Empresas mineras extranjeras saquean Durango, Zacatecas, Sonora y Chihuahua

Norberto Serrano.

Sin que los mexicanos sepamos exactamente cómo quedó regulada la explotación de minas en nuestro país en la depredadora reforma energética, por la falta de información pública al respecto, podemos intuir que las condiciones no serán muy distintas a las que han existido los últimos años, en los que los sexenios priístas y panistas han otorgado todo tipo de facilidades a las empresas extranjeras canadienses, inglesas y alemanas para que realicen un saqueo de metales preciosos muy superior al que llevaron a cabo los españoles durante la conquista.

Muchos han sido los activistas sociales y por lo menos un diputado (increíblemente del PRI, el duranguense Pedro Ávila Nevárez), los que han elevado sus protestas por la extracción sin control de oro y plata que estas empresas llevan a cabo con la protección de las autoridades mexicanas, especialmente de las Secretarías de Economía y de Energía, sin que haya pasado absolutamente nada.

En los hechos, el desorden y desaseo que existen en este rubro hace parecer prácticamente inimaginable la magnitud del saqueo pues mientras la secretaría de Economía manifiesta que en la actualidad existen 26 mil concesiones mineras vigentes, la Comisión Para el Diálogo con los Pueblos Indígenas estima que en realidad son más de 40 mil concesiones que representan una superficie de 95 millones 765 mil 800 hectáreas.

Así, los estados de Zacatecas, Sonora, Chihuahua y Durango son los que más padecen el saqueo de sus recursos mineros y los que menos beneficios obtienen por este concepto.

De acuerdo a las estadísticas del INEGI, la extracción mensual de oro que se realiza en los principales estados mineros del país asciende a un promedio de 9 mil 800 kilos. De estos, Zacatecas y Sonora son los más castigados pues aportan más del 50% de la producción nacional de oro al mes; Chihuahua y Durango producen el 17% y el 13% respectivamente; el estado de Guerrero aporta un promedio del 8% mientras los estados de Guanajuato, Estado de México, San Luis Potosí, Oaxaca y Sinaloa contribuyen con el 10 o 12% restante.

En el caso de Durango, las empresas extranjeras extraen un promedio de 1,250 kilos de oro al mes, principalmente de las minas que se encuentran en San Dimas y Santiago Papasquiaro, que aportan el 30% y el 28% de esta producción, respectivamente, es decir, un promedio de 700 kilos al mes, entre los dos municipios.

Con la extracción de plata sucede lo mismo, del promedio de 470 mil kilos al mes que se extraen de las minas del país, Zacatecas aporta el 45%, Chihuahua, el 16%, Durango el 13%, Sonora el 6% y Coahuila, Guanajuato, Guerrero y otros estados aportan el restante 20%.

De Durango se extraen un promedio de 65 mil kilos de plata al mes, convirtiendo a este estado en el tercer productor de plata de la República.

El plomo y el zinc son otros metales que también se extraen en abundancia de las minas de Durango.

Pero toda esa riqueza que genera la explotación de oro y plata principalmente, no se refleja para nada en el desarrollo social de la entidad, sobre todo de los municipios de San Dimas y Santiago Papasquiaro, que son los que más oro y plata producen en Durango. La población de Tayoltita, en donde se encuentra el principal centro minero de San Dimas, municipio enclavado en la región serrana de Durango, registra los más altos índices de pobreza del estado de Durango. Lo mismo Santiago Papasquiaro, donde la falta de oportunidades de empleo y la proliferación del crimen organizado han provocado el aumento de la emigración durante los últimos años.

Y a todo esto, las gráficas y las estadísticas del INEGI respecto a la extracción de oro y plata parecen ser solo datos anecdóticos ya que los activistas sociales, el diputado priísta Pedro Ávila Nevárez y mineros inconformes coinciden en que las cantidades de metales preciosos que se extraen de las minas de Durango son muy superiores a las que manifiestan las empresas extranjeras y el gobierno federal.

“No hay un control estricto y hay un contubernio corrupto entre las empresas extranjeras y las autoridades, que obtienen fuertes cantidades de dinero por hacerse de la vista gorda”, denuncian mineros de Durango.

Así, cientos de kilos de oro y miles de kilogramos de plata que las empresas mineras, con el apoyo de las autoridades federales, no manifiestan, producen miles de millones de pesos que de manera ilegal van a parar a las cuentas bancarias de los empresarios mineros canadienses, ingleses y alemanes, así como de algunos funcionarios mexicanos, que son quienes realmente se benefician de nuestras riquezas nacionales.