La falsa nacionalización eléctrica

No es una nacionalización, ni sirve para rescatar a la Comisión Federal de Electricidad (CFE), tampoco convierte activos privados en bienes del gobierno y no es cierto que con esta operación vaya a bajar el costo de la energía.

De tan impreciso, prácticamente todo lo que dijo el presidente Andrés Manuel López Obrador a propósito del acuerdo con la empresa Iberdrola es una mentira.

La única verdad es que esta empresa española recibió tal nivel de presión por parte del gobierno mexicano que decidió vender una parte de los activos que tenía en nuestro país.

Pero no se los vendió al gobierno, ni tampoco a la CFE. El verdadero comprador de las 13 plantas de generación eléctrica es otro particular: un fondo de inversión administrado por una fibra denominada Mexico Infrastructure Partners.

En 1960 Adolfo López Mateos expropió la empresa canadiense Mexican Light&Power Co. para convertirla en la Compañía de Luz y Fuerza del Centro. Esta decisión se conoce como la nacionalización de la industria eléctrica mexicana. Ese sí fue un evento histórico.

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Esta vez el gobierno mexicano no expropió nada, ni siquiera adquirió activos que eran de Iberdrola. En la realidad, la transnacional puso sus activos en manos de una entidad privada diferente.

De su lado Mexico Infrastructure Partners cubrirá sus obligaciones con recursos provenientes, entre otras fuentes, del Fonadin, un fideicomiso privado creado en época de Felipe Calderón que se salvó de la extinción.

Es una mentira que esas plantas vayan a ingresar al patrimonio de la CFE. Esta dependencia se encargará de operarlas y eso será así mientras el verdadero dueño de las plantas, Mexico Infrastructure Partners, lo considere pertinente.

Esta es la razón principal por la cual Manuel Bartlett, director de la CFE, se ha mantenido callado. La dependencia bajo sus órdenes es ciertamente un florero en el escenario de la falsa nacionalización.

Tampoco es verdad que esta operación vaya a asegurar precios bajos en la energía. Los nuevos dueños de las plantas generadoras necesitan asegurar rendimientos financieros a sus inversionistas; por tanto, ese será el principal criterio para fijar el costo de cada watt generado y también el pago que se haga a la CFE como operaria de los activos.

(Milenio).