Primero los amigos, los artistas duranguenses pueden esperar

Erick Marcel Miranda.

A casi un año de la gestión del alcalde panista José Antonio Ochoa, ya está dejando claro que este es y será otro trienio gris, igual al de su antecesor, solo que en esta administración hay más saqueo, despilfarro y ocurrencias.

Así, luego de más de dos meses de que se realizara el Festival Ricardo Castro, varios artistas duranguenses aún no han recibido pago alguno por las presentaciones llevadas a cabo en este festival. Y es que la cultura y los creadores duranguenses deben ser una de tantas cosas que no tienen prioridad para el alcalde circense.

El mal trato a los artistas duranguenses es cotidiano, pues los pagos puntuales solo son para los privilegiados.

El Instituto Municipal del Arte y la Cultura, a cargo de Virginia Ruiz Valles, ha demostrado ya en varias ocasiones su ineptitud y el desdén hacia los artistas duranguenses, alimentando la idea de que los artistas deben de realizar sus trabajos “por amor al arte”, como si la gente que se desempeña en el ámbito cultural viviera de solo respirar aire, como si los materiales para realizar arte crecieran en los árboles y como si el tiempo que gasta el artista en crear su obra no valiera. Es por eso que Virginia Ruiz se ha atrevido a dar de premio en concursos culturales nada mas y nada menos que un par de bebidas y crepas.

En muchas ocasiones los artistas de Durango son usados por los directivos de los institutos de cultura, quienes buscan ganar indulgencias con escapulario ajeno. No son pocos los casos de creadores que trabajan para el IMAC y a la hora de cobrar los directivos les dicen que dicho proyecto no estaba autorizado, que ni enterados estaban y que ni presupuesto hay (a pesar de que dichos eventos se hayan realizado en instalaciones del IMAC); pero eso sí, estos directivos toman fotos y las suben a las redes sociales diciendo que el IMAC está trabajando y apoyando la cultura.

Ignacio Orrante, uno de los principales saqueadores de la secretaría de Finanzas en el sexenio de José Aispuro Torres y actual tesorero del alcalde José Antonio Ochoa. “Primero yo, después los amigos y si sobra algo le pago a los artistas”.

Lo cierto es que sí hay presupuesto para pagarle a los artistas y cubrir las necesidades del municipio, pero el alcalde Toño Ochoa y sus directivos deciden en qué se va a gastar y a quién se le debe pagar.

El gobierno panista de José Antonio Ochoa tiene como prioridad el saqueo, no por nada colocó a Ignacio Orrante Ramírez como su director de Administración y Finanzas. Ignacio Orrante fue subsecretario de Administración de la secretaría de Finanzas en el gobierno del sátrapa de Tamazula, el exmandatario duranguense José Aispuro Torres, y a pesar de pertenecer al triunvirato saqueador de la pareja Barrantes-Aispuro, Ignacio Orrante, a diferencia de sus otros dos compañeros de fechorías (Arturo Díaz Medina, ex secretario de Finanzas prófugo y Alberto Bustamante, ex subdirector de Egresos, quien está encarcelado), consiguió el cargo de tesorero con José Antonio Ochoa, algo así como poner al coyote a cuidar a las gallinas.

Este saqueador profesional celebró un contrato por adjudicación directa para el “manejo de redes sociales” del municipio de Durango, durante los meses de marzo, abril y mayo de este año, pagando la cantidad desmesurada de $793,440.00 a José Carranza, presidente del Movimiento PRI Durango. Esto demuestra que sí hay recursos financieros en el municipio de Durango, pero estos son repartidos entre amigos, compadres y entregas de cuotas de poder.

Contrato por adjudicación directa celebrado por el conocido saqueador Ignacio Orrante “para el manejo de las redes sociales” del municipio de Durango, por 3 meses.

Los artistas generalmente reciben cantidades ínfimas del erario y la mayoría de las veces tienen que hacer largas esperas, hasta que, si bien les va, reciben su pago. Ahora solo les quedará protestar para exigir lo que les corresponde,  a ver quién les puede responder, pues el alcalde no es una opción, ya que es del dominio público el estado inconveniente en el que con frecuencia se encuentra y que le impide cumplir con sus labores.