#8M. La auténtica lucha de las mujeres duranguenses y el periodista incómodo
De la redacción de razacero.
En Durango, este 8 de marzo estuvo manchado por un hecho sin precedente. En una acción coordinada desde la cúpula del poder estatal, a primera hora colectivos “feministas” comenzaron a tapizar las afueras del Congreso con fotografías y carteles en los que señalaban al director de nuestro medio informativo, Fernando Miranda Servín, de cometer supuestos actos de misoginia, acosos sexuales, violencia de género y “extorsiones a mujeres para no calumniarlas”.
En algunas de esas pancartas se leían frases como: “1er aviso. Ya no uses a las mujeres. Tú no eres nuestro aliado”, “Te tenemos en la mira”, “Fernando Miranda acosaba y violentaba sexualmente a mi amiga”.
De inmediato, el periódico oficialista Victoria, propiedad de la alcaldesa priista de Gómez Palacio, Juana Leticia Herrera, publicó en su portal digital las imágenes.
Hacia las 5:30 de la tarde, comenzó la marcha multitudinaria de mujeres desde el hotel Gobernador hasta la Plaza de Armas. Entre las miles de mujeres que marcharon para exigir igualdad, seguridad e impartición de justicia, destacaban colectivos “feministas” identificados con los grupos que ostentan el poder en Durango, quienes desplegaron costosas lonas en las que denostaban al director de nuestro medio informativo con frases como: “Exiges 30 mil pesos a las mujeres para no calumniarlas”.
Algunos colectivos independientes, como el Frente Estatal Durango Contra la Violencia Vicaria, se separaron durante la marcha de estos colectivos gobiernistas, manifestando en las redes sociales y en entrevistas con medios su desacuerdo total por las agresiones sin fundamento que estaba sufriendo el periodista Fernando Miranda Servín.
La organización del acto central en la Plaza de Armas, donde intervinieron varias mujeres oradoras, fue acaparada por estos grupos afines a la clase política duranguense, destacando la presencia de la diputada morenista Marisol Carrillo y de la abogada Julieta Hernández, directora del Instituto Alejandría, quien durante el sexenio pasado obtuvo jugosos contratos en la secretaria de la Contraloría.
Ahí, en ese acto central, la oradora de estos grupos oficialistas nuevamente señaló al director de nuestro medio de ser violentador de mujeres y exigirles dinero para no difamarlas, procediendo a la quema de una figura de cartón con la foto del periodista Fernando Miranda Servín.
Para entonces, muchas mujeres se retiraban del evento indignadas pues, manifestaron, en lugar de que se ventilaran los verdaderos problemas que aquejan a las mujeres duranguenses habían acudido a presenciar una venganza personal, un linchamiento contra un periodista incómodo para el gobierno priista de Esteban Villegas Villarreal.
¿Dónde están las denuncias oficiales de la Fiscalía de Durango en contra de Fernando Miranda? ¿Dónde están las mujeres que lo acusan de haberlas acosado sexualmente? ¿Quiénes son las mujeres a quienes ha exigido 30 mil pesos para no calumniarlas?
“No estamos de acuerdo en que se esté desprestigiando a un periodista que ha sido aliado de las mujeres que han sido violentadas en Durango”, manifestó Mónica Peyro, una de las representantes del Frente Estatal Durango Contra la Violencia Vicaria, quien hizo notar que los infundados ataques al periodista Fernando Miranda por parte de colectivos gobiernistas fueron un distractor para que pasaran desapercibidos los verdaderos problemas que están padeciendo las mujeres duranguenses.
Y en efecto, los 35 homicidios de mujeres por meningitis que no han sido resueltos por el gobierno del priista Esteban Villegas y la infinidad de carpetas de investigación de feminicidios, violaciones y agresiones sexuales contra mujeres duranguenses que están archivadas en la Fiscalía General de Durango y procesos que están congelados en el Poder Judicial desde el sexenio pasado, pasaron a segundo plano pues no son hechos relevantes para estos colectivos “feministas” afines a la cúpula del poder, que se apoderaron de la conmemoración del 8 de marzo en Durango. A estos grupos, como se vió, les urgía más linchar a un periodista incómodo y desprestigiarlo con acusaciones falsas para cumplir las órdenes recibidas por quienes los patrocinan desde las instituciones públicas.
Este hecho es grave, pues coloca a cualquier ciudadano y periodista crítico de algún gobierno como culpable por culposo y, por supuesto, pone en riesgo su vida e integridad física.
Por esta razón, y ante este ataque artero proveniente desde la alta esfera del poder en Durango, solicitamos la intervención del gobierno federal para proteger la vida e integridad física del director de nuestro medio informativo, Fernando Miranda Servín, así como garantizar el libre desempeño de sus actividades periodísticas.
Por lo demás, responsabilizamos al gobernador priista, Esteban Villegas Villarreal, de cualquier daño o agresión que pudiera sufrir nuestro director Fernando Miranda Servín.