Silvia Cháirez Araiza, la única opción seria para la gubernatura de Durango
Fernando Miranda Servín.
Originaria de La Perla, Nazas, Durango, Silvia Chairez Araiza se hizo profesora por vocación y activista social por convicción. Su trabajo como docente la ha llevado a conocer todos los rincones del estado de Durango y a ver y vivir de cerca las necesidades reales de los duranguenses. A diferencia de los políticos convencionales, esto es lo que la ha sensibilizado e impulsado para querer participar directamente en el quehacer político de esta entidad.
Silvia Chairez Araiza ha sido directora de planteles escolares y ha fundado comedores colectivos en varios municipios de Durango, sin robarle un solo peso a los contribuyentes. También ha representado los intereses de los braceros duranguenses.
Con este historial intachable, Silvia Cháirez Araiza es elegida como Secretaria General del Comité Directivo Estatal del partido Morena en Durango, entrando de inmediato en confrontaciones con el actual dirigente estatal de este partido, Otniel García Navarro.
Y como el agua y el aceite no se mezclan, sucedió lo que tenía que suceder: la ruptura de una auténtica luchadora social izquierdista con el grupo de advenedizos neoliberales corruptos que desde 2015 le compraron la franquicia de Morena en Durango al entonces jerarca nacional de este partido: Andrés Manuel López Obrador.
En el enfrentamiento, en diciembre de 2021, la Profra. Silvia Cháirez Araiza, rebelde con causa, tomó las oficinas de Morena por no estar de acuerdo con las acciones que su dirigente estatal, Otniel García, planeaba tras bambalinas, a espaldas de la militancia morenista duranguense, en la antesala de la campaña electoral, por lo que fue detenida arbitrariamente por policías municipales del gobierno panista de Durango, encabezado por Jorge Salum del Palacio, y remitida a una delegación.
Así las cosas, y ante la total carencia de democracia que impera en Morena-Durango, Silvia Cháirez Araiza se inconforma con la designación turbia de la gonezpalatina Marina Vitela como candidata a la gubernatura de Durango y decide emprender con cientos de simpatizantes la aventura nada descabellada de proponerle a la ciudadanía duranguense sus aspiraciones al mismo cargo, pero como candidata No Registrada, figura contemplada en la ley electoral.
Y efectivamente, la propuesta de la Profra. Silvia Cháirez Araiza no está fuera de lugar considerando que las ofertas políticas de los principales partidos son verdaderamente deplorables, pues los tres candidatos: Esteban Villegas Villarreal, Marina Vitela Rodríguez y Patricia Flores Elizondo cargan con pesadísimos historiales de corrupción a cuestas.
En los hechos, ninguno de estos tres personajes es confiable ya que los tres se han enriquecido ilícitamente metiéndole las manos en los bolsillos a los contribuyentes en los cargos públicos que han desempeñado.
Ni Esteban Villegas, ni Marina Vitela ni Patricia Flores merecen el beneficio de la duda, pues como diputados y alcaldes, y como jefa de la Oficina de la Presidencia con Felipe Calderón, respectivamente, han arañado el erario con voracidad desmedida. Son corruptos y ladrones… y punto.
En este momento, cualquier opción sobria, diferente a las ofertas mezquinas que nos han presentado los partidos políticos, le va a proporcionar aire fresco a la tan golpeada democracia duranguense. Muchos como la Profra. Silvia Cháirez Araiza tienen el nivel intelectual y la preparación académica y política para hacerlo, pero ella está levantando la mano.
En lo personal, en esta ocasión utilizaré el espacio en blanco de la boleta electoral para escribir un nombre: SILVIA CHÁIREZ ARAIZA.
Sí, Silvia Cháirez Araiza, a diferencia de Esteban Villegas, Marina Vitela y Patricia Flores no le ha robado un solo peso a los contribuyentes, no tiene expedientes de actos de corrupción archivados en la EASE, no tiene señalamientos de haber enriquecido ilícitamente a sus hijos ni Olga Wornat le ha dedicado un capítulo entero en uno de sus libros narrando sus fechorías.
Silvia Cháirez Araiza puede salvar
este proceso electoral miserable.