Aispuro-Vitela, el vergonzoso amasiato político en Durango
Fernando Miranda Servín.
La partidocracia mexicana es un engranaje muy bien aceitado para trastocar los derechos democráticos de la ciudadanía y, por supuesto, los bolsillos de los contribuyentes.
Lo sucedido en Durango estas últimas semanas en las que se llevaron a cabo las “precampañas” de los “precandidatos” a la gubernatura, es una muestra de ello.
En este teatro ya previamente montado, vimos a los “precandidatos” del PRI-PAN-PRD y MC, Esteban Villegas y Patricia Flores Elizondo, aparentando hacer campaña y guardando un bajo, bajísimo perfil, para evitar a toda costa remontar en las encuestas de preferencias electorales a la candidata oficial, la ex priista recalcitrante y ahora morenista Marina Vitela Rodríguez, la misma que obtuvo 0.0 (cero punto cero) de calificación en las encuestas internas del partido Morena y aún así le fue otorgado el status de “precandidata única” de este partido a la gubernatura de Durango.
Desde este primer ejercicio electoral, ya no fue necesario realizar una investigación exhaustiva para seguirle la huella al dinero que beneficia a la morenista Marina Vitela, pues el mismo titular de la secretaría de Bienestar del gobierno panista del estado de Durango, Jaime Rivas Loaiza, fue quien proporcionó tan valiosa información el pasado viernes 11 de febrero, día en que manifestó de manera imprudencial ante colaboradores y amigos cercanos que la dependencia a su cargo está proporcionando recursos a Marina Vitela, que él es el enlace entre el gobernador panista corrupto José Aispuro Torres y la candidata morenista a la gubernatura Marina Vitela, que se va a hacer cargo del reparto de despensas para inducir el voto a favor del partido Morena y que el próximo sexenio morenista ocupará el mismo puesto de secretario de la SEBISED.
Por otro lado, recientemente circuló en redes sociales la información de que un personaje, Alejandro Castro, habría operado en el periódico El Heraldo la publicación de una encuesta en la que “El Heraldo Media Group” coloca a Marina Vitela en primer lugar en las preferencias del voto por la gubernatura de Durango, superando al candidato de la coalición PRI-PAN-PRD, Esteban Villegas, un priista que no es del agrado del gobernador de marras José Aispuro Torres.
Alejandro Castro fue colaborador cercano de Aispuro Torres en el inicio de su sexenio.
Así, con el apoyo del gobierno estatal panista de Durango, Marina Vitela, representante de la mafia priista que saqueó esta entidad norteña durante el sexenio 2010-2016, se prepara para iniciar su campaña electoral no sin antes haber designado como su jefa de prensa a otro personaje harto conocido en Durango: Arlene Contreras, ex directora de Comunicación Social en el sexenio priista del ex gobernador Jorge Herrera Caldera (2010-2016). Como se recordará, Arlene Contreras fue una de las altas funcionarias de esa administración nefasta que solicitó un amparo ante el temor de ser aprehendida por las autoridades estatales aispuristas, por presuntos desvíos de recursos.
Al final de cuentas, el opaco gobernador panista, José Aispuro Torres, terminó facilitándoles la huida a algunos saqueadores priistas como la ex secretaria de Finanzas, María Cristina Díaz Herrera, denunciada por haber desviado más de 70 millones de pesos, y negociando la impunidad de la mayoría de los integrantes corruptos del gabinete herreracalderista, entre los que se encontraba Arlene Contreras.
En este panorama parecería que las cosas van viento en popa para el gobernador bribón de Durango, José Aispuro Torres, y para ese grupo priista de saqueadores profesionales que está detrás de la candidata morenista Marina Vitela, a no ser por la intromisión del ex alcalde de Durango y ahora ex senador morenista, José Ramón Enríquez Herrera, cuya impugnación por haber sido despojado de la candidatura del partido Morena a la gubernatura de Durango lo mantiene con vida en el escenario político, pues recientemente el Tribunal Electoral del Estado de Durango (TEED) revocó la resolución de la Comisión Nacional de Honor y Justicia y de la Comisión Nacional de Encuestas del partido Morena, que otorgaron a Marina Vitela de manera irregular el status de “precandidata única” a la gubernatura de Durango, violando los derechos electorales de Enríquez Herrera que, en los hechos, fue quien ganó las encuestas del partido Morena para ser el candidato a la gubernatura de Durango. Ahora será el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación quien determine definitivamente a quién le corresponde la candidatura de este partido para pelear la gubernatura de esta entidad, por lo que no se ve lejana la posibilidad de que Marina Vitela Rodríguez sea depuesta, y más aún si consideramos el hecho de que la oaxaqueña Susana Harp también está en posibilidades de obtener una resolución favorable del TEPJF que obligaría al partido Morena a darle la candidatura a la gubernatura de Oaxaca, toda vez que fue una de las exponentes femeninas que mejor calificación obtuvo en las encuestas internas que llevó a cabo este partido. Tan solo este caso haría que cambiaran las cosas por completo en el estado de Durango.
Esto, sin lugar a dudas, debe tener muy nervioso al gobernador de marras José Aispuro Torres y al clan priista que opera detrás de Marina Vitela, ya que de sobra es conocida en Durango la enemistad política que existe entre José Aispuro Torres y José Ramón Enríquez Herrera.
Al principio de su trienio como alcalde de Durango, de 2016 a 2019, Enríquez Herrera manifestó haber sido despojado de los presupuestos del DIF municipal y de Comunicación Social por el gobernador Aispuro Torres y su esposa Elvira Barrantes. De manera mediática no fueron pocas las veces en que el gobernador panista atacó abiertamente la administración de Enríquez Herrera e inclusive llegó a orquestar tras bambalinas su destitución como alcalde de Durango.
José Ramón Enríquez Herrera no fue un alcalde excelente, pero en este momento es la opción menos peor que tendría el pueblo de Durango para recibir justicia y para que se le aplique la ley al mandatario panista José Aispuro Torres, a su esposa, “La Gobernadora” Elvira Barrantes, y a por lo menos dos de los más corruptos integrantes del gabinete aispurista: Jesús Arturo Díaz Medina, secretario de Administración y Finanzas, y Jaime Rivas Loaiza, secretario de Bienestar, quienes han realizado brutales saqueos del erario y han dejado al pueblo de Durango hundido en la pobreza, en la quiebra económica y en la ingobernabilidad. Por el momento, y aunque sea hipotéticamente, estos personajes tienen un pie en la cárcel, a reserva de que José Ramón Enríquez llegara a la gubernatura de Durango, traicionara a la ciudadanía y decidiera hacerse cómplice de estos ladrones.