Sandra Amaya, pieza clave de la corrupción en Durango
Fernando Miranda Servín.
La corrupción y saqueos descomunales perpetrados en el gobierno del panista José Aispuro Torres no pueden explicarse sin mencionar la participación activa de la diputada Sandra Amaya y de ese grupo de diputados morenistas que integraron la LXVIII Legislatura del Congreso de Durango, que abarcó la segunda mitad del sexenio más corrupto en la historia de esta entidad, de 2019 a 2021.
Así, los duranguenses vieron por primera vez a una mujer ocupar la presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política del Congreso. Se trataba de una mujer perteneciente a un partido de oposición, el partido Morena.
Esta enorme responsabilidad recayó en la diputada Sandra Amaya; sin embargo, el género no garantiza honestidad y lejos de asumir su papel de auténtica representante del pueblo y de la 4T, inmediatamente se puso a las órdenes del mandatario panista corrupto José Rosas Aispuro. Los resultados de este amasiato político fueron más que evidentes, pues durante los períodos de la JUCOPO del Congreso que fueron ocupados por los morenistas Sandra Amaya, Pablo César Aguilar e Iván Gurrola, al igual que en el período presidido por el actual gobernador priista Esteban Villegas, fueron aprobadas sin chistar todas las Cuentas Públicas del gobierno corrupto aispurista. Así mismo, varias contrataciones de créditos millonarios realizadas por el gobierno de José Rosas Aispuro a través de “licitaciones públicas”, se llevaron a cabo con el conocimiento y visto bueno de estos diputados; y más aún, al final de esta legislatura le fue aprobada al exmandatario panista saqueador una iniciativa para contratar un crédito de 7 mil 244 millones de pesos. Como se recordará, en aquella sesión del 30 de agosto de 2021 los diputados morenistas Otniel García e Iván Gurrola se ausentaron del recinto legislativo para no votar en contra de esa iniciativa que terminó lapidando financieramente al pueblo de Durango.
Luego se sabría, de acuerdo a información proporcionada a este medio por fuentes internas del Congreso de Durango, que estos diputados morenistas desde el inicio de la LXVIII Legislatura se autoasignaron sueldos de más de 400 mil pesos mensuales.
Con Sandra Amaya al frente de la JUCOPO, la oficina de Comunicación Social del Congreso de Durango también fue objeto de saqueos bajo la titularidad de Víctor Hugo Hernández Fuentes, actual encargado de la dirección de Comunicación Social del gobierno estatal priista, encabezado por Esteban Villegas Villarreal, quien sin ningún pudor otorgaba a su amigo dentista, José Ángel Pulido, una mensualidad de 8 mil pesos mensuales.
También, con la anuencia de esta diputada, Víctor Hugo Hernández Fuentes entregaba a su padre, Víctor Hernández, 46 mil 400 pesos mensuales.
Otro beneficiado de estos saqueos fue el comunicador local David Mendívil, esposo de la diputada Sandra Amaya, quien recibió durante esta LXVIII Legislatura 50 mil pesos mensuales.
Hoy, como director de Comunicación social del gobierno estatal, Víctor Hugo Hernández Fuentes sigue beneficiando a su padre, Víctor Hernández, con jugosas facturas de más de 400 mil pesos.
La diputada morenista Sandra Amaya, durante el sexenio de José Rosas Aispuro fue pieza clave del saqueo brutal que se llevó a cabo, pues como líder de la bancada mayoritaria de oposición en el Congreso jamás actuó de manera legal contra los graves actos de corrupción perpetrados por el exgobernador José Rosas Aispuro. La diputada Sandra Amaya fue totalmente permisiva y facilitadora de la sustracción ilegal del erario ejecutada por José Rosas Aispuro y sus secretarios de despacho.
Hoy, la diputada Sandra Amaya y los dirigentes estatales del partido Morena también forman parte de la estructura de corrupción del gobierno estatal priista, encabezado por Esteban Villegas Villarreal, que ya se apresta para repetir la historia del sexenio aispurista.
Una de esas tareas será la de colaborar para que Diana Gaytán, la amiga cercana del gobernador priista, ocupe la titularidad de la Entidad de Auditoría Superior del Estado.
Son muchas las cuentas pendientes que la diputada morenista Sandra Amaya tiene con la ciudadanía duranguense. Los saqueos efectuados en la LVXIII Legislatura a través de sueldos millonarios; los onerosos pagos a “asesores” y prebendas al esposo; las plazas laborales asignadas a familiares; los acuerdos oscuros para beneficiar al actual gobierno del mandatario corrupto Esteban Villegas; y su posible enriquecimiento ilícito, son parte del currículum documentado con el que esta diputada se prepara para ocupar nuevamente el último período de la presidencia de la Junta de Gobierno y Coordinación Política de la LXIX Legislatura del Congreso de Durango.
Este es el comportamiento real de los principales representantes del partido Morena en Durango, con quienes la corcholata ganadora de la candidatura de este partido a la presidencia de la República tendrá que “trabajar” para pedirle el voto a la ciudadanía duranguense.