotesca; la diputada local Sandra Amaya, harto conocida por mentir frente a los medios de comunicación con una facilidad sorprendente y por guardar silencio en el Congreso ante los saqueos cometidos por algunos exalcaldes, como por ejemplo José Ramón Enríquez y la gomezpalatina Juana Herrera Ale; el pseudo izquierdista de La Laguna, Rafael Palacios, denunciado por los habitantes del poblado de Dinamita, Gómez Palacio, por traicionar su movimiento para impedir la instalación de la planta de cianuro de sodio propiedad de la empresa estadounidense Chemours, y el archi conocido “líder campesino” extorsionador, Gustavo Pedro Cortés, quien con su parentela y pandilla de la “Organización de Defensa Campesina” hace y deshace en la delegación de Bienestar en Durango, con la anuencia del Coordinador General de Programas de Bienestar, Gabriel García Hernández.

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Los peores políticos duranguenses se han concentrado en el partido Morena y ahora cobijan al senador saqueador José Ramón Enríquez Herrera en sus aspiraciones para ser el próximo gobernador de Durango.

Cobijado por estos personajes verdaderamente siniestros, el senador depredador José Ramón Enríquez Herrera ha iniciado su camino hacia la gubernatura de Durango, un camino que sin lugar a dudas será muy tortuoso ya que no solo carga sobre su espalda dos derrotas electorales al hilo (la que perdió frente a Alejandro González Yáñez para el Senado y la de la reelección a la alcaldía de Durango, que perdió con “El Alcalde Gris”, Jorge Salum), sino también una enorme cauda de señalamientos de corrupción e ineptitudes que cometió como alcalde de Durango, que van desde el desvío millonario de recursos públicos, incumplimiento de proyectos anunciados, incapacidad para gobernar y protección a hostigadores sexuales.

Los procesos electorales de 2021 y 2022 ya comenzaron, y por fortuna la ciudadanía duranguense ya conoce muy bien al “Águila Enríquez”, “El Oftalmólogo Feliz” o como quiera llamarse ahora este senador saqueador, José Ramón Enríquez Herrera.