
“Los verdaderos jefes de Esteban Villegas y José Antonio Ochoa son el crimen organizado”, Jorge Salum
Fernando Miranda Servín
Esta semana las declaraciones de dos personajes de la política mexicana retumbaron en medios de comunicación nacionales y en las redes sociales.
Primero fue el diputado federal morenista, Hugo Eric Flores Cervantes, quien declaró durante una conferencia que “el 70 por ciento del país está tomado por el narcotráfico”, enfatizando que la delincuencia organizada ha pasado de financiar campañas electorales a controlar directamente gobiernos locales.
Y aunque este dato ya había sido manejado por analistas especializados en el tema, lo que impactó en el quehacer político nacional fue que el señalamiento fuera hecho por un diputado federal del mismo partido oficialista que ostenta la presidencia de la República y la mayoría en el Congreso de la Unión.
Y aunque el diputado federal Eric Flores Cervantes matizó diciendo que este problema se viene arrastrando desde hace décadas, su pronunciamiento no dejó de tener impacto pues el morenismo ya tiene más de siete años en el poder, tiempo suficiente para haber recuperado el control de todos los territorios que actualmente domina al cien por ciento el crimen organizado, revelando este hecho la complicidad que ha existido (y existe) entre los gobiernos federales de la 4T (el de Andrés Manuel López Obrador y el de Claudia Sheinbaum) y el crimen organizado. La narcoguerra entre facciones del cartel de Sinaloa “que nadie puede parar” y la operatividad ininterrumpida de todos los carteles habidos y por haber en territorio nacional es la prueba de ello.
En este contexto, en Durango también le cayó como cubetada de agua fría al prianismo local la declaración del exalcalde panista de Durango y ahora militante del partido Movimiento Ciudadano, Jorge Salum, quien durante el programa Fórmula Uno, transmitido el miércoles 8 de octubre por el portal noticioso Plattafforma y conducido por el periodista Víctor Montenegro, señaló que “los verdaderos jefes de Esteban Villegas y José Antonio Ochoa son el crimen organizado”.
Como se sabe en esta entidad norteña, el exalcalde de Durango, Jorge Salum, ya había acusado anteriormente al actual alcalde reelecto panista, José Antonio Ochoa, por haberle ofrecido pactar con el crimen organizado el financiamiento de su campaña electoral para alcalde, en el año 2019. El panista José Antonio Ochoa en ese momento era el coordinador de su campaña.
Pero ahora el exalcalde Jorge Salum también ha arremetido contra el narcogobernador priista Esteban Villegas, a quien tilda abiertamente como servidumbre del crimen organizado.

Este señalamiento no es trivial, pues lo emite un político duranguense que ha ostentado el poder y desde esa posición denunció la injerencia del crimen organizado en su gobierno, cuando fue alcalde de la capital duranguense y exhibió a los regidores de su partido, el PAN, por tener tratos oscuros con la delincuencia organizada en el otorgamiento de patentes para venta de bebidas alcohólicas. Uno de esos regidores era el actual diputado local panista Fernando Rocha Amaro.
Hoy, este señalamiento contra el narcogobernador “claudista” Esteban Villegas, realizado por un personaje relevante de la política duranguense, se suma a los datos duros que han publicado en sus reportajes algunos periodistas especializados en narcotráfico como Anabel Hernández, quien ha expuesto con lujo de detalles las relaciones perniciosas y hasta familiares que el narcogobernador priista Esteban Villegas tiene con el crimen organizado que domina en esta región del país.

Lo más grave de todo esto es que el gobierno federal de Claudia Sheinbaum parece darle la razón en Durango al diputado morenista Hugo Eric Flores Cervantes y al exalcalde panista Jorge Salum, solapando y protegiendo las actividades delictivas que el narcogobernador Villegas practica desde su despacho, convirtiendo la secretaría de Finanzas del gobierno de Durango en la chequera oficial del crimen organizado en medio de la crisis económica, política y social más aguda de los últimos tiempos que está atravesando la ciudadanía duranguense, pues durante los tres años que ha “gobernado” Esteban Villegas no ha habido inversión extranjera ni generación de empleos, así como tampoco ha habido crecimiento económico y las actividades industrial, minera, de la construcción y manufacturera están totalmente colapsadas, sumando el hecho de que por ordenamiento de la secretaría de Hacienda el narcogobernador Villegas tendrá que despedir al 18 por ciento de la planta laboral del gobierno estatal antes de fin de año; de lo contrario, no podrá acceder a los fondos federales del programa U-080 (unos 500 millones) para solventar las prestaciones laborales de fin de año.

En lo que respecta al gobierno del municipio de Durango, encabezado por el narcoalcalde vicioso panista José Antonio Ochoa, las cosas son algo diferentes, ya que este vivales es la servidumbre de la servidumbre pues obedece ciegamente las órdenes que le da su patrón directo, el narcogobernador Esteban Villegas, y en ese tenor ha entregado las direcciones más importantes de esta alcaldía al crimen organizado a través del narcoclaudista Villegas. Este saqueador panista también tendrá que despedir al 18 por ciento de la planta laboral del municipio capitalino y para cubrir las obligaciones laborales de fin de año también tendrá que recurrir a préstamos bancarios que ascenderán a más de 100 millones de pesos. Cabe destacar que este narcoalcalde recibió la administración del municipio de Durango con finanzas totalmente sanas en 2022, por parte de su antecesor, el expanista Jorge Salum.
Así las cosas, no es casualidad que los gobiernos estatal y municipal de Durango estén colapsados financieramente, soliciten préstamos millonarios y sus secretaría y dirección de Finanzas, respectivamente, paguen puntualmente facturas a ciertas empresas relacionadas con el crimen organizado.

Lo anterior debe o debería ser del conocimiento de la presidenta Claudia Sheinbaum; de su secretario de Seguridad y Protección Ciudadana, Omar García Harfuch; de su titular de Gobernación, Rosa Isela Rodriguez, y de la UIF de la secretaría de Hacienda, a cargo de Edgar Amador Zamora.
La presidenta Claudia Sheinbaum y su gabinete de seguridad ya no pueden seguir simulando que no pasa nada en Durango, cuando las arcas estatales y de su capital están siendo saqueadas por un par de narcorufianes (Esteban Villegas y José Antonio Ochoa) que están al servicio de los poderes fácticos que realmente gobiernan en esta entidad.