Negocios privados con fondos públicos

¿Quién castiga a Felipe Calderón por las corruptelas que cometió como presidente de México?.
¿Quién castiga a Felipe Calderón por las corruptelas que cometió como presidente de México?.

Sócrates Campos Lemus.

No hay duda de que los medios controlan todo. En el campeonato mundial de futbol, los ganones fueron las televisoras y la FIFA, con cuatro mil millones de dólares, y dejaron un adeudo en Brasil por construcción de estadios de más de once mil millones de dólares que, con impuestos, ya verán los brasileños cómo los pagan. Lo dicho, no solamente en México los poderosos y dueños del poder utilizan los recursos públicos para hacer negocios privados y nos tienen embobados con el futbol y un Messi enanizado.

Mientras tanto, los Estados Unidos, que tanto hablan del respeto a los derechos humanos y no los respetan en su país, y menos en los demás, en seis meses han deportado a 8 mil 49 niños mexicanos; en México, tres millones 270 mil menores trabajan y el 42% de ellos no estudia.

El año pasado, los Estados Unidos expulsaron a 470 mil mexicanos a los que cortaron los famosos sueños americanos… y en esas expulsiones se perpetraron muchas violaciones, robos y discriminaciones de parte de los gringos. Quedan migajas para que los mexicanos pongamos los muertos y ellos sigan vendiendo armas, equipos de inteligencia y aumentando los cuerpos represivos en este país… si seremos mensos, pero a muchos les gustan los hotdogs y las patadas en el trasero.

Comienza a salir a la luz pública la forma en que Felipe Calderón, obedeciendo y haciendo grandes negocios con los gringos, ordenaba a los funcionarios del Ejército Mexicano que establecieran el manual de la “guerra contra el narcotráfico” y, como robotitos, los mandos del Ejército en esa época obedecieron, dejando una estela de muertos y asesinados: más de setenta mil en ese sexenio, más de treinta mil desaparecidos, miles y miles de desplazados y miles y miles en las cárceles, adeudos increíbles y robos en la compra de armamentos y equipos. Por esta razón, los mexicanos deberíamos entender esas sabias palabras escritas por EDUARDO GALEANO:

“Las guerras mienten. Ninguna guerra tiene honestidad de confesar: yo mato para robar. Las guerras siempre invocan nobles motivos: matan en nombre de la paz, en nombre de la civilización, en nombre del progreso, en nombre de la democracia y, por las dudas, si tanta mentira no alcanzara, ahí están los medios de comunicación dispuestos a inventar enemigos imaginarios para justificar la conversión del mundo en un manicomio y en un inmenso matadero”.

En México, se miente y se mintió en nombre de la seguridad, del Estado de Derecho; así, se inventa, por parte del derechista Felipe Calderón, la famosa “guerra contra el narcotráfico”, con el pretexto de la modernidad, y estamos sumidos en un inmenso matadero, gracias a un presidente entreguista, como el que inicia esta nueva etapa de entreguismo a los gringos, alentados por la rapiña y la deshonestidad con las que se han permitido enriquecerse y gozar de impunidad, como gozan los carniceros…

No se puede negar que el costo en vidas, en sufrimiento, en represión, en pérdida de empleos, en encarcelados, en desaparecidos, en desplazados, y en el gasto social que se defraudó para invertirlo en gasto paramilitar, es enorme, y estamos pagando caro por ello. Hay un enorme desempleo, una gran falta de atención a la salud pública, a la educación, a la vivienda; hay discriminación y pobreza extrema, más de siete millones de jóvenes que no pueden ni estudiar ni trabajar, más de 14 millones en el comercio informal y 52 millones de mexicanos en la pobreza… soldados mal pagados y policías enriquecidos y prepotentes, rateros, defraudadores, extorsionadores, corruptos, que pueden robar y matar con el pretexto de la “guerra contra el narcotráfico”, y se utilizan para eliminar a los líderes sociales, a los grupos y enemigos políticos que molestan a los políticos y funcionarios. Policías que gozan de impunidad, mientras a los soldados se les lleva a los juicios y se les entrega a manos de sicarios y maleantes ligados con los políticos y con los jefes mafiosos que manipulan las fortunas al lado de los banqueros y empresarios que manejan los botines adquiridos a sangre y fuego, lágrimas y sufrimiento. Y no podemos negar que, cuando los mafiosos o sus grupos ya no rinden ni son de utilidad, los políticos les matan o encierran, o mandan al extranjero, mientras ellos se roban los inmensos recursos que hicieron a su lado, con su protección y complicidad.

Total, en eso nadie sabe ni para quién trabaja… sólo lo gozan los banqueros y los políticos, policías y funcionarios. TODO LO QUE TE SOBRA, TE LO HAZ ROBADO, decía mi abuelo…